Hace más de quince años el director pamplonés Félix Viscarret, nos sorprendió con una hermosa historia basada en la novela El trompetista del Utopía de Fernando Aramburu, el autor también de Patria, cuya adaptación televisiva también estuvo a cargo de Viscarret hace tres años. En Vientos de La Habana, del 2016, protagonizada por el actor cubano Jorge Perugorria (Fresa y Chocolate) y la actriz colombiana Juanita Acosta (Anna), el director español adaptó el libro homónimo de Leonardo Padura. En el 2008 Viscarret se encargó del documental sobre la agrupación española El canto del loco. Y en el 2017, fue el director de Saura(s), esa interesante exploración sobre las diferentes facetas e identidades del ilustre y recientemente fallecido director español.
Aprovechando su visita a Colombia en la Muestra de Cine Español, así como del inminente estreno de su película No mires a los ojos, conversamos con Viscarret sobre sus influencias literarias y cinematográficas.
ROLLING STONE: Entré a conocer tu obra con Bajo las estrellas. Me he dado cuenta que tu filmografía tiene muchas adaptaciones literarias. De hecho, No mires a los ojos es la adaptación de Desde la sombra de Juan José Millás. ¿Cuál sería la clave para lograr una buena adaptación cinematográfica de un texto literario?
FÉLIX VISCARRET: Bueno. Yo te hablaría más de cuál es la clave para mí para saltar a una adaptación literaria ¿no? Para mí es que la obra tenga un tono propio, un universo propio, que sea estimulante para mí como narrador. Que de algún modo tenga conexiones muy cercanas con aquello que yo creo puedo ofrecer humildemente al espectador. En el caso de Bajo las estrellas es que era una historia que me resultaba muy cercana en muchos sentidos. Con respecto a la obra de Juan José Millás, desde mi adolescencia, siempre me ha fascinado mucho esa conexión que tiene entre lo mental y lo real. Como a veces, la relación entre lo que está pasando en la mente de sus protagonistas y lo que está pasando en la realidad, va en paralelo. Sus aventuras y peripecias, siempre son muy insólitas en las historias de Millás. Pero todavía es más insólito el proceso mental o la perspectiva como las percibe, analiza o narran sus protagonistas.
Las historias de Millás presentan un juego de duplicidades, de identidades. De querer ser otra persona, suplantar a otra persona o bien, asumir otra realidad u otra familia. Todas tienen un elemento, quizás de suspenso, que también es inquietante ¿no? Y hay algo casi como de humor surrealista. Todo ese conflicto, ese mundo me ha atraído mucho. Entonces, cuando los productores me propusieron esto, un autor el cual yo venía admirando desde mi adolescencia, pues te puedes imaginar. Fue una propuesta muy divertida y muy atractiva.
Entonces se volvió a producir esa conexión con un material literario que, aunque a lo mejor no ha surgido de mí como mis guiones originales, sí tiene una conexión con algo que yo como narrador de historias creo que puedo acometer de una manera tan personal como si hubiera salido de mí.
Además de ser periodista soy psicólogo. Fíjate que la película me impactó muchísimo, porque nosotros los psicólogos invitamos mucho al viaje interior y creo que esos multiversos de los que se habla hoy en día por las películas de Marvel y por la película ganadora del Óscar Todo en todas partes al mismo tiempo, también existen ese en nuestra mente en varios planos. Noté también una conexión con el cine de los años setenta, que es muy cercano a mí porque son películas que se enfrentan a los géneros y se preocupan más por las personas. ¿Tienes esa conexión con la psicología y con el cine de Rafelson, Ashby y Polanski?
FÉLIX VISCARRET: Absolutamente. Has resumido muchos de los elementos que más nos inspiraron a las personas que encabezamos esta aventura de adaptar a Juan José Millás. Este autor habla mucho desde el psicoanálisis. Él está eternamente siendo psicoanalizado y psicoanalizándose. Yo también, déjame decirte. Me parece que es un proceso muy rico para poder observar nuestros procesos mentales con esa distancia. Efectivamente, en su obra hay muchos niveles o capas de lectura para ver cuánto es real y cuánto imaginado de sus historias, como sucede en No mires a los ojos. Y luego está el tema de poder jugar con diferentes géneros con libertad, que como tú dices, es algo muy propio de una tradición de un cine que se rastrea desde los años sesenta. Esta es una película que, como las obras de Millás, arranca con un código realista y naturalista, pero donde esa peripecia cotidiana llega a unos niveles casi surrealistas, donde a veces hay un humor extraño e inquietante. Y a veces, también hay un elemento cercano al thriller. Donde al final todo encaja, o una cosa va llevando a la otra ¿no?
Precisamente estaba pensando en términos de thriller en esa película llamada La conversación de Coppola. Una persona que está escuchando, oculta y termina involucrándose.
FÉLIX VISCARRET: Donde también está el punto de vista o la perspectiva del que está escuchando y cómo el personaje va reconstruyendo lo que él cree que ha sucedido, igual que como pasa en No mires a los ojos. Como habrás visto, desde el punto de vista de la cámara, muchas veces no descubre nada que no haya podido comprobar el protagonista de antemano. Por eso esta es una película en la que tardamos en ver la cara o los ojos de un determinado actor, hasta que el protagonista no haya podido ver cómo es exactamente esa persona. A lo mejor está escondido en una cama y todo lo que ve son los pies de esa persona. O desde la rendija de un armario. Efectivamente, quizás esta sea una conexión divertida con La conversación. El respeto al punto de vista, a la perspectiva del protagonista.
Y también hay algo muy interesante en Paco León y es que su actuación está conformada por miradas. ¿Eso fue algo de él o fue conversado entre los dos?
FÉLIX VISCARRET: Pues sí lo conversamos desde el principio. A Paco León y a mí nos apetecía mucho que ese protagonista fuera algo muy diferente a lo que suele hacer habitualmente ¿no? Por lo de su fama en España, relacionada con su recorrido en la comedia, y aquí tenía que transitar unos terrenos más oscuros.
De hecho, pensé en Robin Williams y en One Hour Photo.
FÉLIX VISCARRET: ¡Ah! ¡Exacto! Otra película donde conectas y empatizas con un protagonista, a pesar de que sabes que hay algo oscuro. No sabes hasta qué punto quieres seguir de la mano de ese protagonista o hasta qué punto te va a llevar a un lugar más peculiar. ¡Qué buena conexión!
Ya para terminar quisiera preguntarte por tus nuevos proyectos ¿Puedo saber que viene?
FÉLIX VISCARRET: Sí. Este año, ahora a finales de junio, estreno en España mi siguiente película llamada Una vida no tan simple. En este caso, es un guion original mío. Es una comedia dramática o un retrato generacional de todos aquellos que estamos ya pasada la década de los 40, que nos empezamos a dar cuenta que estamos en la cara B de la cinta y nos enfrentamos a esa especie de visión de qué ha sido de los sueños que se han tenido en la juventud y la realidad. O cómo compaginar esto de la crianza de los niños, con la vida que uno espera tener, los proyectos creativos. Compaginar todo eso, pues no es tan simple. Como dice la película, es Una vida no tan simple. Eso será a finales de junio en España y ojalá algún día llegue a Colombia y a toda Latinoamérica.