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De vuelta a la crudeza con Death From Above 1979

Hablamos con el dueto canadiense sobre Is 4 Lovers, su más reciente álbum de estudio y sobre su próxima gira de conciertos

Por  MARTÍN TORO

febrero 11, 2022

Cortesía Death From Above

El dueto canadiense Death From Above 1979, conformado por el baterista y vocalista Sebastien Grainger y por el bajista Jesse Keeler, ha consolidado desde su creación un sonido inigualable y con mucha fuerza que vuelve loco a todos sus seguidores. Una dosis de punk, noise,y coros que te vuelan la cabeza.

La agrupación publicó Is 4 Lovers a mediados de 2021 en medio de la incertidumbre de la pandemia. De este nuevo material se desprenden los temas ‘Modern Guy’ y ‘One + One’, con los cuales conquistaron a su audiencia con un sonido crudo y rebelde, parecido al de su álbum debut. Hablamos con la agrupación sobre la producción de este disco y su regreso a los escenarios. Death From Above tocará en el festival Corona Capital en Guadalajara el próximo 22 de mayo y se presentará en Ciudad de México el viernes 20 de mayo en el Pabellón Oeste del Palacio de los Deportes.

¿Qué tal fue publicar un álbum en medio de una pandemia?

Sebastien: El disco lo terminamos un año antes de que se desatara la pandemia, pero tuvimos que retenerlo lo más que pudimos. Luego vimos que otras agrupaciones hicieron lanzamientos durante la pandemia, incluso bandas que tenían sus proyectos listos desde mucho antes que nosotros, y decidieron aventarse y lanzarlo. Y es bastante complicado, es muy difícil saber la respuesta a uno de tus discos si no puedes verlos frente a frente. Nunca habíamos tenido esta percepción de nuestros fans tan abstracta.

¿Qué nuevos sonidos exploraron?

Jesse: Casi que todos nuestros discos anteriores, mientras los hacíamos, con quien fuera que lo estuviéramos haciendo, siempre estaba intentando hacer que sonaramos mucho más grande que lo que pueden lograr dos personas. Porque tener una agrupación conformada por dos personas es nuestra idea, no la idea de ellos. Entonces dicen: “Son dos personas, debo llenar todo este espacio, la batería tiene que sonar gigante, el bajo tiene que grabarse en una habitación grandísima, hay que llenar los vacíos”. No hay putos vacíos. Pero cada vez que trabajamos con alguien más, las cosas que más le gustaban a las personas eran las que habíamos hecho en nuestra pequeña habitación desde el primer día.

Algunos me han dicho, ‘este nuevo disco suena como el primero’, y tienen razón porque en ese entonces aún teníamos el control sobre el sonido. Más que una exploración fue como un momento de “Eureka, lo teníamos bien desde el comienzo”.

Sebastien: Lo grabamos en una habitación pequeña. Así que organicé el estudio para que cada uno de los instrumentos estuviera a la mano y funcionando. Básicamente utilizamos todos nuestros equipos, lo que realmente utilizamos. No es como cuando vas a estos estudios de alta gama donde encuentras un sinfín de sintetizadores vintage e instrumentos especiales. Para los productores es emocionante llenar con toda esta cantidad de aparatos.

¿Tuvieron mucho tiempo a su disposición durante la producción? ¿Esto jugó a su favor?

Sebastien: Tuvimos todo el tiempo que quisimos porque estábamos justo en medio de un cambio de disquera cuando lo comenzamos, y nadie nos estaba diciendo qué hacer. Era un poco extraño porque solo había silencio. Fue genial, para mí. Nos tomó lo que casi siempre nos lleva hacer un disco, algo así como unas tres semanas de trabajo fuerte y luego tomé esos trabajos y les escribí letras. El resto del tiempo se fue editando y mezclando, seleccionando las canciones. Fue un proceso muy holístico, a diferencia de los anteriores trabajos.

Entiendo que ustedes masterizan y mezclan su propia música, ¿cuál es su enfoque? ¿Cómo no se quedan atascados con ideas o versiones de canciones?

Sebastien: La ventaja es que solamente los dos tenemos que estar de acuerdo, y creo que somos bastante buenos comprometiéndonos con las cosas. Hace poco le envié a Jesse una grabación de ‘Love Letter’, y él la masterizó y la primera versión que me envió no fue la que escogimos al final. Pero no se va a enojar por algún comentario que se le haga al respecto, es interno, es fácil arreglarlo. 

¿Les gustaría seguir trabajando de esta manera?

Jesse: Si fuéramos a trabajar con un productor, su labor sería más de consultor que cualquier otra cosa. No creo que le daríamos la voz y el voto para poder participar en nuestro proyecto.

Sebastien: No creo que lo volvamos a hacer nunca más, porque primero es carísimo. Y las últimas dos veces que lo hicimos fue como un regalo del universo y de la disquera, ellos pudieron pagarlo, a la larga es nuestro dinero, pero nos dieron la oportunidad de trabajar con los maestros. Son los mejores en su arte. Es como si hubiéramos ido a la escuela con ellos, y aprendimos muchas cosas, tuvimos excelentes experiencias. Pero si fuéramos a trabajar con un productor, solo lo haría con alguien muy respetado, algo así como Rick Rubin. Alguien que tenga un proceso muy específico, que nos diga “Váyanse de acá, escriban 12 canciones, regresen y las grabaremos en vivo en algún lugar, o algo así. 

O si algún productor se acerca a nosotros con una buena idea, lo haríamos. Pero no vamos a estar rogando a nadie para que grabe nuestra banda. Ya podemos hacerlo,e incluso mejor que otras personas.

¿Cómo se siente volver a los escenarios para tocar estas canciones por primera vez en vivo?

Jesse: La primera vez que logramos tocar canciones de este disco en vivo, fue en un festival en Quebec el año pasado. Y creo que tenía muchas inseguridades y pensamientos en mi cabeza de cómo sería. Pensaba que iba a ser muy diferente a como tocábamos antes de la pandemia. Pero cuando salimos a tocar ya me sentía normal luego de un par de canciones. “Llevo haciendo esto un par de décadas, creo que recuerdo cómo hacerlo”. La primera vez que tocamos en México, la única vez que lo hicimos había mucha emoción porque nunca lo habíamos hecho. Y luego cuando tocas es otro show más.

¿Están trabajando en nueva música?

Sebastien: Haremos nueva música. Estamos en las etapas iniciales donde reunimos y organizamos las ideas. Nos mandamos riffs por correo y ese tipo de cosas. En algún momento nos reuniremos para hacer algunos sonidos y ver qué tal quedan.

Jesse: Para crear me imagino tocando frente a muchas personas y comienzo desde ahí. Digo: “¿Qué me gustaría tocar frente a mi público?, ¿es esto lo que les gusta?”. Trabajo de final hacia al comienzo. Tengo que tener esa visión del final para poder comenzar. En casi todos los discos que hemos hecho, esto es lo que ha sucedido y se ha refinado con el pasar del tiempo. Creo que una vez que el disco tiene un título, la cosa cambia por completo, porque tiene una identidad.