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El universo de David Fricke

El editor senior de ROLLING STONE a nivel global aceptó ser entrevistado acerca de lo divino y lo humano

Por  RICARDO DURÁN

febrero 9, 2018

David Fricke ha entrevistado a las más grandes figuras del rock en el mundo.

Axel Dupeux

Cuesta trabajo imaginar a alguien como David Fricke metido en una oficina de Manhattan; sin embargo, se encuentra allí, tiene su propio espacio en este sofisticado edificio a pocas cuadras de Central Park. Está transcribiendo una de sus entrevistas recientes; todo parece indicar que se trata de una charla con Tom Petty. Al ver la grabadora digital que registrará esta conversación, Fricke dice que ha empezado a usar una parecida hace poco tiempo y que, sin embargo, prefiere seguir trabajando con casetes. Está descalzo (no hay medias ni zapatos a la vista), su lugar de trabajo es austero y está lleno de discos; las cosas se parecen a su dueño.

En medio de un encuentro que reúne a todas las ediciones de ROLLING STONE en el mundo, Fricke parece, sin quererlo, una especie de patriarca. Un rockstar involuntario. Muestra la seguridad y auténtica amabilidad de quien no anda vendiendo nada.

Nacido en Filadelfia a mediados del siglo pasado, en 1968 asistió a su primer concierto, y no podía ser otro que Pink Floyd en la primera gira con David Gilmour en sus filas. La entrada costaba un dólar y la experiencia marcó su vida para siempre.

Fricke obtuvo un título como licenciado en inglés, y no tenía perspectivas laborales claras. Entró a trabajar como ayudante en una bodega del ejército y escribía para una publicación local (The Drummer), que le giró su primer cheque por cinco dólares. Nunca quiso hacer lo efectivo para recordar por siempre el momento en que había recibido su primer pago como escritor.

Hizo su primera reseña para ROLLING STONE sobre Sheik Yerbouti, el álbum lanzado por Frank Zappa en 1979 y en 1985 logró su primera entrevista en portada con Mark Knopfler, de Dire Straits.

A lo largo de su carrera ha colaborado con otras revistas tan importantes como Musician, People y Circus. Sus escritos han acompañado álbumes, colecciones y reediciones de artistas de primer nivel en el mundo del rock: Led Zeppelin, Simon & Garfunkel, Metallica, Jimi Hendrix, Nirvana, AC/DC, Def Leppard y Billy Joel, entre muchos otros.

Las opiniones de Fricke han hecho parte fundamental en la serie Classic Albums, en la que ha participado al comentar y contextualizar los procesos creativos y de producción que permitieron la aparición de discos como The Dark Side of the Moon (Pink Floyd), Disraeli Gears (Cream), Hysteria (Def Leppard), Nevermind (Nirvana), So (Peter Gabriel), Apostrophe and Over-Nite Sensation (Frank Zappa), Moving Pictures y 2112 (Rush). Recientemente estuvo en Sonic Highways (la miniserie de Foo Fighters dirigida por Dave Grohl) y también ha aparecido en documentales sobre Wilco y Lou Reed.

Estamos hablando de una verdadera autoridad en el tema.

Sin embargo, su humildad alcanza a intimidar; este hombre puede entrevistar hoy a Jimmy Page, dentro de ocho días a David Gilmour, y el mes que viene a David Bowie. Los dedos de una mano sobran para llevar la cuenta de los periodistas musicales que podrían merecer el tratamiento de estrellas. David Fricke es uno de ellos. “Para mí es un honor compartir con los hermanos y hermanas que hacen la revista en todo el mundo”, dice poco antes de aceptar esta entrevista y dar las indicaciones para coordinar su agenda.

Empecemos por la más obvia de todas las preguntas, ¿por qué la música?

