El miércoles 16 de octubre, alrededor de las 5 de la tarde, el cuerpo del cantante británico de 31 años Liam Payne fue hallado sin vida en el patio interno de Casa Sur, un hotel boutique de la ciudad de Buenos Aires.
Según la autopsia, difundida este jueves por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N.º 14, el exintegrante de One Direction murió por “politraumatismos” y “una hemorragia interna y externa”, producto de la caída que sufrió desde el balcón de la habitación donde se alojaba, en el tercer piso del hotel ubicado en el barrio porteño de Palermo.
Desde la fiscalía señalaron que -“de manera protocolar”- se están investigando las circunstancias del caso como una “muerte dudosa”, aunque, aclararon, “todo indica que el músico se encontraba a solas cuando ocurrió la caída, y atravesando algún tipo de brote producto del abuso de sustancias”, según el reporte al que accedió Rolling Stone Argentina. No obstante, también se supo que Payne estuvo acompañado por dos mujeres -según versiones recogidas por Rolling Stone, se trataría de trabajadoras sexuales- hasta poco tiempo antes de morir. Ambas dejaron el hotel alrededor de las 16 horas.
Las mujeres, cuya identidad no trascendió, fueron identificadas y declararon como testigos, al igual que otros tres empleados del hotel. La fiscalía adelantó que la investigación también está orientada en determinar la eventual intervención de otras personas en los sucesos previos al deceso de la víctima.
El cantante ya había estado en mayo en Buenos Aires para asistir junto a su novia, Kate Cassidy, al show de su amigo y excompañero de banda, Louis Tomlinson, en el Estadio Vélez Sarsfield. Desde la productora de ese concierto le confirmaron a ROLLING STONE que Payne efectivamente estuvo junto a Cassidy en uno de los palcos disfrutando del show y aseguraron que “se lo veía bien”. En esa oportunidad, se lo vio también firmando autógrafos en la entrada del hotel Four Seasons, uno de los principales cinco estrellas en el centro porteño.
El ex One Direction regresó a la Argentina el 30 de septiembre, según lo que se pudo reconstruir a partir de distintas publicaciones de fans que fueron a recibirlo al aeropuerto, con el propósito de acompañar a otro excompañero de grupo, Niall Horan, que tocó el 2 de octubre en el Movistar Arena de Buenos Aires. Payne fue al show nuevamente con su pareja. Algunas fans lo filmaron bailando y vitoreando a su amigo. Pero, a pesar de que Horan partió al día siguiente para continuar su gira por Chile, Perú y Colombia, Payne se quedó en Buenos Aires.
Las siguientes semanas, hasta el día de su muerte, Liam Payne las pasó entre hoteles. Algunas fans iban a la puerta del Hyatt, en Recoleta, donde se alojó en el primer tramo de la estadía, para sacarse fotos, pedirle autógrafos y hacerle regalos. En sus redes sociales, el músico se mostraba contento por los días de descanso en Argentina. Su novia también era protagonista de sus posteos, aunque no todas las fechas de publicación coinciden con la de la grabación de las imágenes. Kate Cassidy dejó Argentina al menos dos días antes de la muerte de su novio, según se puede corroborar en la cuenta de TikTok de la joven de 25 años.
El miércoles, un primer llamado al 911 desde el hotel alertó sobre el comportamiento problemático de uno de sus huéspedes. Los testimonios de empleados y allegados que se filtraron en los medios de comunicación hablan de un Payne desencajado que pedía drogas y abordaba a todos con violencia. El segundo llamado a la policía fue más preciso y urgente. Había temor por lo que podía llegar a pasar. Cuando llegaron las autoridades, ya no había nada más que hacer. Las imágenes de la habitación destrozada y los restos de consumo de estupefacientes recorrieron el mundo. Al igual que las postales conmovedoras de la vigilia nocturna que organizaron las fans en la puerta del hotel para darle el último adiós a su ídolo.
El jueves por la tarde, el panorama en la entrada del hotel Casa Sur era similar al de las últimas horas. El acceso permanecía bloqueado, aunque con mayor movimiento y más prensa que el miércoles por la noche. Las fans lloraban desconsoladamente, dejaban cartas y flores y posaban para las cámaras de medios de todo el mundo. Algunas también sonreían, porque era un momento de encuentro, de saberse contenidas en medio de la tragedia. Mientras tanto, otro grupo comenzaba a congregarse en el Obelisco, epicentro de la Buenos Aires, para homenajear a Payne. “Llevar velas, flores y ropa negra”, se leía en la descripción de uno de los grupos de WhatsApp de fans.