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Juanes: La entrevista Rolling Stone

Abriendo camino hacia la posteridad

MARIO ALZATE

mayo 19, 2021

Es una típica tarde en la Florida, el clima, como siempre, es cálido. Juanes tiene una copa de vino tinto en la mano y presume un gran pelo rubio que le llega hasta los hombros. Está sentado en el estudio de su casa, lleva gafas oscuras y una camisa negra playera. Por más de un año, ha guardado un encierro obligatorio que le ha servido para encontrarse consigo mismo, escribir y producir, cuestionando su carrera como si aún tuviera veinte años. Ahora, con 48, que siempre parecen menos, tiene más claro que nunca el propósito de su arte, su sonido y sus fortalezas. Unos años atrás, la industria quiso separarlo de su instrumento y ahora presenta su nuevo álbum Origen, un disco análogo y honesto, cargado de solos de guitarra prolijos que lo dejan expresar quién realmente es. “Todo esto se trata más que todo de hacer lo quiero hacer, hermano, y hacerlo con amor desde el arte, desde el origen”.

La última vez que entrevisté a Juanes fue en 2017, cuando hablamos durante varios días en Miami. Además de hablar de Mis planes son armarte, ahondamos en la situación política del país, su posición frente al reggaetón y esencialmente sobre su exploración con el sonido urbano. Y como si fuera una narrativa lineal, esta entrevista continúa con esa conversación: cómo el cierre de un ciclo es el inicio de otro, y cómo luego de algunos años de exploración, entregó todo lo que tenía a un sonido que ha sido tendencia en la ultima década, pero con un gran costo personal. Quizás las circunstancias no han cambiado desde entonces; el reggaetón continúa liderando en los listados, la industria sigue premiando los discos que, en su mayoría, tienen una gran visibilidad por millonarias estrategias de marketing, y la injusticia social detonó en todo Latinoamérica, lo cual no ha dejado de preocuparle. Sin embargo, se encuentra en uno de los momentos más importantes de su carrera: el camino hacía la posteridad. Ser recordado por siempre, aún estando vigente, por su obra, su música y sus canciones.

Hicimos esta entrevista en varias sesiones luego de haber escuchado Origen. Juanes suele ser cálido y jocoso, pero no le falta profundidad y seriedad en los temas importantes. Luego de una carrera de más de 30 años en la música, su visión parece estar definida: hacer su voluntad y reencontrarse con un sonido orgánico que había tenido en pausa, seguir escribiendo y produciendo mejores canciones, y afirma tocar mejor su guitarra. Continúa, sin pausa, involucrado en varios proyectos en torno a la música. Disfruta de la conversación y ya no hay lugar para llevar una pose o un libreto de promoción. Su franqueza, que en el pasado pudo ponerlo en aprietos, ahora se abre camino en su discurso y su propósito.

Hay algo muy genuino en las canciones que Juanes escogió para Origen, su gusto por la música popular ha sido evidente desde el inicio de su carrera y el matiz carrilero de su guitarra ha representado su identidad y sonido. Cuando era un niño, el último día del colegio, en diciembre de todos los años, toda su familia se iba de vacaciones a Carolina del Príncipe, el pueblo donde nacieron sus padres. “Yo amo ese lugar. Y amaba esos meses que pasábamos allá porque es la parte de mi infancia que más recuerdo. Es una época hermosa de mi vida”.

Luego de migrar a Medellín, su padre conservó una casa antigua del pueblo. En el segundo piso estaba la habitación de sus padres, y abajo dos habitaciones más; una para sus hermanos y otra para sus hermanas. Era usual que desde las siete de la noche pusieran música en la cantina de la cuadra, por lo tanto siempre se iba a dormir con música popular de fondo. Este fue su primer acercamiento con la música. “En ese momento no sabía qué era el rock, no tenía idea de nada más sino de música popular, porque eso era lo que sonaba en esa cantina o lo que mis hermanos ponían en la casa. Estoy desde muy joven conectado con eso, y me fascina”. Los riffs de guitarra inspirados en la música carrilera y el vallenato antiguo definieron su sonido. “Era música de cantina, yo no sé cómo se podrá decir eso, pero sí, eso tiene que ver mucho con mi vida, por eso el disco se llama Origen”.

