Gustavo Santaolalla: “Somos conejillos de Indias. En este momento, Argentina es un laboratorio”

El músico, que compuso la banda sonora y produjo en documental 'Norita', sobre una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, reflexiona sobre la actualidad argentina y global y repasa sus últimos proyectos

Por  HUMPHREY INZILLO

noviembre 7, 2024

ALEJANDRA PALACIOS (GENTILEZA)

Norita es una película muy necesaria para este momento del mundo y de la Argentina. Estamos viviendo un momento horrible en el mundo. Yo nací en los 50, y todos los de mi generación, teníamos una visión del futuro promisorio, esperanzador. O sea, pensábamos que el futuro nos iba a traer coches que volaban, tecnología y ciencia que nos iba a curar el cáncer y todas las enfermedades, y todas estas cosas, como esta nueva forma de comunicarnos, y todo. Y que todo eso nos iba a hacer mejores personas. Y si ves la visión del futuro de hoy, no la mía, sino de cualquier chico, es un futuro distópico, apocalíptico, horrible, espantoso”, dice Gustavo Santaolalla. El productor de Norita, el documental de Jayson McNamara y Andrea Tortonese sobre Nora Cortiñas (1930-2024) -una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo– que se estrena este jueves 7 de noviembre en las salas de Argentina, acaba de llegar a Los Ángeles luego de una extensa gira por Europa y Medio Oriente, con conciertos en Porto, La Coruña, Estambul, Dubai, Praga, Helsinki, Londres y Utrecht.

“Ya sabemos que mucha gente va a ver la película y le va a encantar. También sabemos que hay un grupo de necios que la van a defenestrar, ni siquiera sabiendo de qué se trata, ni nada. Pero hay un montón de gente en el medio, esos que a lo mejor votaron y hoy dicen: ‘Uy, para qué voté eso, yo no sabía…’. Es gente que está indefinida, y estaría bueno que la vea, porque nada es más importante que la memoria”, explica Santaolalla. “No hay que perder la memoria. Aparte tenemos que volver a humanizarnos, loco. A sentir por el otro, a terminar de darse cuenta que no se puede hablar a los gritos, insultar, tratar mal a la gente, ¿Qué es eso? En este momento, para un grupo internacional, Argentina es un laboratorio. Conejillos de Indias. A ver hasta dónde se aguantan… Es un laboratorio. Me parece que detrás de esto, vos ves que en sus círculos y en sus medios transmiten que en la Argentina están cambiando las cosas, que está todo para bien. Y nosotros sabemos que no es así. Además, son tan obvios que atacan a la cultura, cuando el arte es lo que nos salva, es lo que permite que no estemos locos”.

Nora Cortiñas y Gustavo Santaolalla (Gentileza).

El músico reflexiona sobre el estado del mundo en 2024. “Hoy sabemos, por la mecánica cuántica, que pasado, presente y futuro están ocurriendo al mismo tiempo. Y que existen universos múltiples. Entonces, en los concierto de la gira, yo propongo que hagamos un Back to the Future y nos vayamos al pasado a buscar el futuro que imaginábamos. Yo siento que hay un tema de deshumanización enorme. Cuando pensás que están debatiendo si lo que está pasando en Gaza es o no es un genocidio, me parece una locura. ¿Qué tiene que pasar, flaco, para que se den cuenta? Y cuando ves la gente que insulta, que habla a los gritos, que no escucha, que opera vilmente. Hay una ubicación de la maldad, que ocupa un lugar tan obvio y tan visible, que hace que una película como Norita sea realmente necesaria. La película tiene una cosa de universalidad, porque el mensaje no se aplica solamente a lo que estamos viviendo en Argentina, sino a lo que está pasando en cualquier lugar del mundo”, asegura. 

¿Qué es lo que más te fascina de Nora Cortiñas?

Su transformación. Porque ella no era así. Era una vecina más, una ‘señora de al lado’. que a través de lo que vivió con su hijo, desarrolló una ideología, y una lucha y una trasmutación que es increíble. Del dolor inimaginable que es la pérdida de un hijo, y encima en esas circunstancias, de esa manera, transmutar eso en una lucha luminosa es admirable. Y cuando digo luminosa lo digo literalmente. Porque ella siendo tan chiquitita, era un ser que emitía luz, que entraba en una habitación y vos sentías su presencia, y sentías esa luz. La lucha esa, y esa energía, la llevó a otras luchas: a la lucha por el derecho reproductivo de la mujer, a la lucha de los pueblos originarios… A otras luchas de sus semejantes, de sus compatriotas, que buscaban un mundo más justo. Una realidad más justa. Me parece que su ejemplo es increíble. Yo me siento un privilegiado por conocer a esas personas que son realmente superhéroes, no los de Marvel, superhéroes de verdad. 

Si bien la película está centrada en la figura de Norita, en realidad es un homenaje a todas las organizaciones por los derechos humanos…  

Eso es siempre lo que sentí. Yo me conecté con Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora hace muchos años. O sea, yo era amigo de Norita desde hace muchos años. Yo hice con ellas un proyecto basado en una obra de Virginia Giannoni que llamó Poesía diaria, un libro que hicimos con la pequeñita editorial Retina, que recopila muchos de los recordatorios que los familiares de los desaparecidos publicaban en Página 12. Es muy interesante ver como a través de los años la gente va lidiando con ese dolor. Tengo una relación con ellas, con Estela [de Carlotto], con Taty Almeida, y todas tienen esa luminosidad, esa transformación del dolor en una lucha positiva y llena de alegría.

Gustavo y Nora, una amistad de larga data (Gentileza).


El documental tiene como buena parte del eje narrativo un momento histórico que es la lucha por el aborto seguro legal y gratuito. No fue hace tanto, y sin embargo, con la pandemia en el medio, esa efervescencia quedó bastante anacrónica… 

La película te permite ver el valor de la lucha, y eso me parece muy positivo. Porque vemos cómo, en una primera instancia, esa ley no pasa. Hasta que luego, sí, finalmente ocurre. 

De alguna manera, esa lucha se valida viste de alguna manera consiguiendo eso. 

Sí, desde ya. Pero yo me refiero a otra cosa: a la temperatura de la calle, el aspecto social, el discurso de los medios, la aguja política, todo cambió drásticamente…

Obviamente que la pandemia, o plandemia, como como cada uno lo quiera interpretar y pensar…Yo tengo mi pensamiento al respecto, y creo que que la verdad se compone de muchos elementos, no de uno solo. Entonces, por supuesto que existió una enfermedad. Pero existió también un negocio gigante atrás de eso y un experimento social gigante atrás de eso, implementado globalmente. Como está implementado el trabajo del cambio climático, y como están implementadas un montón de cosas que estaría interesante saber cómo quién y dónde se aplican. Por ejemplo, hay cinco estados en Estados Unidos que, por ejemplo, le están haciendo juicio a Pfizer por la vacuna, y en Holanda le están haciendo un juicio a Bill Gates por haber promulgado el uso de la vacuna sin advertir acerca de los daños que podía causar. Supongo que pronto habrá una investigación sobre la ivermectina, que no solamente previene sino que también sana. Yo he hablado con gente muy importante, que maneja laboratorios enormes y que me han dicho que la han testeado y que funciona increíble. Yo me agarré Covid en Madrid, me recetaron ivermectina y a los dos días estaba perfecto. Pero no se aprobó antes de la vacuna, ¿eh? Se aprobó después de que ya vendieron millones y millones de vacunas.

Además de ser uno de los productores junto a Jane Fonda, también compusiste la banda de sonido de Norita

Hacer la música de la película fue recontra orgánico y natural. De hecho, lo que ocurrió fue que Jayson originalmente viajó a la Argentina para hacer un documental sobre Robert Cox, el periodista del Buenos Aires Herald, que se salvó por poco en tiempos de dictadura. Y ahí conoció a las Madres y se enamoró de Norita. Y la empezó a filmar a Norita. Y él pensaba en en hacer un documental y empezó a trabajar con dos con dos chicos viste con Paco Cabral y Matías Tozolla. Y cuando le propone formalmente a Norita hacer el documental, ella le dijo: “pero que yo quiero que la música la haga Gustavo”. Así que hablé con ellos dos, que son dos músicos buenísimos, y yo agregué a Juan Lucui, que trabaja acá conmigo, con quien he hecho series y películas. Entonces dí unas direcciones, escribí algunos de los temas principales, el opening y el cierre de la película, pero también le di mucha rienda a ellos para que hagan sus cosas dando una dirección digamos, de sonido. Los invité a usar a a Javi Casalla, que es parte de mi música, para unificar todo y quedó un soundtrack realmente precioso. Siempre tuve conciencia de que era una música que hacíamos entre los cuatro. 

¿Y de qué otra manera te involucraste desde la producción?

Lo que me interesó fue poder participar en la parte creativa de la película y dar una visión de Argentina, pero de alguien que pueda ver al mapa de la Argentina más extendido. Antes de que exista internet, yo tenía el proyecto de hacer una revista de corresponsalías con argentinos que estuvieran fuera de Argentina pero que no hubieran perdido su identidad. Porque las identidades se pueden expandir, también. Y una cosa es expandir tu identidad y otra cosa es perderla. Entonces, tipos como Adrián Paenza, por ejemplo, pienso que tienen esa conexión y puede extender el mapa.  Yo trato de hacer eso: mantengo una conexión con mi país a través de mi trabajo y de mis cosas, desde nuestro proyecto con los vinos en Mendoza hasta todos los discos que he producido, Bajofondo y las colaboraciones con Wos. Entonces me parecía importante ayudar a tener esa visión en la película. Y participé mucho del proceso de la creación de la película. Cuando entró Andrea [Tortonese] con la animación, fue una suma muy importante. La parte de la animación también ayuda mucho en la narrativa, para universalizarla y para darle un refresh a una historia tan dura y tan oscura. Como que te viene un golpe de aire fresco, ¿no? 

