“Cuando vi mi nombre en la grilla de Cosquín Rock, lloré”, le dice Lali a Rolling Stone antes de su debut en el tradicional festival cordobés. “Una siente que está representando a todo un público, a un gusto musical, a una propuesta, y que te den un espacio en semejante escenario, es un montón. Era un sueño”.
De esta forma, impulsada por ese sentimiento de responsabilidad, fue como Lali construyó su presentación sobre el Escenario Montaña: un set bailable y performático construido en torno a su fantasía pop con eso de verdad de la vida.
Por ser su primera vez en el festival, por la previa que la puso en el centro de una discusión tuitera —que le era ajena— con el Presidente de la Nación y sus seguidores, por lo disruptivo de su presencia en la grilla a la vista de los ortodoxos del evento y por lo que se esperaba de ella sobre el escenario, el show de la estrella pop del momento fue uno de los más destacados de la primera jornada del Cosquín Rock.
“Me gustaría que vayan a ver mi show los Miranda! que hoy me dijeron, ‘nos quedamos’ y para mí es felicidad, como que te apruebe tu ídolo”, dice en la previa, pensando en la fraternidad tradicional del backstage. “Pero me gustaría mucho que Mollo diga ‘che, me paso por acá, ¿el Escenario Montaña dónde queda?’, y que venga“.
“Algo que no puedo es caretear, ni mi opinión personal, ni mi deseo artístico. Cuando estoy en una que no, se me nota. Se nota que no puedo”, le dice Rolling Stone. Más tarde, en el escenario, a la hora de presentar “KO”, Lali no iba a poder ignorar los ataques recibidos por parte de los trolls amantes de las fake news y se tomaría el tiempo para responder: “Lo más importante de todo, esto que somos nosotros, esta fiesta que somos los argentinos, esta unión que genera el arte, la música, la cultura, nadie nos lo va a sacar jamás. Esto depende de nosotros. Depende de quienes estamos acá arriba con ciertas responsabilidades y mucho amor, y depende de ustedes también acompañar y de defender. Esta canción es para los mentirosos, los giles, las malas personas, los que no valoran, los antipatria”.
Más allá de la tensión del afuera, el set que Lali le ofreció al público de Cosquín Rock fue la confirmación musical de cómo se erige como la estrella pop de Argentina. Sirvió, también, para continuar con la presentación de la versión extendida de Lali, su último disco, ese al que le dieron forma junto al El Triunvirato del Pop, su equipo compositivo, con quienes, además, prometen álbum nuevo para el 2024.
“Cuando empecé a trabajar con Mauro de Tomasso y Tincho Galá fue como encontrar un amigo que te entiende, te comprende, te da eso que te falta y te mejora. Tenemos eso entre los tres. Al principio nos miraban como ‘¿qué es ese house/pop extraño?’, pero creo que hay un público esperando un sonido así pero local”, dice.
Lali afirmó sobre el escenario que los logros alcanzados como artista no son una cuestión individual, sino más bien colectivos. Sus búsquedas estéticas, la forma de asumirse como una voz con opiniones, su música y su figura, la construyen ante los ojos del público como una referente para las nuevas generaciones, ese espejo en el que mirarse que de chica no tuvo.
“No es algo tan consciente. Lo que me trajo la edad y la madurez, es asentarme. Si eso me transforma en una referente del pop, yo feliz”, dice. “Pero no es una búsqueda en sí la de hacerlo. Yo primero necesito transformarme en la individualidad, como artista. Y si eso genera que haya un público que acompañe esa transformación, buenísimo”, remarca.