Desde muy joven tejió vínculos con músicos de alto calibre, los mismos que había estado escuchando por muchos años (Metallica, Juan Luis Guerra, Fito Páez), artistas con los cuales comparte, sin obviedades, el amor por la música y la canción. Muchos de ellos han podido sobreponer sus obras y su arte por encima de la fama. Juanes, por más de veinte años ha desarrollado una carrera entre el arte, la exploración y la rigurosidad técnica, lo que lo llevó a participar de varios de los homenajes mas importantes de la ultimas décadas, como el de Prince o The Eagles, sin amilanarse ni presentar mayor preocupación a la hora de ejecutar himnos de la historia de la música, dejando el nombre de Colombia en alto, y más allá de eso, demostrando su calidad y capacidad interpretativa.

BUSCANDO EL ORIGEN: Joe Arroyo, Carlos Gardel, Kraken, Bob Marley y Joaquín Sabina, figuran entre los artistas que Juanes homenajea en su nuevo álbum. FOTOGRAFO: MARIO ALZATE, STYLING: DIANA ARANGO (@THESTYLISTSTORY), HAIR AND MAKE UP: MARCO PEÑA, PRODUCCIÓN POR: MIRIAM RABASCALL

Origen abre con Rebelión, una canción que habla de la esclavitud en la época de la colonia en Cartagena.  El Joe Arroyo es un artista con el que Juanes siempre tuvo una conexión especial; en 2002 incluyó La noche en el álbum Un día normal, que grabó junto con Chelito de Castro, productor recurrente en la carrera del Joe. En Rebelión, el paisa hace una interpretación de rock minimalista donde reemplaza las trompetas por riffs de guitarra con un sonido crudo y métrico.

En la antigua casa de Carolina del Principie era una costumbre familiar sentarse a escuchar todos los vinilos y cancioneros de Gardel. “Escuchábamos día y noche todas las canciones, nos veíamos sus películas, era una cosa obsesiva. Yo me sabía todos los diálogos. Esta conexión mía a través de esta música, era como el playlist de ese momento”. En Volver hace una versión calcada de la original en cuanto a la melodía y la instrumentación. Su aproximación es respetuosa y, sin opacar la versión original, se escuchan destellos de algunas notas de guitarra.

La admiración mutua entre Juanes y Juan Luis Guerra es inevitable. Para Juanes, el dominicano ha sido un oráculo a través de toda su carrera, e incluso produjo su álbum en vivo de MTV Unplugged. Juan Luis representa una etapa en la vida de los latinoamericanos, vivimos los noventas entre rock, salsa y merengue, y mientras que Juanes ensayaba algún cover de Slayer con sus amigos, como cualquiera de los jóvenes de esa época, bailaba los merengues noventeros en alguna miniteca del colegio. “Yo nunca estuve en la posición de ser un metalero radical y siempre pensé que no había que ser extremista. Juan Luis revolucionó la música bailable para siempre, y es solo coherencia desde ese momento hasta el día de hoy, en su música, en su sonido, que es incomparable”.

La bilirrubina en Origen puede ser la canción que más presenta un cambio estructural con respecto a su versión original. Juanes hace una versión con base de ska y un cuidado meticuloso en los detalles técnicos y de producción, en donde también invitó a músicos de The Roots para hacer los vientos.  “Queríamos darle un toque diferente, como más vintage, buscarle otro aire”. Es difícil asegurarlo, pero esta versión tiene el potencial de volver a poner la canción en el tope de las tendencias. Juanes se metió con un himno de la música en español de manera tan prolija que logra, por un momento, que olvidemos la canción original.

En dos ocasiones Juanes y Ziggy Marley han tocado en vivo Could You Be Loved de Bob Marley, de quien Juanes se declara un absoluto fan. Una canción que representa la época de la universidad y los bares de Medellín. “El reggae es la música que escuchábamos, diferente a Slayer, cuando íbamos a parchar con las nenas”. Con esta canción Juanes quería hacer algo totalmente diferente. “El reggae lo hizo él, así que intenté mejor explorar en ritmos más minimalistas, buscando un sonido tribal con la guitarra y la percusión. Ese es el ejemplo perfecto de que yo no quería superar estas canciones, ya por sí sola es un fucking hit”.

