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Hablando sobre el caos con Mauro Castillo

Actor, cantante, trombonista y productor, desde Cali se ha abierto camino en las grandes ligas de la música global

Cortesía Mauro Castillo

No podemos hablar sobre Bruno, pero sí sobre Mauro Castillo. El artista caleño, que fue parte del grupo Niche, jamás se hubiera imaginado que llegaría al número uno en los listados de Billboard, gracias al tremendo éxito del tema We Don’t Talk About Bruno, en compañía de Adassa, Stephanie Beatriz, Rhenzy Feliz, Carolina Gaitán y Diane Guerrero. Mucho menos que haría parte de una película animada de Disney ambientada en Colombia. Hablamos con él sobre el azar, la popularidad y las oportunidades.

Hablemos sobre el fenómeno de la banda sonora de Encanto. Sorpresivamente, se convirtió en todo un suceso en la radio. ‘We Don’t Talk About Bruno’ es la canción más popular de Disney de todos los tiempos y, posiblemente, sea el éxito más importante de este año a nivel comercial. 

Sí, el álbum ha estado más de ocho semanas en el Número Uno. La canción duró cinco semanas en el Número Uno del Hot 100, pero sigue estando entre las cuarenta más populares. 

Exacto. Cuéntame qué piensas sobre eso ¿Cuáles son las razones para que esta banda sonora haya calado tan fuerte? No solo en Estados Unidos, sino en el mundo.

La película tiene mucho que ver. También tiene que ver con que es una canción para niños, pero es medio espeluznante, medio miedosa, medio misteriosa. Es un montuno y un chachachá. El chachachá es muy fácil de bailar. Siento que, profundizando un poco, la gente tal vez estaba cansada de recibir lo mismo respecto a lo que se entiende hoy en día como música latina, y esto es nuevo, sobre todo para los niños. Imagínate cuánto hace que en la radio no sonaba un chachachá. Estamos hablando de décadas. Entonces, para ellos es totalmente nuevo. 

La historia como tal es encantadora. Es sobre la familia, y sobre ese familiar del cual no se habla en la mesa, pero en los cuartos sí. Además, la canción hace una buena descripción de los personajes, porque cada uno habla distinto de Bruno. La hermana, obviamente lo quiere y lo ve como que una persona misteriosa que llegó y que simplemente la perturbó con lo que le dijo. Los pequeños dicen que tenía ratas y que el terror se le veía en la cara. Entonces, como que también pone a la audiencia finalmente en su lugar.

Fue una grabación bien complicada. Lin-Manuel Miranda (el compositor de las canciones de Encanto) dijo que no hay otra canción que tenga seis o siete cantantes y que haya funcionado. En realidad es bien complejo mantener una línea en la historia y que te enganche tanto, y que termine volviéndose objeto de repetición. Además, la película trata sobre el abrazo. La película tiene mucho que ver con eso. Con estar cerca, con sentirse ahí. El abrazo no lo teníamos sino hasta hace poco. La canción llega en un momento muy especial, y siento que, por todas estas razones y porque además es muy fácil de bailar, ha llegado a ese lugar.

Encanto, además de desarrollarse en Colombia, habla sobre quiénes somos, qué comemos, cómo hablamos. Pero también tiene que ver con las familias extensas. Con esas familias que van más allá del padre y la madre y que incluye las relaciones entre abuelas, primos y tíos ¿Tú vienes de una familia extensa? ¿Tienes esa experiencia?

Claro, claro que sí. De niño nos juntábamos con mis tíos, los hermanos de mi mamá y de mi papá. En casa somos cinco: Mi papá, mi mamá y tres hijos. Mi hermana mayor y mi hermana menor. Tenemos un hermano de la primera unión de mi papá, pero él vivía en Washington. Lo que te quería contar era sobre esa idea de familia que se junta y que está ahí. Claro que estaba en mi casita, en mi círculo. 

Cortesía Mauro Castillo

En Encanto tú le das voz a un personaje, pero creo que la película sirve para que todos nos identifiquemos con un personaje en particular. Fuera del personaje de Félix, ¿te sientes cercano e identificado con alguno de los otros personajes? 