(Se ríe) Porque la música es lo mejor; es la mejor cosa que existe en el mundo. Desde niño veía a los Stones por televisión y los programas de música, las cosas locales cuando vivía en Filadelfia, me gustaban los discos, iba a clases de guitarra… Simplemente amé la música desde el comienzo. Era algo con lo que me podía relacionar, era el sonido de algo que ocurría afuera, en el mundo más allá de donde vivía, más allá de mi colegio… Me ayudaba a ver que algo estaba pasando, un mensaje que alguien tenía para mí. Decidí que siempre iba a querer más de eso…

Si yo no hiciera este trabajo, de todos modos estaría comprando discos, yendo a conciertos y tratando de ser parte de estas cosas. La música es lo mejor, y escribir sobre música es algo maravilloso.

La verdad es que esa es una pregunta muy fácil. La música ha sido la cosa más importante para mí desde el momento en el que pude escucharla.

¿Cómo podría describir lo que significa la música para usted?

La música es expresiva, es poética, es física, es fuerte (también puede ser suave) y no tiene límites en sus posibilidades. Puedo escuchar AC/DC o tener algo de jazz, de soul, folk, puedo oír cosas experimentales y montones de historias… Veo a los músicos como personas fascinantes porque son artistas, pero la mayoría tiende a ser gente muy centrada. Son muy distintos a los actores. Obviamente los actores son grandes artistas y hay algunos magníficos como Al Pacino o Dustin Hoffman, tipos con los que se puede tener una conversación intelectual y profunda, pero muchos actores simplemente trabajan con cosas que alguien más les entrega para que interpreten un papel.

Los músicos, por otra parte, crean su propio teatro. No importa si están tocando una pieza de otra persona, la interpretan a su manera y puedes preguntarte lo que esa canción significa para ti.

La música es una forma de acercarme al mundo, pero también me permite escapar de él. La música te puede sanar y permite que te sumerjas en ella. Puede conectar a la gente y descubrir lo que pasa en otras partes, por eso me encanta escuchar música de otros países; me permite entender qué fue lo que te inspiró para hacer algo en ese lugar.

Así mismo, cuando vivía en Filadelfia quería saber por qué en San Francisco se hacía esa música; Grateful Dead, Jefferson Airplane, etc. O, por ejemplo, en Londres con Pink Floyd y The Clash; o Nueva York con los Ramones. Cuando los escuché por primera vez, pensé: “Vaya, necesito saber más sobre esto…”. La verdad es que yo me dedico a hacer lo que haría normalmente; solo quiero saber más y tengo la oportunidad de compartir eso con un montón de gente.

¿Recuerda la primera vez que escuchó algo que le hizo pensar “esto va a cambiar mi vida”?

Eso es algo que me ha pasado en muchas ocasiones; ocurre una y otra vez. Pero creo que la primera fue cuando vi a los Stones en televisión. También fue muy, muy importante cuando descubrí a Velvet Underground. O la primera vez que oí a Clapton y Page con los Yardbirds… (Fricke recuerda una conversación sostenida un par de días atrás). Como hablábamos la otra noche, la gente parece olvidar lo que fue escuchar por primera vez a Jimi Hendrix en la radio… Nunca tuve la oportunidad de verlo o entrevistarlo (obviamente), pero está en mi vida por todas partes, tengo todos sus discos en diferentes formatos, libros, bootlegs… no había límite para lo que ese tipo era capaz de hacer.

Creo que los Stones, Velvet y Hendrix fueron los más importantes para mí. Después de que algo así te cambia la vida, quieres saber más y encontrar lo que los había influenciado; así fue como Hendrix me llevó a Muddy Waters, y Velvet me hizo escuchar a los minimalistas; la música puede llevarte al futuro o al pasado, y eso es algo que me pasa todos los días. Escuchas algo y te preguntas: “¿Qué quiere este tipo? ¿Por qué canta eso esta mujer? Incluso, por qué hacen lo que hacen los instrumentalistas?”. Escucho mucho jazz y también voy a verlo. Me pregunto qué los inspira y yo de hecho tengo la oportunidad de preguntarles todo esto y pasar tiempo con ellos. Es una investigación personal, pero puedo compartirla y escribir de eso en una forma que no es musical, porque trato de expresarlo en palabras. Es lo que siempre quise hacer e increíblemente logré hacer esto con mi vida.

Usted toca guitarra y tomó clases hace muchos años. ¿Alguna vez ha llegado a pensar que los periodistas de música son realmente músicos frustrados?

Yo no creo que estuviera frustrado. Encontré otra cosa. Ya perdí mis callos, pero todavía puedo leer música, todavía puedo agarrar la guitarra y hacer algo de lo que aprendí, aunque no fue mucho. He tocado en bandas y todo eso. Sé lo suficiente para hablar con guitarristas sobre guitarras y de cosas más o menos técnicas, lo cual me sirve para entender otros aspectos de lo que ellos hacen. Este tipo de cosas no salen en la revista (impresa), pero hay mucha gente a la que le gusta saber por qué un guitarrista tocó ese lick de esta forma en tal álbum. Preguntarle a Angus Young (AC/DC): “¿De dónde salió este lick y por qué lo pusiste ahí?”. Creo que me da una ventaja hablando con alguien como él. Yo no diría que soy un músico frustrado porque nunca intenté ser una estrella de rock. Probablemente muchos escritores trataron de ser músicos, que es algo distinto. Sé de muchos que salen y arman bandas. La mayoría no muy exitosas, pero lo haces por diversión porque quieres ser parte de eso. Puede haber algunos que estén frustrados y a veces eso se cuela en la escritura, y escribir de esa forma no me interesa. No quiero leer tipos amargados o molestos por lo que no pudieron hacer, que juzguen porque creen que pudieron hacerlo mejor. Si pudieras hacer algo mejor, ya lo habrías hecho.

Fotografía por: AXEL DUPEUX

Muchas personas pueden llegar a sentir que el rock ha caído en la reproducción de una serie de templates y moldes preestablecidos, cosas que ya hemos escuchado mil veces, ¿cuándo fue la última vez que escuchó algo y pensó: “Esto de verdad es novedoso”?

Bueno, pues no son novedosos musicalmente porque lo que tocan es relativamente tradicional, pero hay una banda irlandesa, The Strypes. Todos son adolescentes y empezaron sonando como The Who y los Stones, pero es algo emocionante porque lo abordan con una energía fresca y enteramente nueva para ellos, y eso se nota. Los he visto ya un par de veces, en South by South West (SXSW) y un par de días después en Nueva York. Lo que era nuevo y emocionante era su compromiso y su frenesí emocional. No son necesariamente las notas que tocan lo nuevo. Lo que hizo Nirvana fue tocar básicamente heavy metal y punk rock. Pero fue la combinación y lo que estaban expresando en esas canciones lo que era realmente nuevo. Así que cuando preguntan por algo nuevo, puede ser solo nuevo en el momento o algo que no conocías y piensas: “Wow, esto es emocionante”. Yo fui a ver a The Strypes en Texas un lunes por la noche y llegué el martes a escribir una reseña larga del show para nuestra página web y empecé a hablar de ellos en los pasillos. Tres días después les hicimos un especial en nuestra edición; resultó que estaban en Nueva York y me reuní con ellos, armé la historia y bang, bang, bang. En dos semanas pasé de saber muy poco de ellos a verlos dos veces, escribir una nota y después escribir un especial de cuatro páginas en la revista. Tal vez no son la banda más novedosa del mundo, no tocan música del otro planeta, pero la forma como lo hacen es emocionante. Y se nota porque el público se enloquecía y son niños, no son veteranos.

Recuerda los álbumes de los Yardbirds, eran jóvenes para los que eso era nueva música. De la misma forma en que Muddy Waters era nuevo para mí a pesar de que era tan viejo como mi papá cuando lo escuché.