FOTOGRAFO: MARIO ALZATE, STYLING: DIANA ARANGO (@THESTYLISTSTORY), HAIR AND MAKE UP: MARCO PEÑA, PRODUCCIÓN POR: MIRIAM RABASCAL

Uno de los mayores aciertos de Origen es la versión de No tengo dinero de Juan Gabriel. Una aproximación punk-grunge de uno de los primeros y más grandes éxitos del Divo de Juárez. Juanes alcanza la maestría interpretativa dando un giro estético y sonoro a un clásico de la música mexicana. “Hermano, a mi Juan Gabriel me voló la cabeza, era brillante, generoso y divertido. Sus canciones las ponían en la radio de mi colegio. Pura grandeza. En esta canción solo quería que todo sonara muy chimba. Ya me imagino tocarla en vivo”. Sintetizadores, guitarras y un hi-hat atravesado resumen su genialidad y fortalezas.

En Dancing in the Dark, Juanes hace una adaptación al español del clásico de Bruce Springsteen. Es una amalgama de sonidos brasileros y de folk, y a veces hasta parece un country, pero en castellano. “Un personaje muy cabrón, yo no estaba tan seguro de lo que significaba esa canción hasta que hice la tarea de traducirla, es una canción muy, muy vulnerable, y me pareció más chimba todavía. Yo conocí a ese man en South by Southwest, y quedé volao’. Tengo una colección de Bruce que mi hermana y su novio me regalaron. Yo ni siquiera sabía quién era él en esa época, hasta años después fue que lo entendí”.

En Origen, Juanes entrega una obra maestra sobre una producción artística a base de arreglos orgánicos y análogos que traen, de nuevo, todo su potencial sobre la mesa con un producto honesto y exquisito que trasciende más allá de la naturaleza de las canciones. Demuestra que el origen de su música proviene de la fusión entre ritmos y sonoridades que se entrelazaron a través de los años y  así forjaron su criterio como músico y como productor. Juanes, sin quererlo, lleva cada canción a un tributo sin precedentes en la historia de la música en español y glorifica a grandes leyendas de nuestra cultura. Verlo tocar este disco en vivo será refrescante y necesario en un momento en el que la industria parece solo visibilizar likes y reproducciones.

Juanes tiene un lugar entre las leyendas. Se abre paso entre los más grandes para regalarnos uno de los mejores discos tributo en la historia de la música latina. Es un artista que ya no tiene miedo. Ha experimentado dentro de diferentes ritmos, tendencias y sonoridades sin parpadear. No es infalible. Algunas veces erró, y en muchas otras acertó, pero ahora, su vulnerabilidad y determinación se traducen en genialidad y brillantez: la majestuosidad de la música en español.

Cuando escuché este nuevo disco lo primero que pensé es que es realmente riesgoso. Meterse con canciones tan grandes, con himnos tan importantes de la música en español, podría resultar en un éxito gigante, una genialidad, o en un fracaso monumental. Entonces, ¿cómo asumiste ese desafío y ese riesgo tan grandes?

Yo no ando buscando millones de likes. Para mí es algo más profundo; el querer hacer cosas que tengan más que ver conmigo. Y esto lo hice en el momento que lo quería hacer, esto no fue algo de ahora, sino de hace mucho tiempo. Yo tenía muchas ganas de hacer un disco así. Todo lo hicimos incluso antes de que la pandemia comenzara. El plan era terminar de grabar el disco en la primera semana de marzo y lo íbamos a lanzar en abril, pero todo se aplazó. Y sí, claro que hay riesgo, pero esto es lo que yo quiero hacer. No estoy esperando ni pensando realmente en que la radio ponga estas canciones. Que lo escuche quien quiera, el que sea. Por otra parte, cuando vuelvan los conciertos, este disco será toda una experiencia al tocarlo en vivo. El origen de las canciones que tienen que ver con la música que yo escuchaba desde peladito. Además, fue una oportunidad también, grabar y producir canciones que no tienen el peso de ser una canción mía, sino que puedo interpretarlas de otra manera y hacer un homenaje a estos personajes tan cabrones con estas canciones tan cabronas. Era alejarnos lo que más pudiéramos de la original y hacer una versión que tuviera que ver con mi sonido, o por lo menos con cómo yo estoy viendo las cosas ahora, cómo quiero hacerlas.

