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Gemelo siniestro

Prepárese para una mezcla insípida y exasperante de Midsommar, El bebé de Rosemary, La profecía y El Resplandor

Taneli Muastonen 

/ Teresa Palmer, Steven Cree, Tristan Ruggeri

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Cine Colombia

Aunque bien es cierto que no hay nada nuevo bajo el sol, nada se pierde con intentarlo. Este no es el caso de Gemelo siniestro, la película de terror del finlandés Taneli Mustonen, que se apropia descaradamente de las premisas de Midsommar y El bebé de Rosemary como si se tratara de Vanilla Ice robando a Queen o MC Hammer robando a Rick James. Sin embargo, Vanilla y Hammer tuvieron éxito, Mustonen no.

Teresa Palmer, la actriz australiana de cintas como Hacksaw Ridge y Lights Out, manda su carrera al infierno con esta película acerca de Rachel, una madre que pierde a Nathan, uno de sus hijos gemelos (ambos interpretados por Tristan Ruggeri) en un accidente automovilístico (por cierto, muy mal recreado).

Como sucede con la mayoría de las películas malas de terror que hemos tenido que soportar en los últimos veinticinco años, Rachel, su esposo Anthony (Stephen Cree) y Elliot, su hijo sobreviviente, viajan a un lugar remoto (Finlandia, en este caso) para dejar la tragedia atrás. Pero ya todos sabemos que eso no va a suceder.

Una anciana le va a advertir a Rachel sobre los eventos siniestros que transcurren en el pueblo y ella va a mostrarse incrédula hasta que es demasiado tarde. Rachel va a percibir que hay algo raro en Elliot (un niño que parece un mash-up entre Damián de La Profecía y Danny de El Resplandor), pese a la incredulidad de su esposo, el cual (¿adivinen qué?) es un escritor como Jack en la película de Kubrick.

Con un ritmo desesperante, se nos conduce a pensar que detrás de todos los misterios hay un culto pagano, pero el escaso desarrollo del personaje de Rachel hace que no sintamos ningún tipo de empatía para que algo nos importe. A esto se le suma el más grave pecado que puede llegar a cometer una cinta de terror: No llega a asustar y mucho menos a inquietar.

En el tercer acto se dará un giro sorpresivo robado (Los otros, El club de la pelea, El sexto sentido). Pero este se siente tremendamente reforzado y artificioso. Igual, no importa. La película debería primero interesarnos, para luego generar sorpresa. O, por lo menos, debería tener uno que otro sobresalto. Hay elementos mucho más perturbadores en cualquier película protagonizada por las hermanas Olsen, que en Gemelo siniestro.   

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