En medio del auge del funk brasileño, un género musical que no conoce límites en cuanto a pasiones y desencuentros, DENNIS DJ se erige como uno de los artistas que han reinventado el género y lo llevan con orgullo más allá de las fronteras de Brasil. Nacido como Dennison de Lima Gomes en 1980 en la ciudad de Río de Janeiro, DENNIS ha llevado el funk carioca a nuevas alturas, fusionando ritmos y colaborando con estrellas internacionales, con las que ha pretendido desdibujar los prejuicios que han marcado a la movida durante mucho tiempo.
El funk brasileño, a menudo malentendido y estigmatizado, es un género que emergió de las favelas de Río de Janeiro hace más de tres décadas. Sus letras a veces crudas y explícitas, sus bailes sensuales y las famosas “raves” conocidas localmente como “fluxos” han sido objeto de controversia y censura en el pasado. Sin embargo, para muchos de sus seguidores, el funk es una expresión auténtica de la vida en los barrios marginales de Brasil, siendo una ventana a las realidades de la juventud urbana.
Viviendo este género en carne propia, DENNIS se acercó a la música desde muy corta edad y para sus 13 años, ya estaba frente a una tornamesa aprendiendo a mezclar y adoptando el funk como su mayor propulsor. “También quería ser productor”, recuerda. “Quería producir canciones para poder tocarlas. Así que empecé a grabar a amigos que querían ser cantantes e incluso aprendí a componer. Y así fue, todo junto, ¿sabes? Una cosa detrás de la otra”.
El funk es el fruto entre la fusión de elementos del hip-hop, la música electrónica y el Miami Bass, un subgénero de rap con letras y bailes de alto contenido erótico. A pesar de las polémicas y los estigmas, este género ha logrado afirmarse como un componente fundamental de la cultura brasileña, superando las barreras socioeconómicas y expandiéndose a nuevos horizontes en la escena musical global.
Artistas como DJ Marlboro, Cidinho Doca, MC, Claudinho e Buchecha fueron las primeras influencias de DENNIS, mientras crecía en la ciudad de Duque de Caxias, donde el funk empezaba a resonar en su comunidad allá por la década de los 90. Por entonces, el género se propagó por todo el país, capturando la atención de la juventud brasileña y generando una cultura de baile y música única.
Su popularidad no estuvo exenta de controversia, y sus letras fueron percibidas como una apología a la violencia y el narcotráfico. Sin embargo, DENNISS lo recuerda de otra manera. “Allí se respiraba mucho el funk, las fiestas y el baile. A todo el mundo en mi barrio lo movía el ritmo y yo quería ser quien ocasionara eso”. Motivado por la idea, a sus 16 años ya contaba con miles de personas en el público que bailaban al ritmo de sus primeras creaciones.
‘Malandramente’ en colaboración con MCs Nandinho y Nego Bam, ‘Vamos a Beber’ junto al cantante MC Livinho (donde incluso contó con la participación de Ronaldinho), ‘Medley da Gaiola’ al lado de Kevin O Chris y ‘Deixa de Onda’ con Xamã y Ludmilla, son algunos de sus temas más destacados. Recientemente, traspasó fronteras hasta aterrizar en Colombia, colaborando con Maluma y Karol G para el rémix de ‘Tá OK’.
“Conectar con artistas es también conectar con un público nuevo”, comenta DENNIS sobre el trabajo en conjunto con los dos artistas colombianos. “He empezado a estudiar más sobre la cultura latina, sobre la música y las melodías que la comprenden. Mi mente ya no está sólo en Brasil, sino en otros lugares”.
Más allá de ser tan solo un género, el funk resulta ser todo un fenómeno cultural. Durante los años más incipientes de la movida, sus ritmos y letras variaban según la región y el funk se nutría de los distintos matices que cada rincón de Brasil le aportaba. Ahora, la versatilidad de sus sonidos “ha unificado masas”.
“Hace años Brasil estaba muy dividido por estados. A cada región le gustaba un estilo de música. Hoy el funk se mueve y sucede en todo el país. En el nordeste, en el sur, en el sudeste, en el norte. Porque el funk tiene variaciones de audio y bits por región, pero las letras suelen tener la misma intención. Eso nos permite expandirnos todo el tiempo, hacernos cada vez más grandes”.
La evolución musical del funk carioca promete ser una travesía emocionante hacia la fusión y la internacionalización. Como el productor menciona, “la capacidad del funk para atraer a diferentes públicos es innegable”. Su base rítmica, arraigada en las raíces africanas y enriquecida con elementos electrónicos, lo convierte en un lenguaje musical universal.
“Produzco música para la gente, música para los que les gusta la música, para los que les gusta la diversión y la alegría”, dice DENNIS sobre sus creaciones “El funk es muy alegre. Es música para bailar y es divertida”.
De cara al futuro, DENNIS DJ tiene algo muy claro: exponenciar el funk a un mil por ciento. Su compromiso recae en la calidad de sus espectáculos y la conexión que establece con su audiencia, siendo esta la fórmula para mantenerse en el centro de la escena musical brasileña durante más de una década.
Con Brasil como un vivero de talento en constante crecimiento en el mundo del funk, la capacidad del productor para mantenerse conectado a sus raíces mientras se adentra en territorios sonoros inexplorados, nos asegura que seguirá siendo un nombre destacado en la música latina y, próximamente, global.