Pero, pensando un poco en la audiencia, en los fans tuyos y de estas canciones, ¿no crees que ahí hay un riesgo muy importante? Porque independientemente de la calidad de la canción, las personas que aprecian estas canciones, pueden amar tu versión o la pueden odiar.

Sí, 100 %, pero eso sí es inevitable. ¿Cómo lo controlo? ¿Sí me entendés? Yo no tengo el control sobre eso, yo tengo el control sobre lo que yo puedo hacer y el amor con el que lo puedo hacer, solamente yo sé lo que significan para mí. Es decir, a mí nadie me puede quitar lo que significan esas canciones para mí y la conexión con cada una.


“Yo no ando buscando millones de likes. Para mí es algo más profundo; el querer hacer cosas que tengan más que ver conmigo”.


¿Y desde cuando querías hacer un disco tributo?

Cuando yo vine a Estados Unidos, en los conciertos vi que todos los artistas hacían homenajes, en medio de los shows tocaban canciones de otros artistas, y eso siempre me gustó. Realmente hace parte de mí. En varios de mis conciertos o en los camerinos, en cualquier parte del mundo, Juan Pablo Daza sacaba la guitarra, yo sacaba la guitarra y comenzábamos a cantar canciones de otros que nos gustaban. En realidad es algo que he hecho desde que estaba pelao’. En mi casa, con mis hermanos cantábamos canciones de Gardel, Julio Jaramillo y Diomedes Díaz. Siempre lo hice, pero ahora quería hacerlo de esta manera, como con un disco, como concepto, y claro, siempre habrá alguien que va a decir, “Esto es una mierda”. Pero hermano, a mí me gusta y quizá lo pude hacer mejor, o quizás no, o de pronto no lo tuve que haber hecho, pero lo quería hacer, y lo hice con todo el amor y dedicación, ¿me entendés? Es un trabajo cabrón que hice con Sebas, y con toda la gente que estuvo metida ahí en cada detalle, buscando la forma más adecuada para encontrarle la versión a esas canciones en mi música y en mi forma de hacerla.

Tus orígenes definen un contraste fuerte con tus inicios en el metal y el rock más agresivo…

Pues es que yo vivía en un mundo muy pequeño. En principio toda mi vida giraba entorno a mi familia, una época muy hermosa. Ya después, mi adolescencia coincide con la era más fuerte del narcotráfico de Pablo Escobar, el país y Medellín súper convulsionados. Fue la llegada del rock en español, del metal, del punk, del new wave. Yo tendría 15 años, y pasé de la música de cantina a Kraken, Nash o Parabellum. Entonces, varias de las canciones que están en Origen, también tienen que ver con ese momento. Por ejemplo La bilirrubina, porque a pesar de que yo era metalero en ese momento, la primera novia que yo tuve a los 18 años, pues fue gracias a esa canción. ¡Y me enamoré perdidamente! Nunca creí en los radicalismos, toda la música es hermosa. Y además la música que tiene que ver con nuestros orígenes y con la mezcla africana con indígena, con el Caribe, el Pacífico, el
Atlántico y toda nuestra cultura tropical.

¿En qué momento empezaste a involucrar todos estos matices de la música popular en tu obra?

En Ekhymosis probamos algunas cosas, metimos congas, piano y otros tumbaos. Experimentamos en las líneas del bajo, pero todo esto estuvo mucho más presente en mi primer álbum como solista, la percusión tenía que ver también con la percusión colombiana y, en varias canciones, el bajo es un bajo de vallenato, de hecho, lo grabó ‘El Papa’ Pastor, quien también tocó en La Provincia.

¿Qué tan sencillo fue hacer estas versiones en el aspecto artístico y creativo?

