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Kat Graham: “Prince me enseñó que está bien ser inteligente y crear tus propias reglas”

Esta actriz y cantante nació en Suiza, pero ha adelantado toda su carrera en los Estados Unidos, donde se ha abierto camino con la guía de grandes figuras. Actualmente la podemos ver en la película Romance en Verona [Love in the Villa], y su álbum Long Hot Summer da una buena pelea en las plataformas

Fotografía por Ellen Von Unwerth

noviembre 20, 2022

Katerina Alexandre Hartford Graham es una persona apasionada por lo que hace. Por eso le encanta departir con las personas que comparten su pasión. Joseph Graham, su padre, era un hombre de origen liberiano que compartía su mismo amor por la música. Pero él se divorciaría de Natasha, su madre, cuando Kat tenía apenas cuatro años de edad. Y es así que la niña nacida en Ginebra, Suiza, se va a vivir a los Estados Unidos en compañía de su madre y abuela, dos mujeres que la ayudaron a cultivar su pasión. El responsable indirecto de su llegada a Estados Unidos fue el legendario abogado Johnnie Cochran, defensor de celebridades como O.J. Simpson, Michael Jackson y Tupac Shakur, ya que la madre de Kat era su secretaria paralegal.

“No volví a ver a mi padre hasta uno o dos años después. Y aunque él tenía un sello de jazz, no tuve un verdadero acercamiento a la música hasta los 13 años. Lo escuchaba tocar en algunos discos que había producido cuando vivía en Londres y en París; era una persona asociada al jazz internacional”.

Sin embargo, la música corría por las venas de Kat y llegaría a ella tomando otro camino. “Fue por esa misma época, cuando mi madre estaba soltera y tenía varios trabajos, que en el Boys & Girls Club -el lugar donde mi madre me dejaba mientras trabajaba- realmente me acerqué al mundo de la música. Allí conseguí mis primeros vinilos y descubrí que quería ser DJ. Era una tomboy total. No tenía muchos amigos, actuaba, bailaba, y hacía todo lo posible para que mi madre, mi abuela y yo saliéramos de la pobreza. Estaba muy interesada en convertirme en una DJ”.

Kat participaría en varias batallas de DJ en el Boys & Girls Club, y allí iría descubriendo su pasión por la ingeniería de sonido. “Era muy buena como DJ, pero luego me convertí en ingeniera de grabación. Obtuve mi título al mismo tiempo que terminé el colegio”.

Kat descubriría su pasión por la música sin la ayuda de su padre. Eventualmente, él y ella se distanciarían. Su madre, al darse cuenta de su interés y su talento, quiso llevarla a varias audiciones, pero lo que realmente conectaba con Kat era la música. “Adoraba pasar el rato en el Boys & Girls Club con todos estos otros rugrats que habían sido abandonados o que no tenían los recursos que tal vez algunos otros sí tenían. Empecé a producir algunos beats, los metí en un CD y me fui. Tomé el vuelo más barato que encontré a Nueva York y toqué las puertas de diferentes sellos disqueros. Les pedí una oportunidad, pero nadie me la dio”.

Kat se dedicaría a crear beats para raperos de batalla, y con el tiempo acabaría conociendo a Damon Elliott, un compositor y productor que había trabajado con Mýa, Destiny’s Child, P!nk y Dionne Warwick, y con quien grabaría sus primeras canciones. “Luego de eso seguí con mi carrera, actuando como estrella invitada. Fui corista y bailarina de Missy Elliott, Pharrell Williams, Gwen Stefani, Nelly, y con cualquiera que pudiera”.

Fotografía por: Ellen Von Unwerth; Fashion Editor & Stylist: Schanel Bakkouche; Maquillaje: Danessa Myricks; Cabello: Deva Pink; Producción/PR: Irma Peñuñuri

Pero el éxito le llegaría primero a Kat, no por el camino de la música, sino por la vía de la actuación. “Finalmente, audicioné y obtuve un papel para The Vampire Diaries, en un momento de mi vida en el que había comenzado a decir: ‘¡A la mierda! Voy a trabajar en mis propios discos, ya que no puedo vender ninguno de estos beats’”.

Kat iniciaría una carrera como actriz infantil, compartiendo la pantalla con Lindsey Lohan en el recordado remake del clásico de Disney Juego de gemelas y apareciendo en series populares de televisión como Hannah Montana, junto a Miley Cyrus, y Lizzie McGuire, junto a Hillary Duff. “Cuando conseguí el papel en The Vampire Dairies, Paris Hilton me dijo, ‘Bueno, espero que tu programa no sea un éxito, porque realmente creo que puedes lograr mucho en la música’. Y yo le respondí, ‘No lo sé. He trabajado mucho, pero no creo llegar a ninguna parte con mi música’. Y el programa se convirtió en todo un éxito”.

Kat nunca llegaría a abandonar la música. Mientras actuaba en The Vampire Diaries, viajaba a Los Ángeles los fines de semana para grabar. “En el 2013 ya llevaba unos años en el programa, cuando grabé ‘Put Your Graffiti On Me’, tema que se convertiría en mi primer éxito. Cuando el show terminó en 2017, había pensado seriamente en dejar el sistema de sellos disqueros y convertirme en artista independiente”. Ya había trabajado con Babyface, pero fue Prince quien le dijo que dejara a un lado el sistema.

Fotografía por: Ellen Von Unwerth; Fashion Editor & Stylist: Schanel Bakkouche; Maquillaje: Danessa Myricks; Cabello: Deva Pink; Producción/PR: Irma Peñuñuri

Kat iba a salir de gira con Prince y se disponía a grabar un disco de funk con el legendario artista. Pero luego este falleció, y ella tuvo que terminar el álbum sin él, a partir de sus notas. “Después de eso, me tomé un pequeño descanso en la música. Emocionalmente, fue difícil hacerlo sin [Prince]. Ya sabes, era la persona con la que pensé que iba a trabajar por mucho tiempo”. Después, su carrera como actriz comenzó a despegar nuevamente, y empezó a hacer muchas películas. “Este año, con la comedia romántica Romance en Verona, conseguí mi cuarto Número Uno en los listados de Netflix. ¡Y sí que ha sido todo un viaje!”.

La amistad y asociación de Kat con Prince es algo que no puede pasar desapercibido. Al respecto, ella nos comenta: “Estaba en un evento, cuando recibí una llamada telefónica en la que alguien me dijo, ‘Oye, Prince quiere conocerte’. Y yo le respondí de manera incrédula, ‘Ajá, cómo no’”. No pensó mucho en eso, pero luego, un día antes de su cumpleaños, el teléfono sonó. Estaba en el aeropuerto, iba a México y recibió una llamada cuando estaba subiendo al avión.

“Una voz me dijo: ‘Hey, es Prince’. En ese momento, me di cuenta de que todo era verdad. Hablé con él sobre ser artista, sobre lo que estaba intentando hacer y lo que buscaba lograr, pero nada demasiado profundo. Fue cuando me dijo ‘Bueno, ¿quieres venir a Minneapolis?’, y yo acepté. Pero cuando le pregunté cuándo, me respondió: ‘Ahora mismo’. ¿A qué se refería con ahora mismo? ¡Estaba camino a México! Me terminó diciendo que me pondría en el siguiente vuelo”. La actriz se vio obligada a bajar sus maletas del avión, dejar a la amiga con quien iría a México, y se fue a Minneapolis. Allí terminó pasando su cumpleaños en el estudio con Prince. “Creo que ese fue el comienzo de mi viaje como una verdadera artista musical”, asegura.


“Estaba en un evento, cuando recibí una llamada en la que alguien me dijo, ‘Oye, Prince quiere conocerte’”.


Kat dice que Prince realmente entendía la importancia de lo que se dice ante una cámara, lo que un artista canta en un álbum, o lo que dice en la película o en una entrevista. Eso tuvo un profundo impacto en ella como persona, como actriz y como compositora. “Prince me enseñó que está bien ser inteligente y crear tus propias reglas. Está bien seguir tu propio camino y tener autoridad sobre ti”.

Ella recuerda una anécdota con una gran artista, no quiere revelar su nombre, pero Prince invitó a esta artista a la mesa. Estaban reunidas unas diez personas, y Prince le preguntó a la estrella anónima: “‘¿Quién tiene los derechos de tus grabaciones?’ Ella le respondió que no sabía”. Kat asegura que esa respuesta le causó una gran sorpresa porque se trataba de una gran artista. “Enorme. [Ha ganado] Grammys, Óscares… Muy, muy, muy grande. Y ella no tenía ni idea de dónde estaban sus grabaciones. No sabía de quién eran. Había perdido el control creativo de su carrera y había dejado que otros se convirtieran en los dueños de su arte. Gracias a Prince aprendí que ese no sería mi camino”, confiesa la cantante y actriz.

Otro mentor que no se puede dejar de lado en la carrera de Kat es Babyface, uno de los productores y compositores de R&B más populares de los años 80 y 90, por no decir de la historia de la música popular norteamericana. “Todavía trabajo con él. Babyface se sienta conmigo a escribir por horas. Gracias a él y a Prince, yo salí de esa estética muy pop, para meterme de lleno en el R&B de los 90, que es la música con la que había crecido”.

