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La Burbuja

La controversial filmación de la sexta parte de Parque Jurásico, sirve de inspiración para la nueva comedia de Judd Apatow

Judd Apatow 

/ Karen Gillan, Leslie Mann, David Duchovny, Pedro Pascal, Iris Apatow, Fred Armisen

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Netflix

Judd Apatow, el genio de la comedia detrás de las cintas Virgen a los 40, Ligeramente embarazada, Hazme reír, Bienvenido a los 40, Esta chica es un desastre y El rey de Staten Island, nos presenta un nuevo trabajo el cual, créase o no, está basado en hechos reales. 

En el mes de marzo del 2020, la filmación de la sexta entrega de la franquicia de Parque jurásico se tuvo que suspender debido a la pandemia del COVID-19. Sin embargo, los productores decidieron reanudar su producción en el mes de julio, pese a que todavía no se habían producido las vacunas. El elenco fue sometido a confinamiento y cuarentena por quince días en un hotel y luego se comenzó a filmar en Inglaterra bajo unos protocolos estrictos de higiene, distanciamiento social y pruebas constantes. ¿Por qué los estudios decidieron arriesgar la vida de las personas involucradas en la cinta? La respuesta es sencilla: Había muchísimo dinero en juego.

La burbuja es una sátira basada en la filmación de Mundo jurásico: Dominio (la cual se estrena el diez de junio). En ella, un grupo de actores se reúne en Inglaterra para filmar la sexta parte de Cliff Beasts, una exitosa franquicia acerca de unos animales prehistóricos que habitan en unos peligrosos riscos. 

Los actores en cuestión son Dustin (David Duchovny), un veterano intérprete con ínfulas de guionista; su exesposa Lauren (Leslie Mann, esposa de Apatow en la vida real) con quien adoptó un adolescente poco antes de su divorcio para dejarlo solo en casa por meses; Carol (Karen Gillan, la actriz de Jumanji), una mujer que se retiró de la saga para filmar un desastre sobre una invasión alienígena en el escenario del conflicto Israel – Palestina, y que vuelve a regañadientes para salvar su carrera, dejando solo en casa a su pareja dependiente; Sean (Keegan-Michael Key), un actor siempre jovial y líder de una secta que predica el optimismo; Howie (Guz Khan), la parte cómica del elenco, quien no soporta estar encerrado sin su amada marihuana; Dieter (Pedro Pascal), un galán con acento exagerado que no puede vivir sin sexo y/o drogas; y Krystal Kris (Iris Apatow, hija del director), una joven estrella de Tik-Tok, quien se une al elenco por primera vez.      

El encargado de dirigir la secuela es Darren (Fred Armisen), ganador del Festival de Sundance por hacer una película independiente autobiográfica grabada con su celular y que ahora es el responsable de una cinta de enorme presupuesto y con derroche de efectos especiales. El productor es Gavin (Peter Serafinowicz), el encargado que las cosas marchen según lo acordado y quien depende de las órdenes de la tiránica Paula (Kate McKinnon), la cabeza del estudio, y quien a su vez obedece a Tom (John Lithgow), el presidente del estudio.  

Apatow logra algunos momentos genuinamente cómicos al evidenciar el frágil ego de los actores, al empatizar con los asistentes (encarnados por los talentosos actores Harry Trevaldwyn, Samson Kayo, Danielle Vitalis, Chris Witaske, María Bakalova, Ben Ashenden y Alexander Owen) y al mostrar lo estúpidas que son las “mega-super-producciones” de Hollywood (las referencias a la saga de Rápido y furioso también están presentes). Pero el director también comete el error de alargar innecesariamente la cinta (más de dos horas) con unas subtramas realmente innecesarias, de incluir a un grupo de seguridad que se pasa de la raya con los actores de una manera inverosímil, y de generar algunos momentos que son más ridículos que divertidos, especialmente con las escenas de la filmación. Lo peor es que la cinta ya se siente caduca, ya que muchas cosas han cambiado desde el 2020. 

Sin embargo, se agradece que Apatow nos haya atrevido a dirigir una comedia, en estos tiempos en los que el humor prácticamente está tan extinto de las pantallas como los dinosaurios.  

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