Una cosa con la historia hoy en día es que las cosas suceden en incrementos más pequeños. Si las comparamos con las cosas revolucionarias que pasaron en los 50 o 60, hay avances más pequeños; nadie está haciendo algo como Sgt. Pepper, porque eso ya se hizo. Qué tan raro puedes ponerte si ya pasamos por el punk rock o por el post-punk. No puedes ser más raro que Frank Zappa o Gang of Four. Entonces lo que haces es encontrar tu propia versión de eso, tomar esas influencias y desarrollar tu propia voz. Es lo mismo que hago como escritor. Uso las mismas palabras del idioma inglés que todos los demás, pero las combino de forma distinta para expresarme. Cuando llegue algo nuevo y revolucionario lo sabré, y si me entusiasma voy a querer escribir sobre eso. Hubo mucha gente que vio a The Beatles por primera vez y pensó que no iban a funcionar más de un año. ¡Error! Piensa en toda la gente que no compró The Velvet Underground la primera vez. No fueron populares hasta 10 años después de separarse.

Todo es nuevo para alguien. Y cuando estas cosas cumplen su ciclo, generan algo más que es nuevo porque los demás se inspiran para hacer su propia versión de eso. Ustedes hablan de que en Colombia se dieron cosas muy revolucionarias en los 90 porque la sociedad, la cultura y la política cambió. Esa pudo haber sido su versión de nuestros 60. De repente este big bang se apodera de todo. Para ustedes eso fue nuevo y para mí lo será cuando lo escuche, todavía no lo conozco. Cuando lo haga me voy a preguntar: “¿De qué se trata esto? ¿Qué están diciendo estas personas? ¿Cómo se relaciona con sus vidas?”. Será nuevo para mí y en ese sentido no ha envejecido. Llega a nuevos lugares y se apodera en otros sentidos.

Es una pregunta difícil de responder porque ‘nuevo’ significa ‘relevante’. Piensa en lo nuevos que son los Beatles para niños de 10 años. Y aun así nunca sabrán lo que fue oír A Day in The Life en la radio por primera vez. Será la primera vez para ellos, pero no sabrán el impacto de cuando era realmente nuevo para todos, cuando no se había hecho antes.

Todo se renueva constantemente y se mantiene en la medida en que sea muy bueno y siga teniendo ese impacto. La gente que escucha a Velvet Underground hoy en día piensa que es impresionante. “¿Por qué no le gustaba esto a nadie la primera vez que se oyó?”. Se necesitó algo de tiempo.

Mucha gente piensa que los 90 fueron la última década para muchas cosas.

¡Fue la última década del siglo! (Risas)

Me refiero al rock & roll honesto, al poder de las disqueras…

Yo pienso que siempre habrá rock & roll novedoso y honesto en algún lugar. Puede que no todo el mundo lo escuche o que la gente ni siquiera le preste atención.

La gente está en sus computadores y jugando con celulares, viendo televisión, twitteando o en Facebook. Con el arte, la música y la cultura hay que comprometerse, y ahora mismo la gente se está dedicando a otras cosas. Están oyendo country, pop, tal vez no quieren sentirse desafiados. De hecho, creo que no quieren nuevos retos; quieren disfrutar y pasarla bien. Está bien. Diviértanse, eso no significa nada para mí. Yo trabajo de acuerdo a una serie de expectativas diferentes y tal vez soy una minoría hoy en día.

Yo de hecho era una minoría en los 60. A la gente se le olvida que Pink Floyd o Grateful Dead en sus comienzos no vendían muchos álbumes. Había razones para considerarlos underground, no eran parte de la cultura mainstream. Woodstock cambió eso, evidentemente. Pero pasó mucho tiempo en el que esos álbumes no sonaban en radio. A los conciertos iba solo un grupo de personas que sabían lo que estaba pasando. Si uno mira los listados de ventas de esa época muchos álbumes eran una basura increíble. Álbumes de pop basura y eso puede ser lo que pasa ahora. Puedo aceptar eso.

