“Por favor, esta vez traten de no matarme”, dice Paul Di’Anno. Hablar de Argentina le trae war flashbacks, y no es para menos: en 2016 cantó en un bar de San Justo, se le complicó la vuelta a casa y casi se muere por una infección. Desde ese momento el primer cantante de Iron Maiden -aquel que participó en el debut homónimo del 80 y en Killers de 1981, para luego ser reemplazado por Bruce Dickinson– viene siendo noticia por su salud: primero se le extirpó un absceso en un pulmón y después se sometió a dos cirugías para reconstruir sus rodillas, motivo por el cual todavía sigue en silla de ruedas. Parte de su última operación fue costeada por sus ex compañeros, por iniciativa del bajista y fundador Steve Harris, con quien supo intercambiar barbaridades en el momento de su partida para después olvidar rencores en nombre del fútbol que todo lo puede. Así, en buenos términos con su pasado y dándole pelea al presente, Di’Anno vuelve al país que casi lo liquida para presentarse este viernes 2 de febrero en el marco del From Hell Fest en Arena Sur Centro Cultural (Av Sáenz 459, CABA).
¿Cómo fue aquel episodio en Argentina?
Uf, sí, la pasé mal de verdad. Fui al aeropuerto y me habían cancelado el pasaje… ¡los fans! No sé por qué carajo hicieron eso pero lo hicieron, y básicamente me secuestraron por diez días extra. Y ahí fue cuando me empecé a enfermar. Busqué ayuda y cuando llegué a Inglaterra resultó que me quedaba poco tiempo de vida. ¡Argentina, casi me matás!
Que bueno que igualmente quieras volver.
Eso seguro. Son un gran país con buena gente.
Te pasaron muchas cosas en los últimos años. ¿Cómo estás de salud ahora?
Mis cirugías están todas terminadas. De hecho estaba empezando a caminar pero justo se vino la gira y mi fisioterapia se fue a la mierda. Así que cuando terminemos con esta parte del tour me voy a tomar un par de meses para hacer bien la rehabilitación y volver a caminar. Así después puedo salir a la ruta en mejores condiciones.
Se habla de un disco llamado Warhorse que tenés listo desde hace rato. En junio del año pasado salió el primer single del mismo nombre, pero no tuvimos noticias del resto del álbum. ¿Hay fecha de edición?
Ellos [Hrvoje Madiraca y Ante “Pupi” Pupačić, sus guitarristas y socios creativos en Croacia] ya pusieron fecha de edición, y sale pronto. Pero no tengo idea de cuándo, para ser honesto con vos. Yo solo canté ahí, no escribí nada. Pasamos tanto tiempo mezclando… estos tipos son ratas de estudio, no salen a tocar mucho. Así que mezclan y mezclan… y no podés buscar que la música salga perfecta, porque perdés el interés. Cuando hacés un disco tenés que trabajar en él unas cuatro o cinco semanas como máximo, después mezclarlo y si no suena bien, se va al carajo, no lo tenías que hacer.
Lo que pasa es que se viene hablando de Warhorse desde hace, por lo menos, tres años.
¡Sí! Pasaron tanto tiempo mezclando, y la compañía discográfica se está enojando, preguntando dónde está. Y yo perdí el interés.
Se dice que grabaron dos covers bastante atípicos para vos: “Precious” de Depeche Mode y “Tequila” de The Champs. ¿Es cierto?
Ese yo no lo quería hacer. Sí “Precious” porque soy muy fan de Depeche Mode. Crecimos en la misma zona, en Essex, al este de Londres. Nos conocemos y me gusta lo que hacen. Escucho mucho sus discos.
¿Y del documental que hizo sobre vos Wes Orshoski [director de Lemmy, la película sobre el líder de Motörhead] qué se sabe?
Ese sale pronto, creo que por mayo más o menos. Bueno, esa es otra cosa que se demoró mucho. Pasa que me concentro en los shows y un poco me había olvidado de él. Pero me voy a volver a interesar cuando salga. Espero.
Dijiste que esta es tu última gira. ¿Te ves haciendo música aunque no sigas cantando en vivo?