En lo artístico el proceso fue muy agradable porque no sentí ni angustia ni miedo al hacer esto, al contrario tenía muchas ganas. Y quería hacerlo honestamente, como lo sentía en ese momento. Ver todo el progreso desde el primer día en que trabajamos con Sebastián aquí en mi casa. Cada día era un nuevo descubrimiento; “Hey, vamos por este lado, vamos por este, intentemos. ¿No suena chévere? Entonces vamos por acá”, pensando en cómo cantar las canciones, sin imitar a un personaje, sino que fuera más como un lugar intermedio. Entonces, en ese aspecto, del putas, porque realmente era algo que yo quería hacer y me disfruté mucho el proceso. Fue muy interesante ver cómo una canción podía regresarme a la infancia en un instante, sin haberme detenido antes a ver cómo estaba hecha. Cuando uno graba las canciones, se da cuenta de eso más fácil; es como si vos transcribieras un libro, pues como que, “Ah, jueputa, OK”. Uno entiende todo como desde otro ángulo distinto.

 ¿Y la parte legal?

Hay varias canciones que ya son de dominio público, como la de Gardel, porque ya ha pasado mucho tiempo. Después, canciones como las de Joaquín [Sabina] o Juan Luis, y varias de los que están ahí, Bob Marley, pues pedimos todos los permisos, luego escucharon las versiones y les gustó a todos. Todo cool, pa’ lante. Ese fue el proceso.

SIN PRETENSIONES: Juanes ha corrido un riesgo enorme en este disco. Un riesgo que solo puede compararse con el hecho de experimentar con lo urbano en sus producciones anteriores. FOTOGRAFO: MARIO ALZATE, STYLING: DIANA ARANGO (@THESTYLISTSTORY), HAIR AND MAKE UP: MARCO PEÑA, PRODUCCIÓN POR: MIRIAM RABASCALL

¿Y consideras importante tener una bendición del artista?

Si haces un homenaje a alguien haciendo una versión de una de sus canciones, bacano que cuando la escuche, le guste, ¿sí me entendés? Pero eso es algo que no se puede saber. Es una versión más, habrá mil versiones más, además de la mía. Pero fue increíble haber tenido la oportunidad de compartir y hablar sobre estas canciones con Ziggy Marley, con Juan Luis Guerra, con Joaquín Sabina y con Fito Páez. Hacer estas versiones no llegó de la nada, detrás de cada una hay una historia. Gardel era la música de mi infancia, y con Fito nos conocimos hace 20 años y desarrollamos una amistad que también hace que esas cosas pasen más naturalmente.

¿Cómo te sentiste volviendo a hacer un disco con una base análoga en donde están presentes tantos instrumentos? Como volver a eso que ya habías desarrollado tanto en el pasado y que, de repente, en la última década habías dejado de explorar. ¿Cómo se sintió regresar a eso, volver al instrumento?

Bien, hermano, muy bien. Yo creo que este álbum marca un camino, como una nueva dirección que voy a tomar por un tiempo, o por el resto de mi vida. El ejercicio que yo hice con Mis planes son amarte y con Más futuro que pasado, fue espectacular. A mí me gustó mucho todo lo que hice ahí, haber tenido la oportunidad de trabajar con tantos artistas sin sentirme cómodo del todo, en un lugar donde yo no era 100 %, pero aprendí mucho de todos ellos, me pareció muy, muy chévere esa forma de ver la música, es otro mundo. Haber experimentado en esos sonidos fue muy chévere, pero sentí que en el último disco fue como el límite de hasta dónde yo podía llegar, más de ahí no quiero, ni puedo, ni me interesa; y a lo que me refiero con eso, es a tener que hacer música que tenga que ver con un formato especifico, como la radio. Este álbum me conecta con lo que realmente a mí me mueve. Me mueve la música, y no es que no me guste lo que hice, sí me gusta. Pero no todo lo que uno hace está bien, hay cosas que no están bien, incluso para uno. Uno dice: “Hubiera cambiado esto, hubiera cambiado aquello”; eso es inevitable, o por lo menos en mi aprendizaje, porque yo sigo aprendiendo. Y me equivoco y lamento eso, y después digo: “Jueputa, siquiera me equivoqué, porque si no me hubiera equivocado, no estaría donde estoy”.

