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Kei Linch y el poder de la transformación

Con Dulcinea la rapera colombiana documentó los desafíos de su evolución personal y artística

agosto 1, 2024

Sony Music.

Para muchos artistas, su primera entrega de estudio supone un gran reto y para Kei Linch, Dulcinea es mucho más que su carta de presentación al mundo. Su álbum debut, además de marcar un antes y un después en su carrera, es el resultado de una exploración profunda de su identidad y un camino hacia la transformación. Con 16 pistas cargadas de historias personales e influencias sonoras, Linch ha dado vida a una obra multifacética, que pone de manifiesto su evolución personal y artística tras varios años de trabajo.

Dulcinea fue un experimento hermoso para mí”, comenta la rapera colombiana. “Fue un intento de conocerme un poco más a través de mi música y no tenía muchas pretensiones con él, más allá de esas. Al momento de compartirlo salió hermoso. Siento que la gente lo ha recibido con muchísimo amor y también siento que ha llegado a un público mucho más grande gracias a que es más dinámico y variado”.

El álbum se divide en cuatro etapas simbólicas que hacen un recuento personal sobre la trayectoria de Linch, tanto en su carrera como durante la gestación de esta entrega. “Para mí era un riesgo y un reto también, pero lo asumí porque dentro de lo que es Dulcinea, todas las canciones hacen parte de ese universo. Lo que intenté hacer fue ubicarlas por etapas, porque son las cuatro etapas por las que siento que he atravesado desde que inicié a hacer música”, explica. Estas etapas, representadas por el sol, un corazón roto, una daga y nuevamente el sol, simbolizan el agradecimiento, el dolor, el ego y la motivación, respectivamente.

Su concepto emocional se complementa con una diversidad de géneros musicales, sin perder de vista la cohesión entre su narrativa y estilo. “Siento que puede verse muy disparado por todos lados, pero siento que hay una unidad en cuanto a la jerga, en cuanto a mi historia, en cuanto a lo que quiero representar con Dulcinea”, comenta. La esencia del álbum radica en la conexión sonora y fusión de géneros que han influido en ella a lo largo de su vida. “Si me iba a parar sobre una cumbia, tenía que hacerlo bien y a mi manera y con toda la identidad de Madrid, Cundinamarca. Si me iba a parar sobre un R&B o un RKT, tenía que ser puro, fuerte y poderoso”.

Sony Music.

Pero la génesis de Dulcinea no fue del todo brillante, pues a mitad de camino Linch cayó en una espiral de cuestionamiento e incertidumbre sobre su faceta como artista y su identidad como persona. “Tuve una experiencia con hongos y cambió todo. Me miraba al espejo y entendía que no era la misma persona. Que me veía igual por fuera desde hace seis años, pero que internamente he tenido un crecimiento muy grande y lo que era exteriormente no conectaba interiormente. Entonces ahí empezó el dilema, de esa crisis existencial, de sentirme un poco perdida. Empecé a dudar e incluso me cuestioné si en verdad quería hacer música”, confiesa.

Luego de hacer unos ajustes, mirar al interior, contemplar su pasado e incluso dejar atrás su cabello color rojo y azul, Kei estaba lista para abrazar en quien se había convertido, sin necesidad de enterrar su vieja versión. “Yo siempre diré que el primer álbum es como parir un hijo. Suele, te jode, te daña, pero al final vale la pena”, afirma. Así es como su primera obra llega con fuerza, marcada por el poder de la introspección y la afirmación de que “la oscuridad hace parte de todo proceso humano”.

Mirando hacia el futuro, Linch planea regresar a sus raíces en el rap, explorando sonidos que le permitan escribir con mayor libertad. Recientemente, la intérprete actuó en el cierre del Orgullo en la Plaza España, Madrid, frente a 30 mil personas y, además, ofreció un discurso en la Conferencia Internacional de Derechos Humanos – Madrid Summit. “Seguimos siendo muy humanos y hay que aprender a tomar el arte como lo que es, como una oportunidad para crear memoria histórica y para seguir educando de la mejor manera”.

Ahora, Linch está lista para continuar su camino y seguir descubriendo aquella identidad que ha forjado. Para lo que resta del 2024, la rapera se encuentra planeando los espectáculos con los que pretende llevar a Dulcinea a los escenarios, al mismo tiempo que trabaja en nueva música con mujeres que la inspiran. “Es un privilegio tener el arte. Ya veremos lo que se viene”.