Kat lo conoció por casualidad en la alfombra roja de los Grammy, y lo invitó a uno de sus ensayos. En ese momento, ella tenía una banda completa y preparaba Roxbury Drive, el disco que llamó la atención de Prince. “Así fue cómo empezamos a trabajar juntos, y grabé el tema ‘Secrets’ con él. Después de eso, colaboramos en mi álbum Love Music Funk Magic”, recuerda.

Así como Prince grabó un álbum bajo la identidad alternativa de Camille y compuso canciones para otros artistas bajo los seudónimos Alexander Nevermind y Christopher, Kat Graham también ha grabado bajo un nombre alternativo. “Recientemente, me he trasladado a un espacio musical diferente con el proyectoToro Gato, que es muy experimental, fresco y muy trip-hop. Mi carrera es de saltos. He estado saltando entre géneros, y eso es algo que también hago en el cine y la televisión. Salto. Toro Gato representa la parte de mí que no estoy tan cómoda de compartir. Se trata de abrazar tu sombra y afrontar las cosas, ya sean traumas de tu infancia, desamor, o cosas así, pero de una manera realmente cruda”.

Asegura que Toro Gato fue el primer álbum de la historia publicado exclusivamente como NFT. Para ella fue muy interesante hacerlo, y ofrece a Massive Attack o Portishead como referentes. “Para mí, Toro Gato es algo realmente genial, experimental y muy oscuro. Tengo la esperanza de que sea nominado para un Grammy. Ya veremos. Ha sido el producto de un arduo proceso creativo de más o menos 15 años”, añade.

Al escuchar la música de Kat Graham y de Toro Gato, es imposible no sentir un aire retro, que tiene mucho que ver con la influencia de Prince y Babyface, pero que también está asociado a la música de los productores y compositores Jimmy Jam y Terry Lewis, quienes iniciaron su carrera como miembros de The Time (un proyecto conformado por Prince) y cuyo talento se encuentra evidenciado en la música de Janet Jackson, a quien Graham admira con devoción. “Es verdad. Me gustan muchos tipos de música. Cuando pienso en los 90, también pienso en Selena, me gustan sus melodías y ella es todo un icono. También pienso mucho en Babyface, en Prince, en Paula Abdul”.

Fotografía por: Ellen Von Unwerth; Fashion Editor & Stylist: Schanel Bakkouche; Maquillaje: Danessa Myricks; Cabello: Deva Pink; Producción/PR: Irma Peñuñuri

Cuando la gente le pregunta si prefiere el canto, el baile o la actuación, Kat confiesa que creció viendo a Janet Jackson y a una serie de artistas que hacían todas esas cosas. “¿Quién más me gusta? Me encanta Massive Attack. Me encanta Josephine Baker y Eartha Kitt. Hay muchos artistas que me fascinan. También me gusta la gente como Quincy Jones”, indica para contextualizar aún más los nombres que han marcado su camino en la música.

Como dato curioso, el padre de Kat fue padrino de dos de los hijos de Quincy Jones. “Realmente no sé mucho sobre mi padre y su relación con Quincy. En un momento dado, creo que eran muy cercanos. Con el paso de los años, logré conocer mejor a Quincy. Se ha sentado conmigo y hemos tenido largas conversaciones”.

Su interés por la música también se ha decantado hacia una profunda admiración por los productores, a quienes considera “la gente que realmente hace los discos”. Cuando dejó su sello disquero, se encargó de producir y escribir junto a su compañero, Jeeve, cada uno de los discos que ha publicado. Por eso, cuando se trata de nombrar a grandes artistas, se siente obligada a mencionar a Pharrell Williams y a The Neptunes. “No puedo imaginarme omitir a Quincy o a Sly Stone. No puedo dejar de lado a Larry Graham, quien es para mí el mejor bajista que haya existido”, agrega.

Por otra parte, confiesa que le encantaría interpretar a Tammi Terrell, la estrella de Motown, en alguna biopic, y esa confesión está perfectamente alineada con la pasión que Kat siente por el soul de los 60 y el jazz de artistas como John Coltrane; “Adoro la música de Marvin Gaye, las Supremes, los Temptations. Trato de mantener mi gusto musical enfocado en los discos que cambiaron el mundo de la música y no en los artistas nuevos, que pueden ser muy buenos, pero que terminan siendo efímeros”, dice mientras deja caer una reflexión que puede parecer bastante impopular en estos días.

