“Para mi asombro, Charly leyó mi libro y lo disfrutó”, cuenta el pianista y escritor James Rhodes. “Un día recibí un audio suyo por WhatsApp diciendo todo tipo de cosas bonitas y, bueno, ya te imaginas, me quedé sin palabras. Y a partir de ahí ha surgido una bonita amistad”.
El libro al que se refiere Rhodes es Instrumental. Memorias de música, medicina y locura (Blackie Books), lanzado en 2014. Un libro crudo y valiente, en el que Rhodes narra cómo lo violaron a los seis años, su paso por un neuropsiquiátrico, su adicción al alcohol y las drogas, sus intentos de suicido y cómo perdió la custodia de su hijo. En sus casi 300 páginas, el artista explica cómo la música de Bach funcionó como un salvavidas emocional y fue la clave para comenzar con una nueva vida.
Desde entonces, ha publicado también Toca el piano: interpreta a Bach en seis semanas (2016), Fugas o la ansiedad de sentirse vivo (2017), Playlist: Rebeldes y revolucionarios de la música (2019) y Made in Spain (2021). ¿Nuevos planes? “¡Siempre estoy trabajando en un libro!”, advierte.
Rhodes Vino de vacaciones a Argentina, la tierra natal de su esposa, la actriz y modelo Micaela Breque. Pasó por Buenos Aires y estuvo de visita en la casa de Charly García, lo fotografíó y tuvo el privilegio de escuchar su nuevo álbum, La lógica del escorpión. De turista en la Patagonia, hace un alto para conversar con ROLLING STONE.
Se cumplen 10 años del lanzamiento de Instrumental. ¿Qué importancia tuvo en su vida la publicación de ese texto?
Cambió todo. Por primera vez pude hablar de cosas terribles con mis propias palabras y tratar de arrojar luz sobre cosas que, lamentablemente, todavía son tabú. A través de este libro conocí a mi esposa Micaela, el gran amor de mi vida -imaginate- un chico de Londres y una chica de Lanús. Ella leyó mi libro, empezamos a hablar y ahora estamos casados y vivimos en Madrid.
¿Dirías que sus escritos fueron parte de tu proceso de curación?
Si y no. Me ha causado mucho dolor. Le ha dado mucha munición a determinadas personas que quieren causarme daño. Pero también me ha ayudado a crecer como ser humano. Y me ayudó a poner en vigor en España una ley de protección de la infancia importantísima. Entonces estoy muy agradecido. Y, una vez más, conocí a Miqui por eso. Ella ha sido la mayor fuerza para el bien en mi vida.
¿Cuáles son tus planes para 2024?
Cuanto mayor me hago, más me doy cuenta de cuáles son mis verdaderas prioridades. En 2024 estoy persiguiendo implacablemente sólo las cosas que me dan alegría y duende. Mi chica, mi fotografía, mi piano, mi paz interior. Y estoy haciendo las cosas relacionadas con el trabajo no para mantenerme ocupado, sino para encontrar inspiración y paz. Es el único camino a seguir para mí ahora.
Viajar es una constante en tu vida. Son viajes vinculados al trabajo, a conciertos… ¿Cómo resuena en tu vida y en tu trabajo este estado de viaje casi permanente?
Las cosas se han calmado mucho desde la pandemia. No viajo tanto. Siento que tal vez he encontrado mi lugar en el mundo ahora en España y no siento incesantemente la necesidad de vagar por el mundo buscando algo intangible. Viajar por placer (como este viaje a Argentina) es un placer absoluto.
Supongo que habrás firmado un contrato de confidencialidad o algo así, pero ¿qué podrías contarme sobre La lógica del escorpión, el esperado e inminente disco de Charly?
¡No firmé nada! Lo único que puedo decir es que es un disco asombroso. Para mí, cada tema es un éxito a su manera. Hay himnos y canciones de amor y rock and roll y alegría y tristeza y todo. Es el disco de un hombre en su mejor momento que ha vivido varias vidas y ha sido lo suficientemente generoso como para compartir con nosotros las cosas que a veces no podemos ver. Es una bomba.
¿Podrías decirme cómo fue el impacto inicial de su música?
Sinceramente me quedé sin palabras. Fue como descubrir a Los Beatles por primera vez a los 40 años. Un lujo absoluto y una admiración instantánea.
¿Qué es lo que más te gusta y te conmueve de la música de Charly?
Su poesía en todos los sentidos de la palabra. La profundidad de su música y letras. Él mejora la vida. En inglés diríamos que él es “an enhancer of life”. Creo que porque tiene tanta inteligencia musical y formación, para mí, sus composiciones van mucho más allá de lo que muchos otros músicos logran. Las armonías, los ritmos y la originalidad me dejan boquiabierto. No sé cómo lo hace.
Ambos comparten formación en música clásica, ¿ha sido ese un tema de conversación entre ustedes?
Oh sí. Por supuesto. Le he tocado Bach en el piano de su casa y hemos hablado mucho de música. Hay pocas personas con las que puedo emocionarme y ser un geek con la música y él es uno de ellos. Es asombroso.
¿Alguna vez te has acercado a la música de Charly como intérprete? ¿Te imaginas abordando a su obra de alguna manera?
Me sentiría totalmente carente de las habilidades necesarias para hacer justicia al trabajo de Charly. Quiero decir, por supuesto que me encantaría intentarlo. Su música tiene una profundidad extraordinaria. En mi opinión, tanto como los compositores que amo y a los que dedico mi vida. Quién sabe, tal vez algún día tenga el valor suficiente para arriesgarme a interpretar algo de su música.
¿Pensaste en hacer alguna colaboración juntos?
Sí. Todo el tiempo. Sería un sueño hecho realidad. Siento un poquito que sería como escribir algo con Borges o actuar al lado de Bombita Darín o jugar un partido con Messi. ¿Pero te imaginas lo maravilloso que sería compartir escenario en el Colón o donde sea con Charly García?
¿Cómo sentís el impacto de la Inteligencia Artificial en la música? ¿Es un tema que te preocupa de alguna manera?
La IA me preocupa inmensamente. No sólo creativamente con lo que está vinculado a la fotografía y a la música, sino que realmente se siente como si las máquinas se estuvieran apoderando del mundo. Me estoy haciendo viejo y me siento fuera de mi zona de confort con todo esto. Sólo recuerdo que cuando era niño usaba mapas de papel y teléfonos públicos y de alguna manera las cosas eran mejores. Dicho esto, la tecnología puede ser una fuerza poderosa para el bien y quién sabe a dónde nos llevará este camino.