Tras el primer adelanto de la cinta Godzilla vs Kong, las redes se han dividido de una forma que pocas veces se han visto, todo en un afán de definir quien ganará esta lucha que por décadas hemos esperado ver en la pantalla grande. Desde sus primeras apariciones a principios del siglo XX, ambos personajes impactaron en la vida de millones de personas de manera tal que en pleno 2021 siguen dando mucho de qué hablar, por lo que este crossover es sin lugar a dudas uno de los eventos más importantes en la historia de la cultura popular.
Esta esperada cinta dirigida por Adam Wingard llegará el 31 de marzo, pero para que entendamos mejor la trascendencia de este conflicto, debemos conocer la historia detrás de Godzilla y King Kong, los dos colosos que transformaron el cine para siempre.
La gran depresión de una bestia
Corría el año de 1933, Estados Unidos se encontraba sufriendo la crisis financiera más dolorosa de su historia, y a pesar de todo, continuaba tratando de sacar adelante sus industrias, entre ellas, una que ha sido clave para su dominio cultural en occidente: el cine. Con la llegada del cine sonoro, la industria fílmica se encontraba en un punto clave para el desarrollo de la misma, y entre historias que resaltaban la valentía de sus héroes durante la primer guerra mundial, el racismo latente del país y los westerns de John Ford explotados hasta el cansancio, la duda acerca de la veracidad del sueño americano comenzaba a ser cada vez más latente.
De forma sutil, King Kong representó esa duda, al buscar la fortuna fuera de la «tierra de la libertad» embarcándose en un peligroso viaje hacia tierras exóticas. Esta cinta dirigida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack se convirtió en un clásico inmediato gracias a una historia que se desprendía de lo que entonces ya se había vuelto costumbre, pero aún presentando clichés narrativos que hasta el día de hoy se reproducen, como lo es la mujer (damisela en apuros) como objeto del deseo de los protagonistas. Sin embargo, la idea de un simio de 15 metros desorientado, aterrado e iracundo que destruye Nueva York como respuesta de haberlo arrancado de su hogar y convertirlo en una atracción de circo, puede conmover a más de uno hasta las lágrimas hoy en día, y por si esto fuera poco, el uso de stop-motion fue una completa revolución para la época.
En 1991, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos declaró el debut de King Kong en pantalla como «cultural, histórica y estéticamente significativa», además de ser preservada en el National Film Registry junto a cintas como Lo que el viento se llevó, El gran dictador y Ciudadano Kane, convirtiendo a King Kong en un verdadero símbolo norteamericano.
Meses después del estreno de King Kong llegaría su secuela directa dirigida por el mismo Ernest B. Schoedsack: El hijo de Kong. La cinta fue un éxito moderado, y el mismo Schoedsack reveló que no buscaba replicar el éxito de su antecesora, sino que darle al universo que había creado un enfoque más desenfadado y divertido, lo cual no se vio con muy buenos ojos.
El miedo a la guerra yace en las profundidades
Es curioso como ambos monstruos nacieron durante una época difícil. Mientras King Kong hacía olvidar a los estadounidenses la gran depresión, Godzilla era la encarnación del estrés postraumático que Japón vivía tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Godzilla apareció por primera vez en el año de 1954 en la primer cinta que llevó su nombre. Producida por Toho Company Ltd y dirigida por el que es considerado la mente detrás del monstruo, Ishiro Honda, esta cinta nos muestra a esta bestia que nació de la radioactividad propia de una época antigua de la Tierra que ahora ha despertado y busca recuperar su dominio sobre todos los seres vivientes.
Como muchos saben, Godzilla es la romanización del verdadero nombre de la bestia: Gojira, cuyo origen etimológico proviene de las palabras gorira (ゴリラ) (gorila) y kujira (鯨, くじら) (ballena), lo cual resume muy bien la apariencia del monstruo que a diferencia del simio americano, se convirtió en una franquicia en su país dando inicio a todo un género cinematográfico: Kaiju, que se traduce simplemente como monstruo.
Fueron alrededor de 29 cintas (producidas por Toho) las que Godzilla protagonizó ya sea para aterrar o salvar a la humanidad de diversas amenazas, de las cuales, sólo 2 se estrenaron en el continente americano con diversos cambios para no incomodar al país de la barra y las estrellas con su pasado nuclear. Con un concepto mucho más enfocado en la acción y la aventura, Godzilla se transformó en un producto infantil con poca sustancia, pero que al final del día es recordado con mucho cariño en todo el mundo, a tal grado que hoy en día cuenta con su propia estrella en el paseo de la fama de Hollywood además de ser considerado un ciudadano destacado de Japón desde el año 2015.