No sé, a ver… ¿Con cuál será? Nunca me habían hecho esa pregunta. Tal vez Luisa, la que es fuerte y puede manejar todo. También con la manera en la que uno se exige a veces, la cual no es la correcta. Yo creo que a veces, si uno se exige, no digamos que menos, pero sí de una forma diferente, un poco más ordenada emocionalmente, a lo mejor sería más exitoso… No digamos exitoso, sino más eficiente, en términos de no pasar por esas depresiones. Siento que, si nos presionáramos menos y si nos metiéramos menos en el rol de ser el papá que da todas las cosas, o el hermano mayor que lo hace todo, o el líder de equipo, o el director de la banda, que asume todas las responsabilidades, creería que podríamos estar mejor. 

En estos días, ya que aquí podemos hablar de cine y de música, me acuerdo de que siempre la gente me pregunta, “¿Y qué es lo que viene?” Hay cosas maravillosas por ahí. Pero para mí las cosas se dan un día a la vez. En un día te ponen a prueba y tú respondes. En un día te dicen que sí o no, y luego llegan los Óscar y estás ahí, y se empiezan a presentar otras oportunidades. 

Me acuerdo cuando en la película Dark Knight, el Joker dice que todo el mundo tiene un plan. Y él simplemente hace cosas. Entonces, si tú te pones a ver que todo se da un día a la vez, finalmente entiendes que todo se resume en hacer cosas. A veces, te lo puedo confesar, hacer un plan puede resultar siendo lo más irresponsable de este mundo, con todo lo que existe. O sea, creer que puedes controlar lo que pasa, es imposible. Cuando tú respetas al caos, el caos te trata bien. Como que dice “¡Ah! esta persona entendió”, y empieza uno a volverse lo que hace y lo que se quiere hacer.

Mira que en estos días salió un vídeo viral. Estábamos en los estudios Warner revisando un acuerdo con un par de amigos y con un ingeniero brillante, que es Carlos Solís. Ha trabajado en Batman y en una cantidad de cosas. Estábamos por ahí caminando en ese lugar donde se filman las películas, como te dicen cuando entras. Es como un safari. Te dicen, “Por aquí, eventualmente, podrías ver caminando a alguien famoso”. Solo podemos verlos, pero no acercarnos, porque no sería agradable que los estuviéramos molestando mientras están trabajando o alguna cosa así. Vi muchas fachadas. Está la de La La Land, la de Friends, la de The Big Bang Theory

A propósito de The Big Bang Theory, vi una fachada del edificio y dije “¡Qué bacano! Paremos aquí que me quiero tomar una foto”. Entonces me bajé del transporte que tenía y ¡Pum! Me estaba tomando la foto, pasó otro carro y vi a una niña que me miró. Eso fue al otro día de los Óscar. La niña hace parar el carro y el papá pregunta “¿Qué pasó?” La niña me señala y pregunta si se puede bajar. El padre nos pide permiso y entonces le dijimos “Sí, que se baje”. La niña se baja y se acerca dónde estoy. Uno de los ejecutivos le dice “¿Lo reconociste? ¿Cierto que él es el de Encanto?” La niña dice que sí. Y yo dije “¡Wow! recién terminada la presentación de los Óscar”. Uno de los ejecutivos dice: “Bueno, pero cántale algo, envíale un saludo”. Entonces empecé a cantar la canción con la niña y ella me invitó a su cumpleaños. Ahí dije: “¡Juemadre! Pues te voy a dejar un saludo de cumpleaños”, y después volvimos a cantar la canción. El vídeo es mucho más largo de lo que te cuento. Luego nos fuimos y cuando llegué a la casa me encontré con una gran cantidad de menciones en Twitter. 

Resulta que el papá de la niña es productor de una emisora en Wisconsin y el locutor es la voz oficial del equipo de baloncesto en Wisconsin. El papá subió el vídeo y se volvió viral. En 48 horas iba para 700 mil vistas de su cuenta de Twitter. Y ya me han llamado de noticieros y lo han puesto por ahí. En fin. Con eso quiero decir que uno simplemente hace y busca la manera de ser y hacer lo que uno quiere hacer. Eso no fue planeado. 

