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Downton Abbey 2: Una nueva era

La segunda versión cinematográfica de una de las mejores series británicas de todos los tiempos, es un sentido homenaje al cine y está llena de intrigas, secretos y muchos momentos entrañables

Simon Curtis 

/ Hugh Bonneville, Maggie Smith, Elizabeth McGovern, Michelle Dockery, Dominic West

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de UIP

En el cine y la televisión tenemos a los universos de Marvel y DC. Pero existe otro universo cinematográfico y televisivo tan poderoso como el de los superhéroes. Algunos nos atrevemos a decir que más. Su nombre es Downton Abbey.

Ante semejante afirmación, las personas acostumbradas a las franquicias llenas de acción y derroche de efectos especiales bien pueden poner la mano en su boca y abrir los párpados de par en par, como si se tratara de algún escándalo innombrable. Pero lo cierto es que el mundo creado por Julien Fellowes, llega a superar a los universos de Harry Potter (más magia), Juego de Tronos (más sutileza), El Señor de los Anillos (más intriga).

Luego de seis magníficas temporadas que la convirtieron en una de las mejores series británicas de todos los tiempos, esta heredera de Los de arriba y los de abajo nos introdujo a la fascinante vida de los habitantes de la mansión Downton, ubicada en el condado inglés de Yorkshire. Por un lado, está la familia aristocrática Crawley y, por el otro, están sus sirvientes. 

Con sensatez y sentimiento, Fellowes (guionista de esa olvidada obra maestra llamada Gosford Park, dirigida por Robert Altman), nos mostró como los principales acontecimientos históricos ocurridos a comienzo del siglo XX (1912-1926), entre ellos la Primera Guerra Mundial, la pandemia de la Gripe Española, el surgimiento de la radio, los locos años veinte y la formación del Estado Libre Irlandés, entre otros, marcaron el final de la aristocracia y el inicio de la modernidad.

Luego vino la exquisita primera película para cine, en donde muchos lloramos la muerte de Violet, la Condesa de Grantham, pilar central de la serie, gracias a una magnífica interpretación a cargo de Maggie Smith. ¿Era este el final de la franquicia? Algunos creíamos que sería así, ya que Fellowes se había enfocado en la producción de otra nueva serie de época, La edad dorada.

Pero ¡Oh sorpresa! Los huéspedes virtuales de Downton nos resistimos a abandonar el lugar y como resultado, se estrena una nueva película para cine. Pero a diferencia de las terribles versiones cinematográficas de Sex And The City, que buscaban exprimir con descaro hasta la última gota de una franquicia para satisfacer la demanda de un público ávido de más, las dos películas de Downton Abbey pueden considerarse como dos preciosas joyas o, mejor aún, como dos deliciosas y delicadas tacitas de té, servidas con sumo cuidado, esmero y devoción y que dejan un suave y dulce sabor en la boca después de ser bebidas.

Fellowes utiliza sus artilugios para traer de vuelta a Violet, así como Sir Arthur Conan Doyle regresó de la vida a Sherlock Holmes, ubicando la segunda película en un momento antes de la muerte de la Condesa (1928 o 1929, probablemente). Lady Mary (Michelle Dockery), quien se encuentra a cargo de Downton, hace ver a Robert (Hugh Bonneville), su terco padre y duque de Grantham, que se necesita dinero con urgencia para hacerle mantenimiento a la mansión. Por tal razón, ella acepta el ofrecimiento de los estudios British Lion para realizar una película utilizando los interiores de Downton como escenario. 

Lord Grantham se muestra reacio a dejar entrar a las personas del cine a su hogar (en ese entonces el cine era visto como una forma de entretenimiento vulgar), pero el techo de la casa presenta goteras. Las mujeres que hacen parte de la servidumbre, como la Señora Hughes (Phyllis Logan), la Señora Patmore (Lesley Nicol), Anna (Joanne Froggatt), Phyllis (Raquel Cassidy) y, por supuesto, Daisy (Sophie McShera), están fascinadas con la llegada del cine a Downton, especialmente porque los protagonistas del drama romántico llamado “El jugador” son el galán Guy Dexter (Dominic West de las series The Wire y The Affair) y la bella Myrna Dalgleish (Tuppence Middleton de la serie Da Vinci’s Demons).

Dexter es un galán de Hollywood nacido en Inglaterra, que proyecta el carisma, el encanto y la humildad de un Douglas Fairbanks o un Cary Grant, lo que enamora al personal femenino de Downton. Sin embargo, su atención está dirigida hacia el mayordomo Barrow (Robert James-Collier), quien corresponde en afectos al actor. Por el contrario, Myrna es una actriz norteamericana de origen humilde, pero que se comporta como una mujer engreída, vanidosa y sin poseer nada de elegancia y cortesía. 

Además, el director de cine Jack Barber (Hugh Dancy de las series Hannibal y The Path) se enfrenta a la crisis causada por el cambio del cine silente y al sonoro y en una trama que hace referencia al musical Cantando bajo la lluvia, le pide ayuda a Lady Mary, para que su voz reemplace a la voz chillona y con acento estadounidense de Myrna. El problema radica en que la actriz no se siente nada bien con ello y que en el proceso de convertir a “El jugador” en una cinta sonora, Jack se enamora perdidamente de Mary (Matthew Goode, el actor que interpretaba al segundo esposo de Lady Mary, declinó hacer parte del proyecto y, por esta razón, no aparece en esta película bajo el pretexto de que está de viaje). El ex mayordomo Molesley (Kevin Doyle), ahora profesor, se confiesa como un amante del cine y va a encontrar su verdadera profesión, gracias a la filmación de esta cinta en Downton. 

Como era costumbre en la serie, esta no es la única historia que se desarrolla en esta cinta. Violet informa a la familia que heredó de un aristócrata con el que tuvo una relación cuando era joven, una villa ubicada en el sur de Francia y que desea legarle el lugar a su bisnieta Sybil, la hija de Tom Branson (el antiguo chofer de la familia y esposo de la difunta Lady Sybil). 

Es así que Lord Grantham, su esposa Cora (Elizabeth McGovern), la hija Lady Edith (Laura Carlmichael), su esposo Bertie (Harry Haden-Patton), Tom (Allen Leech), Lucy, la segunda esposa de Tom (Tuppence Middleton), el mayordomo Carson (Jim Carter) y el asistente Bates (Brendan Coyle), viajan a Francia para reclamar la propiedad de parte de la viuda del aristócrata (Nathalie Baye) y de su hijo (Jonathan Zaccai). 

¿Por qué Violet heredó esta propiedad? Es lo que se preguntan todos, incluyendo a Isobel Grey (Penelope Winton), la Baronesa de Merton y la mejor amiga de Violet. Los secretos revelados, harán que los espectadores se pongan de nuevo la mano en la boca mientras exclaman “¡Ooooooh!”   Es probable que quienes nunca hayan visto la serie se sientan totalmente perdidos en esta película. No hay disculpa. Si se pueden hacer maratones con las películas de Harry Potter y con las películas y series de Marvel, bien se puede hacer una visita a Downton Abbey. No se arrepentirán.

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