Tal vez ahora no puedo escribir tanto de la música que en realidad me conmueve, pero encontraré otras formas de hacerlo. Puedo ponerlas en la página web, puedo escribir las notas de un disco, puedo hacer cosas freelance para alguien más. Puedo seguir descubriendo cosas para mí.

A veces basta con escuchar algo nuevo y significativo; eso me ayuda a venir por la mañana a hacer mi trabajo como todo el mundo. Igual que para alguien que es contador o plomero o trabaja en una estación de gasolina; una gran canción les ayuda a pasar el día.

La gente habla mucho de los 90, pero mira a los 2000. The White Stripes, The Strokes, Yeah Yeah Yeahs, My Morning Jacket; hay muchas bandas ahí afuera que no existían en los 90 o nadie les prestaba atención, y de la nada… The White Stripes estaban tocando tres noches en el Bowery cuando fui a verlos y resultaron tocando en Madison Square Garden en un espacio de tres años. Lo mismo The Decemberists. Todas estas eran bandas consideradas underground y pasaron a tocar en lugares enormes. No necesariamente son los que más venden y no salen en los listados de la radio. De muchas maneras el comienzo de este siglo es más parecido a los 60 de lo que mucha gente se da cuenta. Hay pop… y al margen de eso hay material de verdad interesante.

¿Cómo cree que ha cambiado la tecnología la experiencia de oír música? ¿Cómo ha afectado la forma como la gente se relaciona con la música o ha dejado de involucrarse a fondo con ella?

El streaming y todas estas cosas de computador han cambiado la relación de la gente con la música. Es muy conveniente y asequible. No hay que molestarse mucho para encontrar algo.

El tiempo que uno pasa tratando de encontrar arte nuevo o de experimentar algo nuevo es una inversión personal. Aun si lo que uno encuentra no le gusta. Uno se esfuerza y quiere juzgarlo. Hoy en día la gente usa sus aparatos y escucha un par de segundos y piensa: “Oh, ok, esto está bien”.

Los aparatos han abaratado la idea que tiene la gente acerca del valor de la música y su creación. Creen que todo debería ser gratis. Si llegaran a sus trabajos y les dijeran que tienen que trabajar gratis las próximas semanas, nadie aceptaría eso y pensarían: “Yo tengo derecho a que me paguen por lo que hago”. Pero no piensan así de los músicos.

Las disqueras son un problema diferente. Las grandes disqueras corporativas cavaron su propia tumba. Extraño la idea de una infraestructura que podía, a pesar de todas las cosas que estaban mal con ella, promover y desarrollar la música a una escala nacional o internacional. El hecho de que las disqueras fueran lo peor en términos de manejo y de pagarle justamente a la gente (a menos de que fueras una súper estrella), el hecho de que hayan jodido la revolución digital es simplemente como son las cosas. No estoy en la industria, pero lo lamento mucho por las personas que estaban ahí y perdieron su trabajo por todo esto. No perdieron sus trabajos por errores que ellos cometieran; los errores se cometieron a nivel ejecutivo. Otros pagaron por ellos pero así es la vida corporativa y sigue pasando.

Quisiera que la gente atesorara más la música. Quisiera que entendieran que los músicos merecen que les paguen justamente, como a todo el mundo. Creo que todo eso va a cambiar.

La gente se va a aburrir de los aparatos, son una novedad. Pueden tomar fotos y grabar sus pequeñas películas en los conciertos pero no están experimentando la música, están haciendo otra cosa. Se están portando como imbéciles. Cuando voy a un concierto creo que es mi obligación y mi deseo experimentarlo todo. Si vas y lo ves todo desde una cámara, lo siento, eres un idiota. No sé lo que estás pensando pero te pierdes la mitad de la experiencia porque eso te distrae. Es un error y un insulto al músico. Además le estás robando. Es peor que insultarlo.