El caos es simplemente hacer. Entonces cuando me preguntan “¿Vos qué consejo le das a las nuevas generaciones?”. Hermano, hay que disfrutar el momento, y tratar de dar lo que uno más pueda porque este mundo está volviéndose muy individual. Todo el tiempo nos estamos produciendo hasta para estar en la casa. Ya sabemos que va a pasar una cámara por ahí en algún momento, entonces tenemos que estar, en cierto modo, presentables y tenemos que decir algunas cosas que son inherentes a la plataforma en la que estamos. 

Creo que te refieres a la teoría del caos, y creo que el éxito de Encanto tiene que ver con eso. Tengo entendido que luego de Zootopia, los directores estaban pensando en trabajar sobre las familias extensas y, por casualidad, había dos colombianos que estaban haciendo un detrás de escenas de Zootopia y terminaron diciendo, “En Colombia hay familias extensas”. Todo se fue conformando así, y creo que ese es el encanto de Encanto. Que hace parte de ese fluir y que se fue dando, no como algo súper producido, súper planeado, algo que creo, también está matando a la música. Creo que nos falta más jazz, más salsa, más improvisación. Estoy pensando en Carlos Santana. Como le metía anarquía a sus canciones con esos solos que uno no sabía para dónde iban y que podían durar mucho. 

Sí, sí, cuando hablo de ser, es eso. Cuando me preguntan, “Bueno, ¿cómo es la cosa? ¿Qué consejo das?”. Yo digo, “Si vos querés llegar… o hacer algo, tratá de ser eso que vos estás haciendo, y seguro vas a estar por lo menos feliz haciéndolo. Si vas a hacer música, tratá de ser música. Si vas a hacer el baile, tratá de ser el baile. Y ya. Es utilizar las herramientas que tenés ahí y a partir de eso, empezar a construir una narrativa. Creo que así empieza a salir eso que los gitanos llaman “duende”, para referirse a la esencia de las cosas. 

Yo me acuerdo que, cuando estaba en algunos grupos de salsa, me tomaban una foto y sonreía. Me decían mis compañeros “Vé, pero no te rías así que pareces un turista, reíte como un artista”. Entonces yo decía, “¿Y cómo se ríe el artista?”. No me soportaban mucho por eso. Pero, hombre, tenemos que ser auténticos.

Cortesía Mauro Castillo

Espontáneos también.

Sí, hombre. Tenemos que ser nosotros mismos. Qué bueno que una persona salga a las redes diciendo, “A mí no me gusta esto, pero tengo la necesidad de poner esto acá porque es importante y les muestro esto que sí me gusta, que es esta canción”. Te estoy dando un ejemplo de cómo un tipo puede ser huraño, o poco expresivo, pero que te demuestre sinceridad. Esa persona va a encontrar una cantidad de gente que va a decir, “Por lo menos es sincero”. Mucha gente sale haciendo bobadas en las redes, creyendo que uno también es bobo, y pues no, ¿A quién queremos engañar?

Un estudiante me dijo que no le gustó Encanto y le pregunté por qué; a mí sí me gustó, sinceramente, hasta me conmovió. Él me decía que le faltaba un villano, y yo le dije, “¿Por qué todas las películas de Disney deben tener un villano?”. Lo que me gustó de Encanto precisamente es que no tiene villano. Bruno no es un villano. Es la oveja negra de la familia y nadie quiere hablar de él y lo tienen escondido. Creo que la película, al no tener villano, se hace más sincera, como dices tú, pero también es una película que abraza el caos inherente a la familia. Lo más cerca a una villana es la abuela, que trata de imponer un orden y un plan, que al final no se da.

