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Brad Pitt y las desventuras de un pelotón olvidado

'Corazones de acero' representa la más reciente aventura íntima de Brad Pitt

Por  ÓSCAR URIEL

diciembre 18, 2020

Sony Pictures

EXTRAÍDO DE RS139, DICIEMBRE 2014

Brad Pitt tiene una actitud un tanto sosegada, esto a pesar que hace escasos dos días habría contraído nupcias con su pareja Angelina Jolie en uno de los actos más encubiertos para reporteros de tabloides y paparazis. A pesar de esto, existe un aire de quietud en el ambiente, probablemente porque el elenco y director de Corazones de acero continúan manteniendo ese rigor y disciplina que se requiere al rodar una complicada cinta bélica.

Llamar una ‘película de guerra’ a Corazones de acero probablemente resulte un imperdonable atropello, pues la cinta dirigida por David Ayer (responsable de la estupenda End Of Watch) va más allá de la típica cinta bélica. Se trata de un coming of age ubicado en el alba de la Segunda Guerra Mundial, en donde Don Collier (Brad Pitt), sargento del ejército de los Aliados, recluta un último afiliado a su pelotón, un jovencito novato de nombre Norman Ellison (Logan Lerman) quien hasta ese momento se habría dispuesto más como mecanógrafo que como soldado. “Definitivamente con esta película hubo una progresión en mi carrera como productor. Aprendí mucho en esta experiencia. En verdad, así fue. Lo mejor que le puede suceder a un actor es descubrir algo totalmente nuevo. Lo que gana un artista es ese aprendizaje de sí mismo, del mundo y esta experiencia fue una de esas. Creo que puedo hablar en nombre de todos los que trabajamos en Corazones de acero. Al final terminé reconociendo que soy un mejor padre de familia gracias a esta película”, confiesa Brad Pitt en una entrevista exclusiva concedida en el Museo Del Tanque, situado en las afueras de Londres.

Pitt parece estar más que complacido con el resultado de Corazones de acero, de hecho nos da la impresión que se trata de uno de esos proyectos personales en los que los involucrados participan más por ideología y principios que por mero asunto laboral. Paradójicamente este trabajo coincidió con el rodaje de otra cinta con temática similar, la cual es dirigida por su esposa, Angelina Jolie, titulada Unbroken. Este incidente resultó algo excepcional, tomando en cuenta que cada uno agenda sus compromisos con el objetivo de que el otro pueda cuidar de la extensa familia. “De hecho fue una experiencia agradable. Por lo general no trabajamos de forma simultánea, de esa manera hemos armado nuestras respectivos calendarios de trabajo sin embargo por una situación circunstancial, terminamos rodando casi al mismo tiempo. Mientras estudiaba el panorama europeo, ella se veía inmersa en el del Pacífico. Investigaba acerca de tanques mientras que ella averiguaba sobre barcos bombarderos, fue divertido para los dos. Pero en el terreno de las consecuencias de guerra en los soldados, la cinta de Angie es por demás inspiradora, es una historia de triunfo del espíritu”, añade Pitt.

Se manifiesta inmediatamente un aire de familia entre los miembros del reparto. Son cinco soldados, cinco distintos temperamentos capitaneados por Pitt y reclutados en ese tanque de guerra. De esta manera Lerman, Jon Bernthal, Michael Peña y Shia LaBeouf constituyen el distinguido pelotón que fue sometido a situaciones extremas por el mismo director, David Ayer. “Para mí lo más importante de un proyecto es saber quién contará la historia, quién tendrá la visión para relatarla. A pesar de que soy productor de casi todas las películas en las que participo, no soy de aquellos que van a los castings de actores que interpretarán otro personaje, eso lo dejo al realizador a cargo. He sido seguidor de la carrera de David Ayer y considero que brinda un sello distintivo a esta cinta. Cuando surgió la idea de hacer Corazones de acero, surgió instintivamente el planteamiento de que David pudiera dirigir esta misión, se trata de una voz única en el medio cinematográfico”, justifica Pitt la presencia del riguroso director en la cinta.

Por su parte, Bernthal, quien personifica al temperamental Grady Travis, explica un poco el implacable proceso de preparación para la cinta: “Todo el asunto de preproducción se resumió a formarnos todos como una unidad y como una familia. Creo que cuando esto se logra, sucede algo muy especial dentro de un grupo porque prácticamente no hay nada en el mundo que te impida defender a los tuyos. No hay como un hombre resguardando a los miembros de su clan, pero tampoco existe violencia tal que la que puede suscitarse entre los integrantes de una familia. Creo que David quería eso de nosotros”, explica el memorable villano de The Walking Dead, quien agrega: “David anhelaba que todos llegáramos a conocernos de una manera íntima, percatarnos de nuestras debilidades y virtudes con la finalidad de que cuando estuviésemos en el set pudiéramos agredirnos con libertad”.

Todo un día fue resumido en la historia de un pelotón olvidado. Así es como a Ayer le gusta fabricar en periodos de tiempo. Para muestra basta recordar la memorable End Of Watch. Aquí, el director decidió transformar la vidas cotidianas de cinco soldados en un ciclo de apenas 24 horas. “Hay un simbolismo específico al tratar de contar la historia en un periodo de tiempo determinado. En este caso, lo simbólico radica en el transcurso de la luz del día. El amanecer y atardecer como puntos cruciales en la vida de este grupo de hombres. La transformación drástica en la existencia de un jovencito. La idea de que una persona no es la misma cuando despierta hasta que llega la noche. Es un simple instrumento narrativo que va de tomar un día casi olvidado hacia el fin de la guerra en donde el enemigo luchaba por mantener un maligno régimen de gobierno. Me parece un periodo fascinante de explorar y simplemente quise contar este relato a partir del punto de vista de un soldado adolescente”.

En Corazones de acero existe un compromiso que deriva en una memorable experiencia cinematográfica, somos testigos de una función de cine memorable, con las características de la cinematografía clásica pero con el brío de las nuevas generaciones de directores y actores. Ayer lo resume de la siguiente manera: “En Corazones de acero no hay barreras. Exijo a mi elenco para que me permitan tener acceso a su historia, a su vida y espíritu. En ocasiones puede ser muy áspero y difícil, pero sin lugar a dudas lo que provoque viene de un punto de honestidad. Amo el comportamiento auténtico, pero para poder lograrlo hay que desafiar al actor en formas por demás emotivas”.

Mira el tráiler de Corazones de acero, disponible vía streaming: