La celebración hardcore de Turnstile en Lollapalooza Argentina 2022 

A la misma hora que Miley Cyrus, el quinteto de Baltimore debutó en Buenos Aires con un show contundente

Por  FEDERICO MARTÍNEZ PENNA

marzo 19, 2022

Ignacio Arnedo

En tiempos de guerra, a Turnstile le tocó librar una batalla por la atención en un horario estelar en el que el 98% del público veía a Miley Cyrus. Pero al cantante Brendan Yates, líder del quinteto de Baltimore, no le importa. Todavía no había arrancado con “Mystery” y los pocos cientos de fanáticos gritaban desaforados las iniciales TLC.

Parados encima del laureado Glow On, lo que se vio anoche en el Hipódromo de San Isidro fue una masterclass de hardcore. Siendo justos, más que una clase se trató de una celebración, algo a lo que el género no acostumbra. Y es que se volvió un asunto serio a fines de los 80 y durante gran parte de los 90: desde el rugido agro-callejero de Agnostic Front y Madball a la hiper militancia eco vegana de Earth Crisis y el fundamentalismo religioso de bandas como Shelter o 108. Turnstile pateó el tablero. Reina a partir de la Actitud Mental Positiva de Bad Brains, el amor a Living Colour y Red Hot Chili Peppers, y la potencia de su propio pedigrí (tres de sus miembros comparten tiempo en Trapped Under Ice y Angel Du$t).

Toda esa ecuación es Turnstile Love Connection (o “T.L.C”), un manifiesto de júbilo, amor y triunfo de vida que en “Holiday” logra sonar en partes iguales feroz y delicioso, sobre todo cuando Yates dijo “háganme un poco de lugar que quiero celebrar”. Y todas las personas debajo, en Argentina, celebraron. Se abrieron en círculos de la muerte (especialmente en “Dont Play”), sacudieron sus cabezas y contorsionaron sus cuerpos en cada riff (“Blackout”), y con los compases del indestructible baterista Daniel Fang.

Pero tratándose de un show hardcore, aún en los matices electro-funk de “Underwater Boi” o el respiro sentimental de “Alien Love Call”, en cincuenta minutos Turnstile no bajó un cambio. Con la furia de “Real Thing”, “Fazed Out”, “Drop” y “Gravity”, Yates bailó a lo ancho y largo del escenario, mientras el bajista Franz Lyons sonrió amenazante y arengó a seguirlo. Del otro lado no hay manera de no dejarse encantar. Tanto que con el cierre multi-acto de “T.L.C” ambos se tomaron el tiempo de saludar, agradecer y sacarse fotos con cada uno de los que estaba contra las vallas. 

Que lo sepa todo el mundo: Turnstile piensa en hardcore, pero opera en la universalidad de los confines del pop. Y toca darles una muy deseada bienvenida.

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