Aparte de eso tiene que ver con la compatibilidad. Por eso es que los temas de racismo son tan complicados, porque si alguien salta a las redes poniendo un insulto racista hacia el otro, es porque en realidad está generalizando de una forma muy ignorante y muy injusta. Es imposible que vos puedas tener un comportamiento despectivo hacia alguien por el color de piel en un país donde todos somos diferentes y estamos compartiendo un mismo lugar. Donde tú ves un negro todos los días, un indígena todos los días, donde ves… Si vos tenés por lo menos algo de conciencia, vas a saber que alguna persona perteneciente a esas etnias alguna vez te dio un consejo, alguna vez te dio trabajo, alguna vez te sirvió un tinto, alguna vez hizo parte hasta de tu familia ¿Cómo vas a decir eso en un país como el de nosotros? Volviendo a lo de Bruno, tiene que ver con eso, ¿no?  

La canción también es acerca del chisme. Esa es otra cosa que no te había dicho. El chisme es mundial. Y ahora se volvió franquicia (Risas).

Es como la señora que le dice a las amigas, “¡Es qué hay gente más chismosa! Venga les cuento”. No vamos a hablar de Bruno, pero estamos hablando de Bruno. 

¡Exacto!

En términos musicales, me imagino que Encanto te está abriendo muchas puertas, posibilidades de explorar esa parte musical…

Esta es una frase casi de publicidad, pero que tiene un alto porcentaje de razón: Una canción es buena dependiendo de las manos en las que caiga. Estoy hablando en términos de la industria, no en el hecho de que tú puedas describir y decir, “Esta estructura es buena, me gustó la armonía”. Yo llegué como artista independiente a Encanto, y ¿qué me permitió? Hacer una alianza con Codiscos, que es mi casa disquera, y empezar a tener una incursión internacional, una expansión de mi proyecto, sobre todo con el Chacha Me

Bruno es un chachachá, pero la gente ya no baila chachachá y todos están como con esa duda: “¿Seguimos por ese lado?”. Ahora muchos quieren aprender español, ¿sabes? Muy pocos sabían que en Colombia había afros. Hablé con una periodista extranjera, de Estados Unidos. Hablaba un poco español, y me dijo que no sabía que había negros en Colombia, y yo “¡Wow! ¿Cómo así?”. Esta fue una oportunidad muy buena para que nos conozcan y para conocerlos. 

Todo esto hace parte de la forma de entrar en la industria. Si tú te pones a ver y a revisar la industria de la música, en Colombia somos muy románticos y hay circuitos, pero no hay una industria. Por ejemplo, en Cali es complicado. En Estados Unidos hay American Idol, por ejemplo, y hacen el circuito que hacen acá con cantantes que se llegan a ganar un Grammy y hasta un Óscar, o los dos. Es porque hay una industria. “¿Tienes talento? Vamos a darle. ¿Es reconocida? Vamos a darle”. Entonces, llegar de forma independiente, ha hecho que llegue a lugares del entretenimiento donde es necesario, por lo menos, tener una disquera. Para un artista independiente, siempre termina siendo un poco difícil.

Llegué a Disney porque hice un buen casting, pero también porque me vieron hacer un trabajo musical interesante. Inicialmente, yo llegué en algún momento a ser consultor de un par de cosas para la película. Pero fue una cosa como una llamada y unos correos. No fue que oficialmente me contrataran como consultor. Me tuvieron en cuenta porque dijeron “¡Ah! Este artista tiene, hace, sabe, entiende”. Entonces me llamaron. Uno a veces tiene que expandirse de diferentes formas y buscar enamorar a un público primero. Ir por todos los territorios, ganando gente. No se puede hacer una expansión ultra-territorial regional como lo hacen las disqueras. Pero si el contenido es bueno, finalmente consigues cosas. Empiezas a avanzar. 

Todas estas cosas han ayudado a que mi carrera siga andando. La presentación en vivo fue buena. Para mucha gente cantar ahí, en los Óscar, es difícil por las personas qué hay ahí y por lo que pasa. Pero no. A mí me parece que es más difícil cantar en otros lados. El actor siempre está abierto a lo que le manden. Está en ese trabajo de explorar y ver qué saca para sus nuevas creaciones. 

