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Dani Alves libre tras pagar 1 millón de euros. ¿La cárcel es solo para los pobres?

El futbolista sale de la cárcel luego de ser condenado por violación. El caso que presentó avances en justicia con enfoque de género hoy es cuestionado.

Por  LAURA VÁSQUEZ ROA

marzo 27, 2024

Alberto Estevez / EFE

Una de las críticas más usuales al sistema judicial es que las penas están hechas solo para las personas pobres. O, dicho de otro modo, que si la pena por un delito es una multa, la cárcel solo está pensada para quienes no pueden pagarla. La reciente libertad de Dani Alves parece una confirmación de esta idea.

El futbolista brasileño lleva más de un año en un proceso judicial muy mediatizado por la figura que representa en el mundo deportivo. Alves fue denunciado por violencia sexual contra una joven en un bar de Barcelona el 30 de diciembre de 2022. Durante el proceso, la defensa de la mujer mostró suficientes pruebas y consistencia en la versión de los hechos como para que en febrero se le declarara culpable de agresión sexual con penetración y fuera condenado a cuatro años y medio de prisión. Sin embargo, este 25 de marzo salió de la cárcel Brans 2, en Cataluña, luego de reunir el millón de euros para la fianza. 

No es claro el origen del dinero, pues, según la defensa de Alves, sus finanzas no le permitían cubrir la suma. En enero la familia del futbolista Neymar abonó 150.000 euros para atenuar la pena contra Alves, pero con la decisión judicial que lo declaró culpable, el padre de Neymar aclaró que no prestarían el millón de euros solicitado. Otro nombre que sonó como responsable del pago de la fianza fue el del también futbolista Memphis Depay, quien fuera compañero de Alves en el Barcelona F.C. Posteriormente su agente desmintió esta versión.

Sea cual sea el origen del dinero, es probable que este haya sido recolectado entre amigos del medio, tal como ocurrió con los 150.000 euros que recibió de parte de Neymar. Además, Dani Alves se encuentra a la espera de recibir más de 9.2 millones de euros de un reembolso de la Agencia tributaria del Estado español, por un proceso alterno de impuestos que salió a su favor. En conclusión, el dinero no parece ser un problema para el lateral derecho que cultivó una carrera exitosa en el fútbol.

Y precisamente este punto es el que ha generado gran malestar, no solo en el lado de la representación de la víctima de la violación, sino en la opinión pública, especialmente entre mujeres que ven esto como una burla a la justicia.

Un caso emblemático en avances y obstáculos para la justicia con perspectiva de género

Al haber canjeado su libertad provisional por la elevada suma de dinero, Alves le dio un giro a un caso que se ha considerado en varios aspectos como un avance en acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual. Desde los primeros minutos posteriores a la violación, la mujer contó con el apoyo de un protocolo del bar donde ocurrieron los hechos, así como una atención oportuna por parte de las autoridades locales. A pesar de que el futbolista cambió cinco veces su versión de lo ocurrido, desde negar conocer a la mujer hasta decir que todo ocurrió por estar bajo el influjo del alcohol, las pruebas iniciales fueron primordiales para condenarlo.

El protocolo que se puso en marcha cuando la mujer y sus amigas alertaron lo ocurrido en el bar, se considera una victoria del sector de mujeres en Cataluña, que por varios años insistieron en tener medidas de prevención y atención ante el acoso o abuso sexual en escenarios de fiesta. Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona, se considera una pionera al recoger estas exigencias del movimiento feminista que se hicieron más latentes ante el caso de La Manada, el terrible antecedente de una violación masiva en Pamplona, España, en 2016, que tuvo varios traspiés judiciales y revictimización.  

En otro sentido, la formación especializada, obligatoria y periódica que han recibido los Mossos d’Esquadra, cuerpo policial de la Comunidad Autónoma, significaron en el caso de Alves, y posiblemente en otros menos conocidos, una ruta con mejores garantías para dar credibilidad a las víctimas y recolectar pruebas de forma más eficiente que ayuden a superar los obstáculos para acceder a la justicia. Tanto el Protocolo No Callem de 2018, como la Ley catalana 17 de 2020 que busca erradicar la violencia machista, son ejemplo de buenas prácticas en situaciones de este tipo. Tanto así que el caso contra el futbolista, un hombre con poder y dinero, pudo recibir un tratamiento judicial acompañado de pruebas tomadas en los tiempos adecuados para su validez.

Desafortunadamente cuando se conoció la condena (para muchas débil), así como la posterior fianza que le permitió quedar en libertad, quedaron en el aire algunos elementos de un caso que podría ser ejemplarizante, pero que hoy deja grandes sinsabores y muestra la necesidad de seguir trabajando por una justicia reparadora para las víctimas de violencia sexual. 

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