El Bordo graba un disco de rock salvaje y groovero

Para su primer álbum de estudio desde El Refugio (2017), el grupo de Ale Kurz convocó como productor al legendario Mario Breuer

Por  HUMPHREY INZILLO

agosto 31, 2022

Ale Kurz en el estudio Woman, de Chacarita. El álbum sale a comienzos de 2023

Gentileza El Bordo

A mediados de agosto, El Bordo grabó en cinco jornadas en el estudio Woman del barrio porteño de Chacarita su próximo disco, el primero desde El refugio, de 2017. La producción estuvo a cargo del legendario Mario Breuer, que entre otros proyectos también está produciendo el nuevo disco de Los Espíritus. El cantante y guitarrista del grupo, Ale Kurz, explica que la idea empezó cuando leyeron Rec & Roll. Una vida grabando el rock nacional, un libro de memorias que funciona como bitácora y oráculo. “Primero lo leí yo y después se lo fueron pasando el resto de los chicos. Nos pareció una persona muy cálida, que respetaba mucho la música y a la banda haciendo su música.Después le pregunté a Eli [Suárez], de Los Gardelitos, que tienen la sala de ensayo acá abajo y me dijo que nos íbamos a llevar bien. Así que me pasó el teléfono, hablamos y de entrada ya hubo una energía tremenda”, relata. “Y la verdad que no sólo disfrutamos del laburo, también le pedimos que nos cuente historias. Mario es parte de la historia del rock argentino, y cada vez que parábamos a comer era un placer escucharlo”.

A mediados de agosto, El Bordo grabó en cinco jornadas en el estudio Woman del barrio porteño de Chacarita su próximo disco, el primero desde El refugio, de 2017. La producción estuvo a cargo del legendario Mario Breuer, que entre otros proyectos también está produciendo el nuevo disco de Los Espíritus. El cantante y guitarrista del grupo, Ale Kurz, explica que la idea empezó cuando leyeron Rec & Roll. Una vida grabando el rock nacional, un libro de memorias que funciona como bitácora y oráculo. “Primero lo leí yo y después se lo fueron pasando el resto de los chicos. Nos pareció una persona muy cálida, que respetaba mucho la música y a la banda haciendo su música.Después le pregunté a Eli [Suárez], de Los Gardelitos, que tienen la sala de ensayo acá abajo y me dijo que nos íbamos a llevar bien. Así que me pasó el teléfono, hablamos y de entrada ya hubo una energía tremenda”, relata. “Y la verdad que no sólo disfrutamos del laburo, también le pedimos que nos cuente historias. Mario es parte de la historia del rock argentino, y cada vez que parábamos a comer era un placer escucharlo”.

Estamos en la terraza de una vieja casona del barrio de Almagro, que desde hace décadas funciona como sala de ensayo de grupos emblemáticos del rock nacional. Durante muchos años, aquí fue el cuartel de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y de La Renga. Desde hace un lustro, El Bordo tiene en la terraza El Refugio, una sala de ensayos y búnker operativo, donde ahora están repasando el material que grabaron en el estudio. 

En el estudio. Mario Breuer en la consola; atrás, Pablo Spivak y los hermanos Ale y Diego Kurz. (Gentileza El Bordo)

“Las canciones las tenemos desde hace un tiempo y queríamos que el registro sea lo más caliente y vivo posible. Algunas salieron de instrumentales, de zapadas que hicimos acá en la sala. Por lo general, Pablo [Spivak, el bajista] las editaba y después yo les armaba las melodías, las letras, las estructuras. Antes, yo traía los temas casi siempre, así que está muy bueno esto que pasó con el laburo grupal. Además, la tocada es re salvaje. Está la banda muy estallada… ¡Por eso queríamos registrarlo en vivo!”, se entusiasma.

Sin despegarse del rock, el sonido intrínseco del grupo, Ale Kurz explica que están pensando en adaptarse a las pistas de baile. “La idea es que las canciones no suenen rígidas, sino que tengan este sentimiento, este calor, que se pueda bailar. Rock salvaje y fuerte, pero que tenga mucho groove. Buscamos un disco de rock groovero, la idea es que con todas las canciones tengamos una sensación de movimiento”.

El disco tiene fecha de salida para principios de 2023, pero probablemente lancen algún adelanto antes del mundial. “Va a tener entre diez y doce canciones, ya tenemos grabadas las bases y nos falta meter las voces, las chapas, algún viento y ver si sumamos algún invitado. Pero queremos que si se da, que sea de manera orgánica… Para mí, un disco es una foto, una instantánea del momento de la grabación. Si ese proceso se extiende por mucho tiempo, el registro se pone medio nublado, medio borroso”, explica Kurz.

Si bien se plantean incursionar en otros universos sonoros (las baladas, el funk, incluso el gypsy swing), no se imaginan haciendo un crossover con artistas de trap, de hip-hop u otros géneros urbanos. “Lo haríamos si fuese genuino. Por ahora no es nuestro caso. Tiene que ver con con algo que siento, más allá de las tendencias. En definitiva, llegamos hasta acá haciendo lo que sentíamos, no lo que nos convenía“.