El chocoano Jhonny Hendrix Hinestroza es un director que ha extendido los horizontes del cine colombiano. Chocó, su ópera prima del 2012, es una exploración sobre la difícil condición de las mujeres afrocolombianas. Saudó, del 2016, es in intento por ahondar en el mundo de la brujería y la magia negra en el pacífico colombiano. Candelaria, del 2017, es una cinta delicada y entrañable que se atreve a abordar la vida sexual en las personas de la tercera edad.
Góspel, su cuarto trabajo, que se presenta en la plataforma Prime Video, es una comedia musical ligera y cálida, protagonizada por un grupo de perdedores que se unen para conformar un grupo musical de apoyo para Andrés Cepeda, quien aparece en esta cinta interpretándose a él mismo.
El grupo es liderado por Humberto (Ramsés Ramos), el encargado de reclutar a los aspirantes a cantantes de apoyo. José Vicente (Cristian Villamil) es amigo de Humberto y un terrible peluquero que sufre una crisis existencial producto de una decepción amorosa. Richard (Jorge Murillo) es un ex inmigrante ilegal deportado, convertido en profesor de inglés y que posee la mala costumbre de mezclar indiscriminadamente su lengua materna con el idioma que enseña a un grupo de ancianitas amigas de su madre Lorenza (Margoth Velásquez), con quien vive. Vico (Yarlo Ruíz) es un joven que terminó en prisión por tomar una serie de malas decisiones y que acaba de cumplir con su condena, más no con una deuda con Gus, un peligroso cobrador (Víctor Medardo Rodríguez). Janet (Nidia Paola Valencia) es una madre divorciada con un gusto excesivo por el alcohol y el sexo casual, para disgusto de su hermana Lola (Kimberly Yohana Martínez). Completa el grupo Rosario (Indhira Serrano), una ejecutiva cansada de la rutina, pero con Toño (Manuel Alejandro Balanta), un esposo que cumple con las funciones de apoyar a su pareja y de servir de ángel guardián.
A lo largo de la cinta, vamos a ver como este equipo, que inicialmente es contratado para servir de imagen para las presentaciones de Cepeda, va encontrando metafórica y literalmente su propia voz. El diabólico villano encargado de truncar sus sueños es Mario, un director musical ególatra e hipócrita. Sobra decir que cada uno irá resolviendo sus problemas personales y aprenderá a valorar a sus nuevos compañeros.
Las actuaciones del elenco pueda que sean irregulares y a menudo exageradas. Tampoco ayuda mucho que esta mezcla entre Glee y Cambio de hábito responda a la estructura canónica de los cientos de películas protagonizadas por un grupo de perdedores que termina triunfando contra todos los pronósticos. Pero los números musicales (especialmente el acto final) logran conmover y el espíritu amable y gentil de Góspel termina calentando el corazón.
Ojalá que las películas colombianas decembrinas se acercaran más a la de Hendrix Hinestroza y se alejaran más de los chistes flojos y ramplones de sagas cansadas y recalcitrantes como la de El paseo.