Cuando se tiene una banda longeva, resulta lógico que haya quien inicie proyectos paralelos donde haya más libertad creativa y exista la posibilidad de explorar caminos que tal vez no van en la misma sintonía que su grupo principal. Enlistar ejemplos estaría de más, pues los hay por montones, pero es probable que la mayoría tenga en común que ese tipo de decisiones dan pie a la especulación sobre el futuro de la agrupación.
En febrero, Goyo anunció oficialmente que iniciaría una nueva faceta en solitario e inmediatamente distintos medios se llenaron de noticias que no hacían más que avivar el temor por el “posible” fin de ChocQuibTown (aunque Slow y Tostao tienen trayectoria con sus nombres propios). “La preocupación es un sentimiento de cuidado. Es sentir que a uno lo quieren y que les interesa lo que está pasando”, dice ella después de su primera presentación como solista en el festival Equal, donde compartió tarima con Elsa y Elmar. A pesar de apreciar aquel gesto, la reacción del público de algún modo ha sido un impulso más para este camino de mostrarle al mundo quién es Gloria Martínez más allá de CQT.
Si uno se da a la tarea de revisar entrevistas antiguas, seguramente se topará con deseos o insinuaciones sobre un trabajo más personal, que le permitiese profundizar en la dimensión de mujer negra y rapera. Tales añoranzas finalmente tomaron forma en En letra de otro, su álbum debut, cuyas 10 canciones son un statement de por qué es una de las intérpretes afrolatinas más destacadas no solo de Colombia, sino de todo el continente.
Ocho cortes del disco son interpretaciones propias de la música que ha ambientado las diferentes etapas de su vida tanto personal como artística, partiendo desde su niñez y adolescencia, cuando escuchaba los LP de su papá en la sala de su casa. Así fue como los temas ‘Pa que retozen’ de Tego Calderón, ‘Antología’ de Shakira, ‘La noche’ de Joe Arroyo, ‘Oye cómo va’ de Tito Puente, y muchos otros, fueron reversionados sobre bases de hip hop, afrobeat y pop.
Los dos cortes restantes son inéditos, siendo ‘Na na na’ el sencillo que inauguró este nuevo inicio. “Es una canción con personalidad y fuerza. Puede sonar en cualquier parte del mundo, es irreverente. Y es que si no estamos en la misma línea, sencillamente no vamos más”, comentó al momento del lanzamiento del tema coescrito y coproducido por Slow y Mr. NaisGai. Esta canción sobre la capacidad de decir “no”, tuvo la fortuna de inaugurar este proyecto, pero hay otra que es incluso más especial: ‘Boga boga’, un canto de boga (valga la redundancia) que compuso junto a su madre Nelfa Perea y que surgió luego de estudiar con la guitarrista de Camila Cabello, Ashlee Juno. “Hablamos del boga porque estaba leyendo sobre Candelario Obeso, que es un escritor afro cartagenero que tenía una canción de boga, y le dije a mi mamá, ‘¿Se acuerda de cuando usted me cantaba canciones de boga de niña? Mire este poema’”, recuerda sobre su origen.
Es simbólico que este sea el cierre del LP, pero su significado se intensificó cuando la interpretaron juntas en vivo en el festival marcado por las primeras veces: la primera edición del evento, su debut como solista en tarima y la primera vez en la que Nelfa se subió a un escenario. Para Goyo, ese momento fue emocionante porque pudo enaltecer a la persona que le enseñó el arte del canto.
En letra de otro no solo es un disco, pues viene acompañado por un documental en el que, a lo largo de 45 minutos, nos adentramos en la vida de Gloria, la familia y los vecinos de su Condoto natal. “Yo soñaba con cantar directo, con ser una persona que pudiera decir sus propias palabras porque a veces en el grupo estás diciendo de todo, y eso es chévere porque es una narrativa hermosa, pero como mujer quería hablar”, sostiene. El filme resultó siendo un ejercicio encantador que enseña su lado más íntimo y que espera se convierta en una pieza para la posteridad que contribuya a construir cultura, además de mostrar que sí es posible cumplir los sueños.
Antes de subir al escenario, el teatro retumba con coros que dicen, “¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!”; una vez arriba, Goyo abre con ‘Somos Pacífico’, la canción del álbum homónimo de ChocQuibTown que catapultó su proyecto artístico hace ya más de 15 años. En el show también hubo espacio para cantar un fragmento de ‘San Antonio’, un alabao que “sale del alma”, una parte de los comienzos de CQT que le genera mucha paz. “Para mí es una demostración de cultura”, dice refiriéndose a uno de los cantos del Pacífico. “La manera de cantar es diferente, no es como cuando rapeo. Amo esa canción, es una canción que mi mamá me cantaba, y que tiene mucha carga cultural”.
Goyo está agradecida por las oportunidades y el esfuerzo que la han hecho llegar hasta aquí, pero es consciente de que su caso es excepcional ya que a la industria aún le queda mucho por avanzar en temas de paridad de género e igualdad para las personas afro. “Nuestra estética, nuestras voces, la fuerza de nuestras cosas… muchas cosas que la gente a veces no las recibe, pero para mí es importante abrir puertas, y creo que uno abre puertas a veces sin hablar, haciendo las cosas bien y poniendo la vara alta para que podamos soñar y cada vez desaparecer los techos”, reflexiona. Por eso, acorde a su filosofía de la Black Excellence y siguiendo la línea de CQT de llevar el nombre de su región y su gente en alto, conformó un equipo de personas afrocolombianas para acompañarla en sus shows.
En estos días se ha hablado mucho de lo que significa ‘vivir sabroso’ para los pueblos afro, y para ella -más allá de una sensación de bienestar en los territorios- esto significa ser feliz, disfrutar con la familia, construir y cambiar paradigmas. Esto es lo que la reina del combo ha hecho durante casi 20 años con ChocQuibTown, y que planea seguir haciéndolo como Gloria. El tiempo ha pasado y su crecimiento ha sido enorme, pero al mirar atrás considera que su espíritu se ha mantenido. “Siento que soy la misma Goyo”, asegura. “¡Me creía una chimba y hoy me creo una chimba también!”.