Poseidótica y su arsenal cósmico vuelven a Niceto: “No hay palabras en nuestra música, pero decimos mucho con nuestra actitud”

Después de abrir el show de Ghost en Argentina, la banda del ex Los Natas Walter Broide se presenta en un escenario muy significativo para su carrera

Por  MARTÍN SANZANO

octubre 26, 2023

Mariano Rodríguez Álvarez

Poseidótica lleva más de dos décadas de militancia en el rock instrumental e independiente, pero todavía hay gente que se sorprende cuando el ex Los Natas Walter Broide (batería) se sube al escenario con Eugenio De Luca (guitarra), Cobra Rod (bajo) y Santiago Rua (guitarra) para desplegar su arsenal cósmico de riffs pesados, psicodelia espesa y rock ambiental.

Algo de eso ocurrió hace un mes, cuando abrieron el show de Ghost en el Movistar Arena y miles de fans de la banda sueca se desayunaron con la propuesta especial de los argentinos. “Fue como salir a jugar con el partido ganado”, resume el bajista en diálogo con ROLLING STONE. Y recuerda que no es la primera vez que comparten escenario con una banda de semejantes proporciones.

Poseidótica se presenta este viernes en Niceto por 24° vez en su carrera (Foto: Mariano Rodríguez Álvarez)

Es cierto, a lo largo de su carrera Poseidótica compartió cartel con Iggy & The Stooges, Megadeth, Mötley Crüe, Marilyn Manson, y también con bandas de culto como Dead Meadow (USA), Kadavar (Alemania), Earthless (USA), Mars Red Sky (Francia), Yawning Man (USA) y The Shrine (USA). Sin embargo, no hacen distinciones a la hora de dejarlo todo en un show. Por eso es que ahora, mientras siguen dándole forma a su quinto álbum de estudio (por ahora, se llamará Las Palabras y La Realidad, adelantan a modo de primicia), tienen la mente puesta en este viernes 27 de octubre, fecha en la que se presentarán en Niceto junto a dos bandas amigas y heterogéneas: Ayermaniana y las Fin del Mundo.

Tienen una relación especial con Niceto, ahí grabaron un DVD (Poseidótica en viaje hacia una nueva dimensión, editado en 2015) y ahora se viene un nuevo show. ¿Cómo lo viven?

Cobra Rod: Es el show número 24 que vamos a hacer en Niceto y no es poca cosa. Es un lugar grande para nosotros y tiene mucha historia, tiene su lado emblemático. Además, hay una numerología ahí: en diciembre cumplimos 23 años como banda, va a ser la vez número 24 en Niceto y Niceto, a su vez, está cumpliendo 25 años. Estamos mucho en esos detalles.

Siempre se caracterizaron por armar recitales con bandas invitadas que son, a su vez, un guiño para sus propios oyentes. ¿Así armaron el line up de este concierto?

Cobra Rod: Sí, pensaba en las fechas en el Konex con El Viaje de Agua, un festival del cual hicimos cuatro ediciones y que nos gustaría continuar. El espíritu de ese festival está en esta fecha. Siempre nos gusta tener bandas invitadas, aunque sea un poco más complejo porque, en definitiva, perdés tiempo de tu show o de tu prueba de sonido, pero nos parece que está bueno unir fuerzas. No sé si es dar una oportunidad. En el caso de Ayermaniana, por ahí sí, porque es la primera vez que van a tocar en Niceto. También está bueno entrecruzarse con otros… no diría géneros, porque estamos todos dentro del rock, pero bueno, la propuesta de las Fin del mundo o de Ayermaniana no son exactamente iguales a la de Poseidótica. Desde que empezó la banda, la idea fue compartir con bandas de otros estilos no quedar encapsulados en un género.

Fueron la banda soporte de Ghost en el Movistar Arena, ¿cómo llegó esa oportunidad?

Walter Broide: Para nosotros fue una grata sorpresa. Algo esperado, en algún punto. Al ser autogestivos y realmente encargarnos absolutamente de toda la parte espiritual, técnica, relacional de la banda, teniendo los años que tenemos y nuestros trabajos, nuestras historias, le dedicamos mucho tiempo a esto, pero obviamente hay ciertas cosas a las que no estábamos accediendo porque no teníamos el tiempo. Sí sabíamos que nuestra música o nuestro elemento, nuestra sustancia, cabe perfectamente en otras situaciones, pero realmente no estábamos ocupándonos de fomentar o de regar esos jardincitos para que crezca el pasto. En estas reorganizaciones que solemos tener, en estas charlas constructivas que tenemos de vez en cuando, entendimos que podíamos sumar una figura. Alguien que nos pueda representar espiritualmente en la manera que nosotros trabajamos. Es muy importante para nosotros no trabajar con alguien que meramente salga a conseguir cualquier cosa, sino que tiene que seguir un legado, una forma de ser y de pensar, que son nuestros bastiones humano-musicales. Empezamos a trabajar con Francisco Badano, un colega nuestro, y vino con un entusiasmo renovado. Nos dijo ‘yo creo que ustedes tendrían que tocar con Ghost’ y la primera situación que sale, ¡pum! Nos eligen Ghost y la productora para poder abrir el concierto. Fue una gran alegría y también una posibilidad de poder presentar nuestro concepto musical, sonoro y humano muy compacto, en 30 minutos, en un espacio profesional. Y realmente tuvo muy, pero muy buen resultado. Un montón de gente nos escribió que no tenía ni idea de que esto existía y otros que sí, diciendo que al fin se hizo justicia.