Entonces, es una cuestión de flow. De fluir con el caos. También de mostrar otro flow diferente al que está acostumbrado el público y también es el flow de la música. Colombia tiene mucha música. Nos estaban viendo solamente por un tipo de música. Yo estoy pensando en Shakira, estoy pensando en Juanes, estoy pensando en Carlos Vives y en el reggaetón. Pero tú estás mostrando también otra música que hace parte de Colombia, y creo que eso es lo que están descubriendo las nuevas generaciones. 

Sí, es brindar nuevas posibilidades. Yo siento que me consideran un artista que, por lo menos, le devuelve las ganas de creer que finalmente se puede llegar. Para mí eso es más que el Óscar, es más que un Grammy. Devolverle la esperanza a alguien es… un alma que está moviéndose entre todo lo que pasa en la industria, en la sociedad y que hace parte del rechazo o la preferencia a ciertos sonidos. 

Cortesía Mauro Castillo

Esta mañana estaba leyendo un artículo científico sobre alguien que considera a la información como otro estado de la materia. ¿Te imaginas? Estamos nosotros aquí generando una reacción física al compartir información, me parece genial. Yo no me esperaba hablar sobre caos y sobre teoría de la información en esta entrevista, pero salió. Y creo que es eso.

Me volaste la cabeza, porque finalmente es eso y es algo constante, porque vos también cambias tu composición con el flujo de información. 

Sí, es eso. Cuando vi Encanto me conmovió y te lo digo sinceramente. Tenía ganas de llorar porque mis abuelos son inmigrantes europeos. Uno es francés, el otro español. Ellos ya murieron, pero antes me enseñaron a amar a Colombia y al ver mi país en la pantalla en una película de Disney, me conmovió muchísimo. Al final de los créditos, ver a Mickey Mouse bailando con flow a lo colombiano me pareció algo extraño, pero también tremendamente conmovedor. Es algo inexplicable. Yo no esperaba, cuando vi Encanto, hablar contigo, con Félix. Es como si hubiera traspasado la pantalla al igual que Alicia en el País de las Maravillas, así como la información que se convierte en un estado de la materia. 

¡Qué bueno! Te voy a poner un ejemplo. Hay un pack de presets, como los de los efectos de sonido, para hacer transiciones en los vídeos. Tú compras esos packs. Simplemente lo pones entre un clip y el otro, y tú fluyes en tu narrativa. También los hay en la música. Vos comprás paquetes de progresiones armónicas. Esto lleva a cuestionar un poco las cosas porque dentro de la creación, tenemos un espacio que es inspiración y otro que es de cierta continuidad… y de repetirte y repetirte. 

Entonces, si hablamos de esto como un estado de la materia, ahí es donde las personas a las que casi no nos gusta entrar en el mundo de lo digital, vemos esto como una responsabilidad. Es una responsabilidad participar, porque si no participamos, eso se va a volver una dinámica y esa dinámica se va a terminar convirtiendo en una estética nueva, que es lo que pasa con la música electrónica y con todo eso, que de tanto repetirse se vuelve una estética. Que seamos compatibles o no con ella, es otra cosa. Eso también te pone en un lugar en el que tienes que decir, “Hermano, es que esto hay que hacerlo, porque si yo quiero dejarle algo bueno a los que vienen…” .

Y esto nos lleva a la esencia de las cosas. Por qué uno hace lo que hace. Tú lo dijiste. Para darle y devolverle la esperanza a las personas. Hitchcock decía, “Yo hago cine para generar emociones en las personas”. Chaplin decía, “Hago lo que hago para que la gente ría conmigo. Es un estado de comunión”. En últimas, ¿qué es lo que se busca con el arte? Se busca compartir ideas, pero también esas ideas vienen acompañadas de emociones y ahí está la conexión con un público.

Sí, es verdad. La música se madura en la calle. Si tienes la posibilidad de madurar en la calle, también tienes la posibilidad de hacerlo en lo digital. Obviamente, para mí la calle es súper fundamental, es muy importante. Necesitas saber si en realidad eso gusta o no, si la gente se acerca, si alguien comenta en serio. No son los bots diciendo, “Me encanta, me encanta, te amo”. Es revisar bien a qué fue a lo que vinimos. Porque si yo estudié música y voy a pagar para que me sigan, entonces ¿qué es lo que estoy haciendo?

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