En esta gira tocaste en lugares como Dubai y Estambul, ¿Cómo fue esa experiencia?

En Turquía metimos 3.000 personas en dos días.Con el tema de The Last of Us, el soundtrack del juego, he ganado mucho público joven. Entonces, yo diría que un tercio o en algunos casos más,  era ese público joven. También hay gente que fue porque conocía, mis bandas de sonido. Todos mis conciertos siempre han sido muy eclécticos y combinan cosas muy eléctricas y rockeras con cosas muy suaves, más acústicas, y más electrónicas también.  Y en este caso diseñé un concierto muy especial, porque por ejemplo no podés aplaudir hasta pasado los primeros 15 minutos. Está armado de tal manera que no hay agujero para que la gente aplauda, entonces se genera otra cosa, otra atmósfera totalmente distinta. Y muchos de los conciertos estuvieron sold-out.
¿Tuviste buenas devoluciones?
En Londres vinieron Alejandro González Iñarritu y Sally Porter. Lo curioso es que  no la invitó nadie: compró su ticket y vino a ver el concierto. También un músico que es divino, que es Antony Genn que es un tipo que tocó en Pulp y en Elastica, y que está haciendo la música para el largometraje de Peaky Blinders, y él me dijo una cosa muy linda, me elogió el inicio del concierto. “Una vez que la gente está adentro ya está, ya estás en esa zona”. Y lo bueno de eso es que hay poquísima gente que saca el celular. Porque cuando hablo yo invito a la gente a que hagamos un viaje hacia nuestro paisaje interior, que nos olvidemos de los clickbaits y de todo ese mundo. Y la gente engancha y se produce algo increíble. Me di cuenta de que el concierto tiene un lugar en el mundo, por eso el año que viene voy a hacer una gira bastante extensa y le voy a agregar ciertas cosas que ya pensé, porque me di cuenta que hace falta algo así.

¿Y cómo llegaste a musicalizar la versión hispana de Drácula de 1931? 

Cuando Universal hizo la película de Drácula, que fue una de las primeras películas sonoras, a la mañana filmaba Bela Lugosi, dirigido por Tod Browning, y a la noche Carlos Villarías y Lupita Tovar filmaban la versión en español, dirigidos por George Melford. Eran los mismos sets pero el elenco era distinto y un script diferente. La película en español dura media hora más, de hecho. Esa copia estuvo perdida por años, hasta que en los años 70 alguien descubrió una copia en La Habana y la llevaron de nuevo a Hollywood. Como era una de las primeras películas sonoras, tanto en la versión en inglés como la versión en español tienen muy poca música, porque estaban los tipos que tocaban el piano en los teatros, y pensaban “nos vamos a quedar sin laburo”. Tanto la anglo como la hispana tienen  música en los títulos, al principio, que era una cosa de Tchaikovsky. Y hay una parte en la película donde van a un teatro y hay una orquesta tocando. Pero después había largas escenas sin diálogo y sin música y la  película se hacía eterna, tanto en español como en inglés. Hace más de 20 años le comisionaron a Philip Glass que hiciera una versión del soundtrack con el Kronos Quartet. Y con Alejandra [Palacios, fotografa y esposa de Gustavo] fuimos a ver la proyección. Hace un tiempo aparece L.A. Opera para que musicalizara la versión en español y me mandé con todo. Implemente ideas nuevas: yo quería trabajar con el acordeonista Michael Ward-Bergeman, amigo mío desde hace 20 años, que toca un acordeón con pedales que lo hace sonar como un órgano de tubo gigante o  como un bandoneón. Después incorporé el violín corneta, con la idea de que lo toque  Javier Casalla, pero por un tema de agenda no se pudo sumar y lo terminó reemplazando otro músico. Y hacía tiempo que quería usar follies artists, los que hacen los efectos de sonido de las películas, pero inspirado en la radionovelas que escuchaba con mi abuela. Fue onstage, todos arriba del escenario, en el teatro de United Artist que había hecho Charles Chaplin. Fue maravilloso.  Y, compositivamente, distinto a partir de todo lo que había hecho. Sin ser tecladista, compuse a partir del teclado. 

¿Y tenés más proyectos vinculados al mundo audiovisual? 

Sí, estoy trabajando en la segunda temporada de The Last of Us, y se estrena la primera película dirigida por Rodrigo Prieto, director de fotografía de Amores Perros, 21 Gramos, Babel y Secreto en la Montaña. Desde hace más de diez años es el director de fotografía de Martin Scorsese y el año pasado estuvo nominado al Oscar con Killers of the Flower Moon. Es un clásico de la literatura mexicana, Pedro Páramo, de Juan Rulfp. Es una película re difícil.

¿Y con Bajofondo?

Estamos trabajando en un nuevo disco, con grandes colaboraciones: Lali Espósito, Cristian Castro, Trueno… ¡Va a quedar buenísimo!

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