Además, uno va a aprendiendo mucho de la gente. La gente es increíble, no importa la edad que tengan. Entonces pa’ mí, yo no siento que ningún género musical sea menos o más que otro, hay unos que necesitan algunas cosas y otros que necesitan de otras. Al final, sentí que esto era lo que tenía que hacer, lo que me ha gustado toda la vida, el rock. Esto no quiere decir que voy a dejar la parte caribeña, la región, todo lo que a mí también me gusta, como el vallenato, el merengue, la salsa, y hasta el reggaeton.

La guitarra en este disco es protagónica, y refiriéndonos a la última década, quizás las tendencias de la industria te estaban diciendo que te separaras un poco de ella, y ahora vienes con un disco cargado de guitarra.

Sí. Cuando salió el disco de P.A.R.C.E. fue una etapa muy dark en mi vida, en lo creativo esencialmente, y me di cuenta de que son cosas que tenían que pasar. Luego el MTV Unplugged, que fue un álbum donde, de alguna forma, volví a experimentar toda esta parte orgánica con Juan Luis, muy chévere, fue una cosa muy bonita para mí. Después vino Loco de amor, que fue un experimento también de alguna manera con Lillywhite. Pero después viene Mis planes son amarte, que fue con Sky, Mosty y Bull Nene; muy chévere, y después de todos esos recorridos yo digo “no más”.

Realmente quiero hacer la música que amo, la música con la que yo me siento tranquilo y cómodo. En esta pandemia he compuesto como loco, y obviamente este álbum lo hice hace mas de un año, entonces imagínate un año más, me puse a estudiar, me puse en armonía con todo. Además empecé a visibilizar todo lo que viene, de acá pa’lante, para mí es otra cosa, porque se trata de lo que yo puedo hacer naturalmente y bien hecho, que es tocar la guitarra y cantar.


“Al final, sentí que esto era lo que tenía que hacer, lo que me ha gustado toda la vida, el rock”.


¿Crees que, a veces, esa exploración en lo urbano tiene que ver más con agradarles a las nuevas generaciones y con estar en la tendencia y, de repente, la industria en general empuja a los artistas hacia allá? A algunos les resulta bien, y de pronto a otros no tanto.

Sí, pero yo no critico eso, yo solo puedo hablar de lo que yo viví, pero yo no puedo juzgar a otro artista porque lo haya hecho, pero es que a veces es inevitable apagar todo ese ruido que está llevándote hacía allá, ¿me entiendes? Es inevitable porque también es una oportunidad, ¿por qué no hacerlo? ¿Por qué no intentarlo y trabajar con otra gente que no tiene nada que ver conmigo y hacer un experimento? ¿Por qué no? Si al final también es una manera de hacer arte. Pero, claro, es factible que puedes quedarte en la mitad. Ni acá, ni allá. Hay artistas que lo hacen y les encanta, pero hay que tener una actitud para hacer eso, para hacer reggaeton, y por eso ellos lo hacen bien y les va bien, porque son honestos. Pero hubo otras cosas que me llevaron hacia allá.

Kanye West a mí me encanta y todo lo que hace me parece del putas, su música y lo genio que es ese man como productor. Me encanta el hip hop, me encanta el trap, siempre escucho Post Malone y me parece lo máximo. Entonces yo no me negué a eso, tengo tres hijos adolescentes que todo el día están escuchando eso. Yo lo escucho y es inevitable, y en este momento de mi vida no hay espacio para radicalismos. En este momento lo que quiero hacer es cantar mejor, tocar mejor la guitarra, componer mejor, y si puedo hacerlo con personas que lo disfrutan como yo, hermano, feliz. Pero, estar pensando en la carrera de ser el Número Uno, de entrar a la radio, eso es muy heavy, porque cuando a mí me pasó, y en ese momento era algo natural, yo no estaba pensando que eso llegó con las canciones, la música cambia y la música es cíclica, a mi parecer.

Viendo cómo va la industria musical, y que sigue yendo en el mismo camino, ¿crees que este disco representa para ti una declaración de principios artísticos?

Sí, yo creo que este disco me conectó con mi esencia y con todo mi pasado. Me hacía mucha falta la guitarra, la batería, y tocar con personas. Me hacía mucha falta sentir la fuerza de la música y sobre todo, de la música orgánica, eso es claro, y no lo hago como una forma de protesta a la industria actual, nada de eso, sino que simplemente es lo que quiero hacer en este momento y que quizás había querido hacer hace mucho tiempo. Este era el momento. Pero sí está claro que difícilmente podría volver a sacar una canción con unbeato un dembowno porque no me guste, simplemente no creo que en este momento de mi vida quiera volver a hacer eso.