De todos modos creo que eso va a cambiar. Yo amo el vinilo pero tampoco ando diciendo que deba volver, me gusta que siga presente. Habrá un cambio generacional en el que la gente se relacionará con la música de manera distinta, ojalá se involucren en una forma más justa en términos de estar dispuestos a pagar por la música y valorar el trabajo que implica el producto final.

¿Entonces cree que hay esperanza para la música y los discos más allá del entretenimiento?

La gente siempre necesita música, como el oxígeno. La gente lleva creando música desde antes de que hubiera lenguaje, golpeando piedras y palos. Eso es música, es ritmo. Se comunicaban de esa forma. Siempre estará ahí y todos la necesitamos de alguna forma. Así como necesitan escritores o pintores, artistas… gente que pueda expresar lo que ellos no pueden. Siempre habrá arte. Esto no es más que una forma de distribución (señala el iMac que hay sobre su escritorio), tecnología, un medio. Eso no es arte, no me importa lo que pensara Steve Jobs. Era un gran inventor y una gran mente, pero no un artista, lo siento. Tampoco Thomas Edison, ni Albert Einstein; eran grandes científicos. Mozart era un artista. Kurt Cobain era un artista, Angus Young…

Todo esto va a pasar de la misma forma que las máquinas de escribir, desafortunadamente. De todas maneras la gente va a querer cantar y oír a otras personas cantar. Tengo la certeza de que mientras respire, esté trabajando aquí o no, habrá música que podré oír y buscar. Nunca se me acaba la esperanza, solo la paciencia (risas).

¿Cree que llegaremos a ver otro fenómeno como Led Zeppelin, otro Michael Jackson, en términos de impacto en la sociedad y el tamaño de su audiencia?

Es la clase de cosa para la que no se puede estar preparado ni se puede anticipar. Tiene que llegar como una sorpresa. Probablemente el último artista en rock con esa clase de efecto volcánico fue Nirvana. Pero nadie estaba diciendo: “Oigan, ya es tiempo de que aparezca Nirvana”. Todo el mundo estaba con los pantalones abajo. Algunos años antes había mucha gente diciendo que el rock estaba muerto. Si tuviera una moneda por cada vez que alguien me ha dicho que el rock está muerto sería una de las personas más ricas del mundo. Siempre matan todo, todo es passé. Solo está muerto para ustedes.

David Fricke y Joe Strummer de The Clash en febrero de 1979

Cuando llegue un Led Zeppelin, un Nirvana o un Michael Jackson, te va a golpear en la cabeza y tal vez lo entiendas o no. Led Zeppelin es un gran ejemplo. Yo hablé con Jimmy Page de esto la semana pasada. Él dejó The Yardbirds en julio de 1968, cuando se disuelve la banda y para diciembre se graba el primer álbum de Zeppelin, y salieron de gira por Estados Unidos. Cuando vinieron recibieron malas críticas en ROLLING STONE y un montón de críticos dijeron que eran una banda sobreestimada de blues o que eran una copia de algo más. No le estaban prestando atención de la misma forma que nadie le prestaba atención a Nirvana.

¿Cuánto tiempo pasó antes de Nevermind? Fue su segundo álbum y llevaban tocando tres años. No fue como si se formaran y el mundo cambiara: tuvieron que convertirse en eso. Después tuvieron que estar en un momento en el que la gente estaba lista para eso pero no lo esperaba. Esas condiciones no se planifican.

Tiene que pasar cuando nadie se lo espere y por eso la gente se conmociona tanto. Ha tomado más tiempo para que pase de nuevo, pero creo que en parte es porque la sociedad ha cambiado y hay muchas distracciones. La gente está interesada en su trabajo, la economía, sea en Europa o en Suramérica.

