“Yo creo que mi primer trabajo, Rosa, fue producto de un encuentro con la música muy espontáneo”, recuerda La Lá a 10 años del lanzamiento de su álbum debut. En una conversación exclusiva con ROLLING STONE en Español, la artista limeña admite que, al principio, no esperaba dedicarse a la música. Sin embargo, los años previos al estreno de Rosa le permitieron descubrir el papel que la composición juega en las dinámicas entre las personas.
“Fue muy natural”, dice del proceso creativo de Rosa, “no hubo mucho estrés ni expectativa”. Tal es así que ‘Hiedra’, la canción que abre el álbum, surgió a pocos días del cierre de grabación, después de un evento que la impactó profundamente. “La grabé llorando y esa es la versión que quedó”, dice, “es un disco muy espontáneo. Me gustó mucho hacer Rosa porque siento que fue un álbum totalmente libre en su creación”.
Para la artista, su material debut recopila cuatro años de experiencias vividas: “Los álbumes son como la expresión de periodos de vida. Compongo canciones inspiradas en cosas que me importan un montón y luego terminan manifestándose en un álbum”. En retrospectiva, La Lá ve Rosa como un álbum muy puro y honesto. “Yo abría la boca y se me salía el corazón con todo lo que sentía, que en ese entonces eran sobre todo penas amorosas”, confiesa.
Conversando sobre su estilo único y formas de crear, revela que puede escuchar en su cabeza cómo suenan sus canciones y se esfuerza por ser fiel a esa visión. Inmersa en la composición de su quinta entrega discográfica, no puede evitar comparar su trabajo actual con Rosa. “Siento que hay diferencias muy grandes en lo que se puede llamar estilo, pero si hay algo que se mantiene es permitirme experimentar con los géneros desde mi forma autodidacta de conocerlos”, expresa, “yo conozco los géneros como público. Mi aproximación a ellos es de una manera muy juguetona y admiradora de esa música”.
A pocos días de su regreso a la Ciudad de México para celebrar un concierto especial por el décimo aniversario de Rosa, conversamos con La Lá sobre los sentimientos que evoca interpretar canciones que creó hace una década. “Yo creo que Rosa habla de sentimientos muy universales, como extrañar o la soledad. Son sentimientos que no se alteran con el tiempo”, afirma, “cuando las canto, regreso a esas sensaciones, aunque sea en un contexto diferente y con otra mirada. Así que, para mí, son vigentes y me da mucho gusto cantarlas”.
La cita es el 30 de agosto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Esa noche, La Lá estará acompañada por tres músicas talentosas: Alejandra Paniagua, Frieda y Jimena Inch. “Son artistas que tienen un vínculo muy honesto y muy bonito con su música. Sus voces son preciosas y creo que esta energía suma mucho a mi concierto porque para mí el Rosa es un disco que habla de amor”, dice, “y creo que la manera en la que yo he vivido el amor más sano, más bonito, reparador y resiliente ha sido entre amigas y mujeres. Me siento muy sostenida, emocionada y contenta de poder cantar con ellas”.
Los asistentes a esta velada también podrán escuchar el primer adelanto del quinto álbum de estudio de La Lá. Se trata de una canción que, aunque en su grabación original será un festejo peruano, en esta ocasión se interpretará con un ritmo mexicano, incorporando arpa, leona y zapateo.
A una década de su debut, La Lá mira el futuro con la emoción de integrar la música a la vida que quiere vivir, más allá de la industria musical: “la música para mí habla de la vida que uno vive. Uno para hacer música necesita tener una vida sentida, mirar hacia adentro y no tanto preocuparse por qué vas a postear o qué imagen vas a proyectar, sino por cómo te sientes y qué quieres hacer en el mundo”.