Kat mantiene una posición crítica frente a la música actual; sin embargo, reconoce que le encanta Bad Bunny y le gusta lo que representa. De todos modos, asegura que, “Hoy en día, son muchos los artistas que no logran trascender y son muy pocos los que de verdad están cambiando el juego. Por eso la música que escucho es el Motown, el R&B y el trip hop de los 90 y el jazz”. Últimamente, ha estado oyendo mucha música brasilera y africana (señala al nigeriano Burna Boy).


“Trato de mantener mi gusto musical enfocado en los discos que cambiaron el mundo de la música y no en los artistas nuevos, que pueden ser muy buenos, pero que terminan siendo efímeros”.


Con respecto a Jimmy Jam, Terry Lewis y Janet Jackson, Kat reconoce su obsesión. “¡Oh, el sonido de Minneapolis! Solía estar muy obsesionada, quería trabajar con Jimmy Jam y Terry Lewis y ser la próxima Janet, pero todo terminó sucediendo de una manera diferente a la que pensaba”. Sin embargo, le divierte pensar en las similitudes que tiene con la hermana de Michael Jackson. Ambas firmaron con el sello A&M, las dos sacaron discos e hicieron películas en simultáneo, y ambas empezaron sus carreras en programas de televisión, Janet en Good Times, y Kat en Lizzie McGuire. Además, dice que, las dos son bailarinas profesionales, decididas, seguras y llenas de iniciativa.

Uno de los mejores papeles en la carrera como actriz de Kat Graham fue el de Jada Pinkett -una actriz tremendamente popular en los años 90- en la película biográfica de Tupac Shakur llamada All Eyez On Me. “Fue muy raro. Desde pequeña había seguido a Jada y crecí viendo sus películas y sus programas. Crecí viendo estos programas en la década de los 90 y luego, de alguna manera, se produjo una extraña brecha en la que sentí que la representación afroestadounidense había desaparecido. No sé qué fue lo que pasó”.

Recuerda que muchos programas fueron cancelados; siente que en su niñez había mucha representación afro en el cine y en la televisión, y luego algo pasó. Hubo un retroceso. Siente que Kerry Washington y Viola Davis devolvieron algo de esa representación, pero ya no había programas protagonizados por jóvenes morenas. “Todos estaban fuera del aire. Todos esos programas en los que creía que podía encajar y con los que me sentía identificada, habían desaparecido. Incluso los programas sobre familias afroestadounidenses también desaparecieron y no estoy segura de qué pasó”, reflexiona.

Pero Kat se muestra optimista ante el futuro de la representación afro en los medios audiovisuales. “Ahora, gracias a Black Panther, estamos avanzando de nuevo. Siento que actualmente hay una mayor representación de las comunidades LGBTQ, latina y afro. Lo estoy viendo cada vez más, y eso me hace feliz. Pero siento que, en el 2009, cuando empecé mi carrera como actriz en The Vampire Diaries, no había nada de eso”, asegura.

Fotografía por: Ellen Von Unwerth; Fashion Editor & Stylist: Schanel Bakkouche; Maquillaje: Danessa Myricks; Cabello: Deva Pink; Producción/PR: Irma Peñuñuri

La cantante y actriz confiesa que los fans que tienen una auténtica pasión por la música, el cine, la televisión, los cómics y la ciencia ficción, son siempre las mejores personas para hablar, porque están en algo, realmente se emocionan por ese algo y lo entienden muy bien. Por eso, los geeks no nos perdonarían si no le preguntamos a Kat por April O’Neil y las Tortugas Ninja: “Estaba haciendo audiciones y me dicen lo siguiente: ‘Estas son las nuevas Tortugas Ninja. ¿Quieres audicionar para ser April O’Neil?’”. Al principio no creía que la fueran a tomar en serio y tampoco entendía del todo por qué pensaban convertir al personaje en una chica afro. Se imaginó que solo estaban buscando una actriz de voz, pero luego entendió que la producción se estaba aventurando con la primera April O’Neil afro de la historia, y ahí empezó a tomarlo muy en serio.

“Ya ha habido un par de momentos a lo largo de mi carrera en los que involuntariamente habíamos hecho historia, como con el álbum NFT y luego, con la primera April O’Neil afro. No nos dimos cuenta de que iba a ser algo tan grande. Íbamos a las Comic-Con y niñas pequeñas afro se acercaban a mí y me decían, ‘Te adoramos, nos encanta verte”. Eran niñas de apenas seis años que llevaban en sus manos muñecas con la piel oscura. Y ahí Kat encontró una lección importantísima: “La representación realmente importa porque crea más tolerancia y amor en el mundo. Para mí, interpretar a April, así haya sido en un programa animado, fue algo muy divertido e importante. El programa de Nickelodeon duró varios años y fue pionero al atreverse a algo que no se había hecho antes”. 

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