Ian Fraser Kilmister, mejor conocido como Lemmy, quien fuese vocalista y bajista de la banda Motörhead durante cuarenta años, falleció el 28 de diciembre de 2015, tan sólo dos días después de habérsele diagnosticado cáncer en el cerebro, dejando detrás un legado inigualable y siendo admirado por artistas de la talla de James Hetfield, Slash y Ozzy Osbourne. Sin duda fue una muy dolorosa pérdida para el mundo de la música, pues además de un destacado intérprete, Lemmy se convirtió en un ícono de anarquismo y rebeldía, el rostro de todo lo que llegó a representar el Rock & Roll durante muchos años. Su vida llena de excesos sólo mitificó más su figura y obra, de la cual se burla en su autobiografía de 2002 White Line Fever: The Autobiography: «La gente no se vuelve mejor cuando muere; solo hablan de ellos como si lo fueran, ¡pero no es cierto! Todavía son idiotas, ¡son idiotas muertos! … No tuve realmente una vida importante, pero al menos fue divertida».
Compilamos cinco ocasiones en que Lemmy Kilmister evadió el cielo y nos regaló algunos de los momentos más insólitos en la historia del rock.
LAS ANFETAMINAS EQUIVOCADAS
En 1969, Lemmy era un joven de 24 años que todavía no conocía las luces y sombras de la fama, no obstante, las drogas ya eran parte de su vida diaria. Una tarde, la novia de un amigo de Lemmy que trabajaba como enfermera quedó en conseguirles sulfato de anfetamina, sin embargo, la chica llevó accidentalmente sulfato de atropina. Los chicos no notaron la diferencia hasta que la sustancia comenzó a hacer su trabajo; según Lemmy, el efecto fue «200 veces peor que la sobredosis». Lo último que recordaba era el rostro del médico diciéndole: «Si te hubiéramos encontrado una hora después, habrías muerto». Incluso después de su recuperación en el hospital, el músico seguía teniendo alucinaciones: «Estaba sentado, leyendo un libro, y yo pasaba a la página 42, pero no había ningún libro».
100 PASTILLAS
Una noche, Lemmy y un amigo suyo se encontraban dividiendo antidepresivos y anfetaminas, cuando una patrulla de la policía se detuvo junto a ellos. Sin saber qué hacer, los muchachos se tragaron las 100 pastillas que tenían para deshacerse de la evidencia, por lo que los policías se fueron sin encontrar nada. Horas después, Lemmy se fue a dormir y su ritmo cardiaco y su respiración disminuyeron peligrosamente, al punto que parecía que habían parado completamente: «Parecía que había dejado de respirar. Estaba acostado allí con los dos ojos abiertos, me costaba mucho hablar». Afortunadamente, el músico vivió para contarlo.
COLAPSO SEXUAL
Lemmy siempre será recordado por ser una de las estrellas de rock más promiscuas de la historia; esto es decir bastante cuando se toman en consideración bandas como Mötley Crüe o Led Zeppelin, de hecho, el líder de Motörhead aseguró haber tenido relaciones sexuales con más de mil mujeres desde la fundación de la banda, además de tener varios hijos alrededor del mundo. Una noche, poco antes del estreno de Ace of Spades en 1980, Lemmy estaba tumbado detrás del escenario después de un espectáculo en el Stafford Bingley Hall. Despertarlo y regresarlo al escenario para el encore se convirtió en todo un reto para el staff. El músico cuenta que la razón de su desmayo fue que estaba exhausto después de que tres chicas le practicaron sexo oral.
NUEVA SANGRE
Durante la década de los años ochenta, hubo varios rumores acerca de cómo The Rolling Stones se mantenían en excelentes condiciones a pesar de todas las sustancias que consumían; uno de estos rumores apuntaban a que Keith Richards se había hecho una transfusión completa de sangre, lo cual llamó la atención de Lemmy, quien corrió al doctor sólo para recibir malas noticias: «Me dijo que ya no tenía sangre humana en mi sistema. Aparentemente, me había vuelto tan tóxico, principalmente por todas anfetaminas y el alcohol, que la sangre fresca me habría matado».
DESFIBRILADOR
Para el año 2011, Lemmy estaba viviendo algunos de sus momentos más difíciles en cuanto a su salud; por estas épocas fue diagnosticado con Diabetes, Hipertensión y una peligrosa Arritmia que fue tratada con un desfibrilador cardioversor que le daba descargas eléctricas cuando detectaba un latido irregular. Aunque Lemmy dejó el alcohol y las bebidas alcohólicas tras la operación, su salud siguió deteriorándose, teniendo que quedarse en cama por varias semanas, no obstante, tuvieron que pasar cuatro años para que el Padrino del Rock & Roll se despidiera para siempre de su público, pues aunque nació para perder, vivió para ganar.
«La muerte es inevitable, ¿no? Te haces más consciente de esto cuando llegas a mi edad. No me preocupa, estoy listo. Cuando me llegue, quiero irme haciendo lo que mejor sé hacer. Si me muero mañana, no puedo quejarme. Estuvo bien».
– Lemmy Kilmister