Cobra Rod: Tocamos a las 20, una hora antes que Ghost, y el Movistar Arena ya estaba lleno. Fue como salir a jugar con el partido ganado. Había un montón de gente que no nos conocía, un público muy joven y una expectativa positiva. A veces, el lugar de banda soporte en algo tan esperado, es difícil. Y más con nuestra propuesta, que la llamaría como una propuesta milagrosa, pero desde lo instrumental es todo aún más difícil.

Poseidótica en la previa del show de Ghost en el Movistar Arena. (Foto: Mariano Rodríguez Álvarez)

Ya sacaron dos adelantos (“Homenaje” y “En lo profundo”). Entonces, ¿falta mucho para que salga el quinto disco?

Walter: Falta poco…

Cobra Rod: La idea es que salga el primer semestre del año próximo. Lo que está tomando un poco más de tiempo es algo que no estamos contando demasiado, ni siquiera en nuestras redes. Si bien la grabación fue hecha en el mismo lugar, en el mítico Estudio Del Abasto Monsterland de Álvaro Villagra, donde grabamos las bases con Gonzalo Villagra en la ingeniería, después grabamos las guitarras en el estudio del Centro Cultural Richards con Maxi Leivas (Ayermaniana) y lo que quisimos hacer con la mezcla fue que cada tema esté a cargo un ingeniero diferente. Cada ingeniero tiene una visión y eso es lo que nos está enriqueciendo. Son ocho canciones, algunas más largas que otras, es más trabajoso que si lo hiciéramos todo con una persona, pero fue una apuesta que quisimos hacer para seguir con esta búsqueda: ocho ingenieros distintos con los que nunca hayamos trabajado.

¿Se puede saber algún nombre?

Cobra Rod: Sí. Tenemos, por ejemplo, a Santiago De Simone, que trabaja con Dillom…

Walter: A Billy Anderson…

Cobra Rod: Exacto, que trabajó con Los Natas. También a Norman Mac Loughlin, que a pesar de su nombre es argentino y toca en El Robot Bajo el Agua; Paulina Chiarantano, una chica que trabaja muy bien; Sebastián Barrionuevo, de la banda Medium, que viene del palo del metal; Estanislao López, uno de los productores de la nueva escena rockera. De hecho, el próximo single (“El duelo”), que va a salir en diciembre, es el que mezcló Estanislao y está invitado Nico Bereciartua, que está tocando con los Black Crowes y es uno de los músicos más reconocidos, hoy por hoy, a nivel internacional. Es un tema distinto, una especie de western del lejano oeste, pero todo con nuestra parte más cósmica. El concepto del disco es jugar un poco con las palabras. Somos instrumentales, pero a pesar de que no hay palabras en nuestra música decimos mucho con nuestra actitud, con nuestra propuesta, con la forma en que nos plantamos ante la vida, ante la realidad y ante el show business, siempre desde un costado independiente. La palabra tiene mucho peso, pero también construimos mucho desde el hacer.

Hace apenas unas horas nos enteramos de la muerte de Ricardo Iorio y no pude evitar pensar en la partida, dos años atrás, de otro referente, el Pato Larralde. ¿Qué pueden decir de cada uno?

Walter: Lo de Pato es algo que nos pegó directamente en el pecho, en el corazón, porque era nuestro amigo. Alguien con quien teníamos una relación, con quien compartimos, con quien nos gustaba mucho conversar. Fue una sorpresa muy difícil de atravesar, obviamente entendida en el marco de lo que fue la pandemia. Fue por eso y fue realmente muy, muy duro. Cuando estábamos haciendo el tema “Homenaje”, que decíamos en joda que era como un homenaje a nosotros mismos, porque nos traía reminiscencias de algún otro sonido viejo, era muy sentido y emocional, y el Pato estaba como atravesado en nosotros. Y es como que, naturalmente, terminamos poniendo toda esa emoción y todos los sonidos y la presión que le terminamos dando al tema, todo el sentimiento, fue por él. Realmente todavía sigue siendo difícil porque se te aparece, se te representa. Con Iorio no tuve relación, me lo crucé algunas veces en la época de Los Natas. Si bien lo respeto en su carrera musical, humanamente no es de mi mayor respeto, tengo el coraje de decirlo. Hay ciertos aspectos de su personalidad que no son de mi parecer, que no comparto, pero tampoco puedo hablar mucho de él porque no lo conozco en profundidad. De todas formas, obviamente lamento su pérdida. Sé que ha escrito más de una página en el rock argentino, lo lamento por sus parientes y sus seres queridos.

Cobra Rod: Con Iorio se hace más presente que nunca lo de separar la obra del artista. Fue un grandísimo artista, enorme para el rock de nuestro país, no solo para el heavy metal. Obviamente, fue un pionero del género, pero atravesó todos esos límites, como dice la canción de Hermética, e incluso mechó cosas de tango y folklore. Creo que hasta en ese punto podría reconocer alguna influencia. No me considero un abanderado del heavy metal, ni siquiera considero que Poseidótica lo sea, creo que es algo más amplio desde el rock. Si, desde afuera, nos quieren meter en cualquier género, está todo bien. Stoner, heavy metal, lo que quieran. Me parece que ese legado está en Iorio, pero concuerdo en lo humano con lo que decía Walter. En el caso de Pato, fue durísimo, ahí sí rescatamos lo humano, la persona, y también la fuerza de su poesía y su mensaje. Y esta revolución que inició, casi al final de su carrera, con Los Antiguos, se la merecía. Estoy contento de que haya pasado eso porque se fue con esa visibilidad.