Es así que Godzilla y King Kong representan dos culturas completamente diferentes que tarde o temprano debían verse las caras para decidir quién es la dominante, y para sorpresa de muchos, esta lucha ya había sido llevada a la pantalla en el año de 1962. Ishiro Honda fue el encargado de hacer debutar a King Kong en el cine a color para luchar contra su creación en una batalla que terminó por ganar el simio. La cinta no es recordada con mucho cariño, pues muestra un bajo presupuesto y una historia muy infantil que dista de la profundidad característica de la cinta de 1933, sin embargo, es el vestigio de una lucha cultural que había sido olvidada por casi 50 años.
El regreso de Kong y Godzilla a occidente
Tuvieron que pasar más de 40 años para que Kong regresara a las salas de cine de Estados Unidos en una readaptación de la cinta original a cargo de John Guillermin. La cinta tuvo críticas positivas recalcando nuevamente su apartado técnico, que para el año de 1976, era bastante innovador. En 1982 se estrenaría una versión alargada para TV donde se pueden ver 40 minutos de material inédito, lo cual ayudó a extender el mito de Kong y además llevarlo a nuevas generaciones como el monstruo occidental por antonomasia. Algo que el público estadounidense no encontró muy grato fue cambiar el edificio Empire State por las Torres Gemelas, encontrándolo como un esfuerzo inútil por modernizar la historia de Kong.
En 1998, Godzilla haría lo propio en una cinta que recrea la idea original de 1954 usando ahora a la ciudad de Nueva York como epicentro del caos creado por la bestia radioactiva. En esa adaptación, Godzilla deja de ser este monstruo mitad gorila mitad ballena para convertirse en una especie de lagartija. Si bien, es considerada un éxito en taquilla, recibió críticas mixtas, sobre todo por el diseño del monstruo, el cual causó tanto descontento en Japón que Toho le dio un nuevo nombre a esta nueva versión: Zilla. En otros medios como las novelas gráficas, Gojira y Zilla se han enfrentado varias veces, siendo el monstruo nacido en 1954 el eterno vencedor.
En 2005, llegaría la que es considerada por muchos la mejor película del simio gigante: King Kong de Peter Jackson, misma que a lo largo de 3 horas profundiza y desarrolla a cada uno de sus personajes así como a su protagonista: Kong, que 80 años después de su debut luce más feroz, bestial, real (por obvias razones) y solitario que nunca, creando una verdadera conexión mucho más profunda con los espectadores, sin mencionar las impresionantes escenas de acción y por supuesto la misma Isla Calavera, que en esta cinta cobra una gran importancia como un lugar perdido en el tiempo.
La llegada del Monsterverse
Hemos llegado a nuestra era, que después del éxito sin precedentes en el que se convirtió Avengers, Hollywood decidió crear universos cinematográficos de todas las franquicias posibles. De esta manera, en 2014 llegó la primer entrega del Monsterverse, Godzilla. Dirigida por Gareth Edwards, Godzilla regresa a su diseño original más corpulento y vuelve a erigirse como el salvador de la humanidad. Es además la primer producción estadounidense en mostrar el poder nuclear de Godzilla, lo cual deberá tomarse en cuenta a la hora de tomar bandos en su lucha contra Kong.
3 años después, Kong volvió a la pantalla para convertirse por primera vez en toda su historia en un blockbuster donde sus interacciones humanas se limitan y la acción es el eje central de la cinta. Aquí ya no existe la damisela en peligro, no hay un emotivo final en la punta del Empire State, no hay un Kong capturado para mostrarlo como la octava maravilla del mundo; en esta nueva Isla Calavera sólo importa una cosa: sobrevivir. Cabe destacar que Kong es aún joven en esta película, por lo que al enfrentarse contra Godzilla será mucho más grande.
Finalmente, en 2019 llegó Godzilla:King of the Monsters, donde se nos mostró que la Tierra esta repleta de bestias colosales, además presentar el primer indicio del crossover entre Kong y Godzilla. La cinta también presentó dos bestias entrañables dentro de la mitología de Godzilla: Mothra y King Ghidorah, que después de haber sido vencida por Godzilla, este último se convirtió en el Rey de las Bestias. ¿Kong será capaz de quitarle el trono y convertirse finalmente en King Kong? Lo sabremos este 31 de marzo.