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Camilo Lara y ‘D.F.’: todos somos iguales en la pista de baile

Lara regresa con un nuevo álbum del Instituto Mexicano del Sonido, que llega en un momento repleto de cambios

Por  URIEL MONTERRUBIO

febrero 10, 2021

Cortesía

A lo largo de su carrera, Camilo Lara se ha dedicado a exaltar el folclor mexicano en cada uno de sus álbumes de estudio. Ahora, la mente maestra detrás del Instituto Mexicano del Sonido ha lanzado D.F., una producción que hace alusión a los sonidos característicos de la ciudad en la que creció Lara, irónicamente, con la ayuda de músicos originarios de todo el continente. Así nos muestra que una ciudad como la capital de México está hecha de miles de colores, sabores y sonidos.

En una entrevista con Rolling Stone México, Camilo Lara nos brinda todos los detalles detrás de este álbum y el profundo significado que ha conseguido gracias a haberse construido en tiempos tan inverosímiles.

¿Cómo nace la idea de plasmar a la capital mexicana en un álbum?


Es un disco que habla del Distrito Federal como la ciudad donde yo crecí. Es una ciudad super cambiante, es una historia de identificación en general. Así como se llama D.F. se pudo haber llamado “Los Ángeles” o “Guadalajara” o “Bogotá”, y es cómo las cosas cambian y tú con ellas. Yo no soy el mismo que era cuando estaba creciendo en el D.F. y el D.F. no era el mismo que hoy. Quería hacer una reflexión sobre las cosas que pasaron en el D.F. en mi mundo. No necesariamente hablo del D.F. para todos, hablo de mi D.F. como un lugar en el que había ciertas cosas buenas y malas que me pasaron. 

¿Por qué llamarle Distrito Federal y no Ciudad de México?


Es una ciudad que ha cambiado mucho de nombres, este es el cuarto nombre de la ciudad. Es una ciudad que se ha reinventado, ha habido temblores, problemas y muchas cosas que han ido modificando el DNA de la ciudad. A mí me interesaban esas historias cuando se llamaba D.F. Siento que ahora es una ciudad mejor en muchos sentidos y me gusta pero esa ciudad que yo tengo en la cabeza no se llama CDMX ni cerca, se llama Distrito Federal y es como me la imagino aunque, probablemente es mejor ciudad la CDMX. 

El nombre y el disco en general denotan una gran nostalgia. ¿Qué extrañas del Distrito Federal que ya no tiene la Ciudad de México? 


No me gustaría pensar en términos de nostalgia, no es que añoro que vuelva a ser como era antes. Siento que era otra cosa, inclusive me gusta tal vez más ahora pero creo que la reflexión más profunda de este disco es que al final uno es producto de su entorno. Eso es un poco D.F., no es que añore al D.F., el D.F. me hizo a mí. La cultura que tuve, la comida que comí, los lugares donde me asaltaron, donde fue feliz y todo eso me hizo. No es que extrañe los vochos verdes, pero me gusta pensar que soy producto de ese caldo de cultivo que era el Distrito Federal. 

¿Cuál fue el mayor reto de evocar los sonidos de una ciudad tan contrastante trabajando con músicos que no son oriundos de de la capital?


Mucho de lo que hice fue hacer las canciones de manera individual en mi estudio y después llevarlas en un viaje de la gira. Entre shows y shows grabé en Bogotá, San Francisco, Los Ángeles, Los Cabos y muchos lugares donde tuve chance de tener un estudio. Siento que el génesis de cada canción fue pensado en la Ciudad de México y después fui buscando en cada lugar qué podía hacer o si tenía a alguien con quien colaborar, así fueron saliendo colaboraciones desde Cuco hasta Graham Coxon, BIA, Duckwrth y la Banda Misteriosa; esta última la grabé mientras estaba terminando el disco de Lila Downs en Oaxaca y ya nos conocíamos desde la película de Coco. Me pareció bien interesante porque a pesar de que no son de aquí, quería hacer una canción con ese sabor y que tuviera eso, porque también pasa aquí. Lo que tiene el D.F. es que coinciden mil cosas y creciendo aquí no necesariamente estuve escuchando música mexicana todo el tiempo.