¿Cuál crees que fue el determinante para dejar atrás el sonido urbano, y más cuando aún sigue siendo tendencia?

Pues lo primero es que ahora cuando hablamos de lo urbano, sinceramente, es el mismo pop, el mainstream.

Claro, pero Origen no necesariamente se sale de esos parámetros, sigue siendo un disco pop…

Pero yo no estoy en ninguna tendencia de esas. Yo estoy haciendo un disco conceptual.

Pero no necesariamente puede no ser pop, Origen siendo un disco robusto, un disco rock & roll, lleno de potencia orgánica, igual puede ser mainstream y puede ser pop, si los llevas hacia ese lugar, ¿no?

No lo sé. Yo no sé qué puede pasar con el álbum. Yo sé que es lo que quiero hacer ahora, y lo hice con todo el amor del mundo, y es lo que yo en este momento soy, y la gente que me conoce sabe que yo soy así. Esto marca un poco como pa’ dónde voy con el sonido de mi música nueva, sin decir que así van a ser mis próximas canciones. Lo orgánico, de tocar la guitarra, de cantar, de experimentar un poco más con el sonido, hacer cosas más diferentes, sí está claro.

¿Entonces el urbano y esa producción más digital ya no te gustan?

No es que ya no me guste. Me encanta. Solo que quiero hacer algo más orgánico. Por ejemplo, a mi hija Luna le encanta la música y ella entra a Splice.com a bajar sus samples, y es muy poderoso poder hacer eso, bajás kicks, snares, hi-hats, bajos, guitarras, lo que te dé la gana. Y después eso lo podés modificar, lo podés cambiar, es una cosa tan infinita, y es una forma diferente de concebir la música. No desde el instrumento, sino de una manera diferente, que para mí antes era totalmente rara y es ahora que la entiendo, la valoro mucho y me gusta. Hay producciones hechas así que me gustan mucho; Frank Ocean o Tyler, the Creator, me encantan todas esas texturas. Pero por otro lado, yo tengo guitarra desde que tenía siete años, me gustan Los Panchos, Los Visconti, Octavio Mesa, Metallica, ¿sí me entendés? [Risas] Yo soy muy montañero, y me encanta. A mí me gusta el rock, me gusta el metal y soy un poco enfermo con eso, me encanta.

¿Ese cambio o redireccionamiento surgió de un momento a otro? ¿Cuál pudo ser el detonante?

Es que empezaron a pasar cosas muy chéveres, hermano, y sin planearlas. Cosas como el show en Rock al Parque, momentos que de alguna forma me trajeron buenos recuerdos. Me hacía falta volver a ese lugar, sinceramente. Y estoy como en ese camino. Antes del Covid, me puse a pensar en que quiero hacer la música que me gusta hacer. Y si la gente la quiere escuchar, del putas, la que no, todo bien, hay de todo tipo de opciones allá afuera. No quiero imposiciones, ni tampoco casarme con algo en especifico, quiero tener libertad. Estoy en una clase de colegio que se llama dibujo libre. [Risas]. Yo llego acá al estudio, y no tengo ni puta idea de lo que voy a hacer, no tengo ninguna idea, nada, simplemente prendo el computador, saco mi guitarra, y de repente en la noche tengo una idea, y la empiezo a desarrollar y tiene un poco de todo.

DE CARA AL FUTURO: Juanes se prepara para lo que está por venir; ha mirado al pasado para retomar la construcción de un legado que lo mantiene entre los más grandes de la música en América Latina. FOTOGRAFO: MARIO ALZATE, STYLING: DIANA ARANGO (@THESTYLISTSTORY), HAIR AND MAKE UP: MARCO PEÑA, PRODUCCIÓN POR: MIRIAM RABASCALL

Comparto contigo esa idea de que la música es cíclica, y si bien el reggaeton sigue reinando y siendo Número Uno en las tendencias y en el consumo, ¿no crees que de repente las cosas están cambiando un poco, y ese sentimiento análogo, orgánico de la música está cogiendo fuerza otra vez?

