Crítica: La favorita del rey (Jeanne Du Barry)

Un suntuoso y elegante drama de época hecho en Francia sobre una mujer adelantada a su tiempo.

Maïwenn 

/ Maïwenn, Johnny Depp, Benjamin Lavernhe, Pierre Richard

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Babilla Cine

De acuerdo con Joan Haslip, en su biografía de Madame du Barry publicada en 1992, su nombre verdadero era Jeanne Bécu y nació en 1743, siendo la hija ilegítima de un monje y una costurera. Su educación comenzó en un convento, donde permaneció hasta los 15 años, Para sobrevivir, la joven vendía baratijas, fue asistente de un peluquero, empleada de una mercería y hasta dama de compañía de una viuda. Las pinturas de la época la muestran como una mujer rubia, de ojos azules y muy atractiva.

El conde Guillaume du Barry, dueño de un casino, la conoció en 1763, la instaló en su casa y la convirtió en su amante. Con el nombre de Mademoiselle Lange, Guillaume la convirtió en una prostituta para nobles, ministros y altos funcionarios de la corte de Versalles. Gracias a su oficio, Jeanne acumuló una enorme clientela aristocrática que incluía a los ministros de Luis XV hasta sus propios cortesanos, entre ellos el mariscal Richelieu. Sería Jean Baptiste du Barry, el hermano de Guillaume, quien la llevó en 1768 a Versalles, donde captó la atención de Luis XV, quien en ese momento era un hombre solitario debido a que Marie, la reina, estaba muriendo, y su amante, Madame Pompidou, había muerto de tuberculosis.

El rey mostró un gran interés por Jeanne, quien pronto comenzó a ser escoltada con frecuencia a las habitaciones reales, pero ella no podía aspirar a ser la amante principal del rey, a menos que tuviera un título. Es así como contrajo matrimonio con el conde du Barry, para lo cual se presentó un certificado de nacimiento falso en el que Jeanne aparecía tres con una noble ascendencia. 

Maïwenn, la actriz y talentosa directora de las estupendas Polisse (2011), un duro policíaco sobre el abuso infantil, y Mon Roi (2015), un estudio detallado sobre la violencia de género, quedó fascinada por el personaje interpretado por Asia Argento cuando vio Marie Antoinette (2006), la hermosa cinta de Sofia Coppola. Eso, y su amor por Barry Lyndon de Stanley Kubrick (una cinta mucho más hermosa que la de Coppola), así como por la magistral La muerte de Luis XIV (2016) de Albert Serra, la llevaron al ambicioso proyecto de dirigir y protagonizar una cinta biográfica sobre la prostituta del rey, una mujer inteligente, transgresora, apasionada por la lectura y adelantada a su tiempo, quien como María Antonieta, moriría decapitada en la revolución francesa.

El proyecto tardó más de diez años en consumarse y luego que dos leyendas del cine francés la rechazaran (uno de ellos fue Gérard Depardieu), el papel de Luis XV terminó en Johny Depp, el actor norteamericano de francés imperfecto (fue esposo de la cantante y actriz Vanessa Paradis) y cancelado en Hollywood luego de su terrible divorcio con la también actriz Amber Heard. 

Perdonando el acento, la verdad es que Depp lo hace muy bien en esta cinta de ritmo pausado y abordaje canónico (y algo cómico y romántico), al igual que Maïwenn, pero los halagos van para Benjamin Lavernhe (The French Dispatch) como La Borde, el consejero de Jeanne y el premier valet de la chambre del rey. La exquisita fotografía de Laurent Dailland, quien filmó en rollo de 35 milímetros, logra registrar a cabalidad las impresionantes locaciones y los suntuosos vestidos, otorgando la elegancia necesaria que requiere un filme de época como este. Los amantes de los buenos dramas biográficos e históricos y que quedaron defraudados por Napoleón de Ridley Scott, deben tomar atenta nota.

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