¿Cómo fue para La Perla, originaria de Colombia, trabajar en “El Antídoto”? Un tema que evoca el sonido tradicional de Colombia como lo es la cumbia traducido a los barrios mexicanos y arraigado como cumbia rebajada?


La cumbia sonidera es muy muy chilanga. Me imaginaba que esa canción existiría en un baile sonidero y que tuviera eso. La conexión con Colombia es super natural, la verdad es que muchos de los códigos que tenemos de la cumbia se comparten con el sonido colombiano. Quería que sonara a cumbia sonidera, pero en el momento en que ellos entraron le dieron su sabor. Ellas dicen “cumbia orgánica y natural”, y eso siento, que fue una cumbia orgánica pero con ellas se volvió natural. Fue muy emocionante, creo que ellas entienden muy bien sus raíces, son brutales y me encantó verlas tocar, es un espectáculo.

Mencionaste que ves a la cumbia como un elemento sanador, ¿Cómo te ha sanado la cumbia a ti?


Dos de estas canciones en este disco hablan de la cumbia como una cura: “Antídoto” y “La Balada de la Aspirina”. Esta última dice “el baile es medicina mucho más que una aspirina” y lo que siempre he pensado es que a través de la cumbia tú puedes encontrar la manera de borrar muchas cosas. Siento que a través del dancefloor puede haber democracia y muchas veces no es que sea sanadora, es que es un placebo que ayuda a sanar. Es también un poco el símbolo de nuestros tiempos, de estar buscando el antídoto. 

Escribiste el tema “My America Is Not Your America” como un grito en contra de las políticas estadounidenses, algo muy cercano a lo que hiciste con el tema “México” de 2012. A casi 9 años de lanzar esta canción, qué tan vigente crees que es?


Tristemente, siento que sigue muy vigente. Aprendí mucho de esta canción, no me gusta escucharla, ni me gusta ver el video, oírme decir todo eso. Siento que en “My America Is Not Your America” me da mucha más tranquilidad hablar desde lo positivo. “México” hablaba de un lado negativo y para causar shock, pero esta canción busca más la luz y es optimista. Tal vez me he ablandado con los años y me he vuelto más positivo, pero siento que la esperanza viene desde un lugar de luz. Musicalmente también estaba oyendo otras cosas; “My America” está más inspirada en cosas como Talking Heads, David Byrne o gente que tenía esta experimentación con la música africana. Las dos soy yo, así como soy de rudo en “México”, a la hora de cantar canciones prefiero que vengan de un lugar más positivo. 

Paralelamente, este álbum es una fiesta que se vive en los barrios a pesar del dolor. ¿Cuál canción de Distrito Federal crees que representa mejor esta cara de la moneda de la Ciudad de México?


Tal vez la canción que abre el disco: “Se Compran”. Siento que es algo que todos tenemos en frente, lo oímos a todo momento, lo odiamos, tenemos una relación muy compleja con eso. Pero a la hora de decirlo como si fuera poesía, se vuelve poesía automática, entonces siento que en cierta forma es el mantra de la Ciudad de México. 

Esta producción tardó cuatro años en materializarse. Ahora que lo escuchas terminado, ¿qué significa para ti y qué te gustaría que transmitiera al público? 


Para mí va a ser un momento de vida así como lo han sido otros discos. Yo mido mis discos por procesos de vida, es el momento en que me tocó y era en lo que estaba obsesionado. Para el mundo, me voy a quedar mucho de este disco como el momento en que cambió todo. Creo que será super diferente cómo lo voy a tocar en vivo, cómo lo voy a promover, como hacemos esta entrevista por Zoom y cómo fue el momento en que a todos nos tocó vivir un cambio global y nos tocó ser otras personas. Es interesante, es un disco que nació análogo y terminó digital, no sé si tenga vida de show en directo, no sé si para cuando tenga el mundo la posibilidad de hacerlo quiera hacerlo, pero eso es, un disco de cambio. 

Escucha D.F., el nuevo álbum del Instituto Mexicano del Sonido: