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El potente regreso de RHCP

Los Chili Peppers se reúnen con el guitarrista John Frusciante para crear uno de sus mejores discos en muchos años

Por  BRITTANY SPANOS

Clara Balzary

Red Hot Chili Peppers

Unlimited Love

Cuando pensamos en la mejor época de los Red Hot Chili Peppers –rock que era tan californiano como extremadamente funky–, el guitarrista John Frusciante siempre ha sido el motor de ese sonido. Claro, la experiencia de Frusciante con la banda ha sido tormentosa; renunció dos veces y la última vez se fue después de la gira de su enorme álbum doble de 2009, Stadium Arcadium.

Pero en 2019, los fans de los Chili Peppers fueron sorprendidos con la noticia del regreso del guitarrista. Junto con él, volvió Rick Rubin, quien produjo todos los álbumes de RHCP desde Blood Sugar Sex Magik de 1992, hasta I’m With You de 2011, el primero disco hecho con el reemplazo de Frusciante, Josh Klinghoffer. El resultado fue el sonido clásico de la banda: una obra melódica que mezcla las reflexiones de su triunfo de 1999, Californication, con el vasto rock de Stadium Arcadium.

En el single principal, ‘Black Summer’, Frusciante se muestra insistente, mientras el cantante Anthony Kiedis habla con un extravagante acento pirata irlandés. La banda tiende a recibir muchas críticas por las letras de Kiedis, que suelen ser como un monólogo interno, a veces confuso, que dejaría a James Joyce rascándose la cabeza. Pero para los fans, esto es lo que los hace encantadores, y si buscas debajo de la inextricable superficie, usualmente hay un mensaje más profundo.

Ilustración por Alias Ce

Algunas de las canciones de este álbum, incluyendo ‘Black Summer’, abordan la ansiedad latente que hay por el clima y la Tierra, y en ‘The Great Apes’, Kiedis suplica: “Solo quiero que los grandes simios sean libres”. Gran parte del álbum puede parecer como un tour de los mejores tropos de la banda. Toma la extravagante ‘Aquatic Mouth Dance’, que se siente como una oda a su pasado funk rap, con Flea tocando el bajo mientras Kiedis escupe una mezcla de referencias aleatorias y, a veces, anhelos muy honestos. Más adelante, se escucha una descarga de trompetas; una adición sorprendente y hermosa a muchos de los temas del álbum.

Cortes como ‘White Braids & Pillow Chair’, ‘It’s Only Natural’, ‘She’s a Lover’ y ‘Veronica’ pueden ser canciones tontas de amor, pero aquí son genuinamente tiernas, evocando sentimientos oceánicos de los momentos más reprimidos del rock que sonaba a los años 70 en Californication y By the Way, de 2002.

Por encima de cualquier cosa, este disco se siente como un regreso a casa. Hay cierta magia entre estos cuatro músicos, y Frusciante siempre será esa pieza faltante en el rompecabezas. Afortunadamente, siempre encuentra el camino de regreso.

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