Sí, yo siento eso, quizá por mi edad o porque es mi realidad. Yo creo que no está nada mal la música que está saliendo hoy en día, es parte de una tendencia, pero siento que debe haber música que innove un poco más y que no todo sea tan repetitivo. En un punto todo suena igual. Y cuando llega alguien como Rosalía, la rompe, la gente queda sorprendida. O con C. Tangana, ¿qué pasó? ¡Pum! La rompe, chao. Como hizo Balvin en su momento, como hizo Bad Bunny en su momento, ¿me entendés?

Ese tipo de propuestas llegan en algún momento y rompen la película. Por otro lado, los shows de rock son lo más chimba que hay, ir a un concierto y ver una banda como Strokes o como fucking Metallica, eso es una cosa loca. La batería, la guitarra, el sonido duro, eso también es una actitud muy, muy, muy brutal, que yo creo que jamás se va a perder, jamás, aunque digan lo que digan, jamás se va a perder. A la gente le gusta el rock o el reggaeton, o simplemente la música con la que pueda sentirse bien de acuerdo al mood que tiene, y eso está bien. Lo más horrible que puede pasar es que en el arte haya barreras, eso sí me parece horrible.

Hay algo muy importante en este disco y es que, más allá de tus influencias, no cualquier artista tiene la capacidad de hacer ranchera, rock & roll, pop, tango, salsa… ¿Cómo te metes en ese video? Porque aparte de necesitar una capacidad artística gigante, son aguas movedizas, es muy difícil.

Pues hermano, es lo que yo te digo. Yo en mi familia, cuando estaba peladito, lo único que escuchaba era música popular. En el colegio todas las peladitas estaban locas con Luis Miguel y con Menudo, y yo ni los conocía, no entendía. Yo vivía en otro mundo, o sea, mis primeros conciertos fueron de Los Chalchaleros, Los Visconti, Totó La Momposina, Joe Arroyo, Diomedes Díaz, Octavio Mesa, Julio Jaramillo, esos eran mis ídolos. Mi algoritmo era ese, lo que vivía con mi familia en Carolina del Príncipe. Pero, claro, ya en el bachillerato conocí el primer álbum de metal, Sabotage de Black Sabbath. El primer novio de mi hermana me lo llevó a la casa. Y también me presentó Mujeres de Silvio Rodríguez. Ya luego sería AC/DC, Rush, Yes, Bruce Springsteen. Imagínate en el colegio a mis amigos Felipe Martínez, Federico López… hablando de Kiss y Slayer, y yo no tenía ni puta idea de esa música, pero cuando la descubrí dije de una: “No, esta mierda es muy hijueputa”, y ahí me quedo clavado como loco. Hasta el día de hoy. Y debe ser por eso que experimento con tantas cosas diferentes, entonces aquí estamos, dando lora como un hijueputa.

¿Cómo ves la situación actual en Colombia? No es algo nuevo, pero cada año detona de una manera más fuerte.

Colombia está en una situación crítica, cada vez más violenta y salida de control. Lo que comenzó con un clamor justo de la sociedad, pidiendo justicia social y más oportunidades para todos, se está convirtiendo en un caldo cada vez más peligroso y sangriento de donde no podremos salir si no tomamos una pausa para pensar y reflexionar. El sistema está podrido desde hace mucho tiempo y este estallido es consecuencia de esa historia desigual que hemos vivido desde nuestro nacimiento como república.

En Colombia llevamos 200 años dirigidos por las mismas tendencias políticas, las mismas familias, ¿cuándo crees que sea el momento de darle una oportunidad al cambio y a políticas sociales, progresistas y liberales?

Las cosas no van a cambiar de un día para otro; cambiar un sistema entero tomará años, abrir las puertas a la educación y a la conciencia social tomará generaciones enteras, no es solo parte de un gobierno de turno, sino parte de toda una transformación de la sociedad consciente, y eso va tomar mucho tiempo. Cuidar la vida de todos, cuidar las empresas que fomentan desarrollo, cuidar la generación de riqueza y no la acumulación de riqueza. Colombia requiere una unión real que convoque a muchos para deponer los odios y las fracturas, y poner a Colombia en un propósito común. 

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