Acá la gente está preocupada por la guerra, subirse a un avión y contagiarse de una enfermedad. La gente está muy distraída y tal vez no le está prestando la suficiente atención a la música. No les está diciendo casi nada. Pero hay que acordarse de que en los 60 la gente estaba distraída por Vietnam, el movimiento de los derechos civiles, Charles Manson, la guerra en el Medio Oriente, los dictadores. En muchos sentidos el mundo está jodido todos los días (risas). Es la naturaleza de la vida.

¿Y el Internet no está dividiendo al público hasta un punto en el que es casi imposible que alguien reúna a mucha gente?

Hay cosas en las que la tecnología causa una diferencia enorme, como en la primavera árabe. Momentos en que la gente en Egipto y en Irán se podía comunicar y construir una red solidaria contra la atmósfera totalitaria en la que vivían. Pero para la mayoría (agarra con sus manos el iMac) esto es pura televisión. Distracciones, videos de gatos en Youtube. No sé ni qué carajos hacen con todo esto.

No veo tanta televisión porque no me interesa (señala de nuevo su computador). Para mí esto es una máquina de escribir con ínfulas. La uso para escribir, hacer mis cuentas pero no tengo celular, no tengo Twitter ni Facebook y usualmente no lo uso en casa si no estoy trabajando. Es una herramienta.

Para otras personas es como estar hipnotizado. Si es la forma como quieres vivir, pues que Dios te bendiga, pero yo no quiero vivir así. No quiero ver un concierto en una pantalla. Me encanta ver un video clásico de AC/DC de 1975 en Youtube, pero si no pudiera no estaría decepcionado porque prefiero ver algo nuevo esta noche. Algo que no conozca, o algo que signifique mucho para mí y tenga la oportunidad de verlo en vivo.

Fui a ver a Jackson Browne anoche. Tocó varias de sus grandes canciones y también algunas nuevas. Para mí eso es un buen día, no estar viendo la pantalla de esto.

No estoy juzgando, estoy eligiendo algo. No creo que Internet esté uniendo a nadie. Es una herramienta para eso, para comunicarse. Pero la calidad de lo que comunicas y su relevancia emocional y social es lo que importa.

Hay mala música también, hay música que no me dice nada. Puedes disfrutarla o rehuirle, yo prefiero oír cosas que me dicen algo, así sean instrumentales. Estamos en el comienzo de algo.

Iggy Pop, David Fricke, Ron Asheton y Scott Asheton (The Stooges)

Cuando estas cosas se inventaron (recoge algunos vinilos que tiene en el piso) la gente pensaba que esto le iba a quitar el trabajo a la gente en radio. En los 40 los sindicatos de músicos salieron a hacer huelgas protestando porque los álbumes sonaban en la radio y los músicos que tocaban en vivo se quedaran sin trabajo. Y pues lo lamento pero ese caballo ya salió del establo… tres años más tarde cedieron y se acabó, los álbumes llegaron para quedarse.

Internet también se va a quedar, lo acepto, pero no voy a dejar que se apodere de mi vida. Es importante para mi trabajo pero el verdadero esfuerzo se hace aquí y aquí (señala su cabeza y su corazón).

Todo esto será reemplazado, probablemente le voy a estar transmitiendo mis pensamientos directamente a una máquina que haga lo que sea que deba hacer. Me voy a preocupar por eso cuando pase. Pero hey, yo superé que los Beatles se separaran. Yo pensé que eran para siempre, pero eso no iba a pasar.

Los músicos nos dejan y tengo que acostumbrarme a que Lou Reed ya no esté con nosotros. Yo lo entrevisté a lo largo de 30 años. Ya no volveré a tener esa posibilidad. Ahora puedo entrevistar nuevas personas y puedo entrevistar una vez más a otros; todavía puedo hablar con Bono o con Dave Grohl, así no esté Kurt.

Hay conexión y hay cosas nuevas y por otro lado hay cosas de las que ni me estoy enterando. Eso es lo que me emociona, lo que no sé todavía.

Fricke y Lars Ulrich en la fiesta de lanzamiento de Lulu

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