No, no, dejame aclarar eso. No sé quién lo dijo, debió haber sido la prensa inglesa que no es muy brillante: lo que se suponía que debía decir es que esta es la última vez que vamos a tocar esas canciones de Iron Maiden, no que me estoy retirando. ¡No me retiro! A la prensa inglesa se le ocurren esas estupideces que no son ciertas. ¿Qué voy a hacer? ¿Quedarme sentado y rascarme el culo todo el día? No me parece.
Amás cantar en vivo.
Absolutamente. Incluso como estoy ahora. Es la mejor terapia para mí, es fantástico. Es bueno para mi espíritu ahora. Estoy un poco incapacitado así que se me hace difícil, pero solo ver a la gente sonriendo, y saber que yo los estoy haciendo felices y ellos me están haciendo feliz a mí… es buenísimo.
El año pasado Ghost versionó “Phantom of the Opera”, el tema que grabaste en Iron Maiden. Dijiste que no te gustó su cover. ¿Qué falló ahí?
¡Tenían que esforzarse más! La música estaba buenísima y Tobias [el vocalista de Ghost] es brillante. La impresión que me dio es que no le pusieron demasiado esfuerzo. Me putearon bastante los fans de Ghost gracias a esto.
Pasaron 42 años desde que te fuiste de Maiden. Viendo aquello desde ahora, a la distancia: ¿Hubieras cambiado algo o era algo que indefectiblemente tenía que pasar?
No, no creo que hubiera chance de que yo siguiera en Maiden. Para ser honesto con vos: recorrimos nuestro camino. Iron Maiden evolucionó hacia la forma en la que es hoy, que es brillante, y yo soy más crudo, más punk. Lo correcto era decir adiós, y está bien. No tengo ningún resentimiento.
Se nota la influencia del punk en aquellos dos discos en los que participaste. Después eso se perdió un poco.
Sí. Cuando me sumé a la banda yo no era un gran cantante. Pero venía del punk porque ahí cualquiera podía intentar cantar y hacer lo que quisiera y eso es lo que yo intenté. Y bueno, tuve suerte y el salto me salió bien. Hicimos una música que de verdad hizo una diferencia, nadie sonaba como nosotros.
¿Qué más le diste a Maiden que no le dieron ni Bruce ni Blaze [Bayley, el cantante que reemplazó brevemente a Dickinson en la segunda mitad de los 90].
Nuestro sonido era muy crudo pero sofisticado, con cambios de tiempo. Bruce es más operático para cantar, completamente diferente. Y Blaze también tiene una voz espectacular. Me da pena que Blaze a veces no sea reconocido como merece. No tiene el reconocimiento que merece. Es un gran cantante y un gran tipo. Nos llevamos muy bien cuando salimos de gira juntos. Fuimos a Australia y Nueva Zelanda, fuimos headliners en Rusia y en algunos lugares más y fue fantástico. Y le está yendo bien ahora, eso me pone contento.
Hace unos años volviste a ver a Steve. En su momento se dijeron algunas cosas pesadas, ¿cómo fue el reencuentro?
Sí, lo vi a Steve nada más, lamentablemente no pude ver a los demás. Pero aunque la gente piense que no hablamos, la verdad es que hablamos bastante seguido. Más que nada de fútbol, porque los dos somos del West Ham. Vimos un par de partidos juntos. También hablo con Linda, la hermana de Steve, y con Mimi, la esposa de Clive [Burr, el fallecido ex baterista de Maiden]. Así que nos vimos algunas veces. No sé de dónde salen esos rumores de que no nos veíamos: vivimos en el mismo país al mismo tiempo.
¿Y qué pasó con todo eso que se dijeron?
Bueno, un día me llamó para Navidad. Atendí y me dijo “soy Steve”. Le pregunté “¿qué Steve? y me contestó “Steve Harris, boludo”. Me llamó desde Bahamas, y me pareció hermoso.
Te fuiste de la banda en un momento en el que estaban creciendo mucho. ¿Qué recuerdos tenés de ese momento?
Me tenía que ir para mantener la cordura, ja. Además estaba perdiendo interés, de todos modos. La banda estaba cambiando de a poco. En Killers pude meter una sola canción (justamente, “Killers”) y me estaba frustrando. Fue lo mejor que podía pasar. No lamento nada. Lamentarse es perder el tiempo, y además Iron Maiden se volvió un grupo increíble. Son una gran banda y siempre lo van a ser. La mejor banda del mundo. Por suerte pude ser parte de ella.