Con aires tribales y virtuosismo, Eruca Sativa inauguró para el rock la sala Sinpiso

El power trío proponía una experiencia extra visual, pero el centro del show fue la música, con una formación expandida que incluyó a Vivi Pozzebón y Mariano “Tiki” Cantero en percusión

Por  HUMPHREY INZILLO

agosto 25, 2023

Lula Bertoldi, un solo incendiario en un nuevo venue para la música en Buenos Aires.

Tute Delacroix

Un nuevo venue siempre es una buena noticia para los amantes de la música en vivo. Creado originalmente por Fuerza Bruta, la compañía de teatro aéreo fundada y dirigida artísticamente por Diqui James, la sala Sinpiso se inauguró a principios de este año, en terrenos del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, como sede del espectáculo Aven, un lugar sin piso. El lugar fue concebido como “un espacio preparado para que todo suceda, una fábrica de teatralidad, música y celebración”.

El trío sobre el escenario móvil. (Foto: Tute Delacroix).

Eruca Sativa fue el grupo que inauguró este jueves la sala para el formato de recitales. Para la ocasión, el trío integrado por Lula Bertoldi (guitarra y voz), Brenda Martin (bajo) y Gabriel Pedernera (batería), expandió su formación con dos de los mejores percusionistas de la escena local: la cordobesa Vivi Pozzebón (flamante ganadora del premio Gardel en la categoría álbum instrumental-fusión-world music, por su disco Tamboreras por el mundo vol.1, editado por Los Años Luz) y el platense Mariano “Tiki” Cantero (La Bomba de Tiempo, Aca Seca, colaborador de De La Guarda, entre muchísimas referencias posibles). 

Eruca expandió su formación con los tambores del Tiki Cantero y Vivi Pozzebón. (Foto: Tute Delacroix).

De hecho, los primeros sonidos de la velada fueron de los tambores. Ambos percusionistas, ubicados a ambos lados del escenario que daba a la cabecera, crearon una atmósfera tribal. Lula, Brenda y Gabriel, irrumpieron con trajes metalizados, en un escenario móvil, en el centro del campo, rodeados por los 1200 espectadores, y llegaron al escenario principal como exploradores espaciales. Con el trío ya ubicado en la tarima, la formación expandida le daba una nueva sonoridad a “Armas gemelas”, una pieza de alt-rock que resume la carga genética del trío y unos coros característicos que resuenan como un clásico contemporáneo del rock argentino. 

La intro percusiva de “Por quienes vendrán”, potenciada por el Tiki y Pozzebón, le dió un power extra a una banda que conjuga un motor a fuerza de virtuosismo y energía. Un derrotero de notas que por momentos parecen anexarle líneas al pentagrama, sumarle cuerdas a los instrumentos, llevar hasta el límite los parches de la batería (y los tambores). Hay pulsión funky para bailar en “Sorojchi” y una invitación a la introspección en “Tanto”

Al mismo tiempo que un telón blanco se expande como un techo, se hace un hueco en medio del campo, y entre luces rojas el trío se acomoda entre el público, que se sienta para generar un clima de fogón. Hay proyecciones sobre ese telón, que vuelven a la escena, signo de estos tiempos, altamente instagrameable. Es un set acústico en el que Gabriel Pedernera se calza la guitarra y se destaca, especialmente, en un memorable solo de aires bluseros sobre la vidala “Amor ausente”, de Eduardo Bechara y Claudio Pacheco, que tenía una versión anterior interpretada a dúo por Abel Pintos y Facundo Toro, y que Eruca transformó en un hit. Pedernera descolla con un solo explicado, en parte, por su vínculo con David Lebón (se desempeñó como productor de los dos volúmenes de Lebon & Co.), rodeado por dos virtuosas como Bertoldi y Martin.

Después del set acústico, se corre un telón y se inaugura un escenario lateral. Desde uno de los costados, una máquina lanza seis columnas de humo que recorren el tablado, de izquierda a derecha, hasta que las siluetas de Lula, Gabriel y Brenda hacen que el efecto se disipe, un poco, en su derrotero efímero mientras suena “Queloquepasa”, y un scat colectivo multiplica la  voz de Lula. Un enorme de acrílico hace de ese escenario una especie de vidriera. 

Humo y melodías, Eruca Sativa sobre el escenario lateral (Foto: Tute Delacroix).

Para el siguiente tema, Lula se ubica en el centro del anterior escenario para cantar “Real ficción”, y dialogar con la base rítimica, ubicados todavía en el tablado del humo.  

En dos escenarios, Lula Bertoldi canta desde lejos (Foto: Tute Delacroix).

   En el tramo final, hits como “Inercia” y “Magoo” propician una catedra de power-funk, una descarga de adrenalina que concluye con “Outro”, y dos solos descomunales del Tiki Cantero y Pozzebón. Sus apellidos son las dos únicas palabras que pronuncia Lula Bertoldi en todo el recital. Este show, bautizado “XV Experiencia extra visual”, se proponía como “un espectáculo donde vas a poder explorar todos tus sentidos y ser parte del show. Efectos, láser, humo, luces estroboscópicas y muchas sorpresas más que te harán sentir la música y los sonidos de una manera espectacular”. El peso del espectáculo, sin embargo, estuvo en la música más que en cualquier otro artificio. Sin solución de continuidad las 19 canciones que sonaron en poco más de una hora y media, fueron una demostración del poderío y la musicalidad de un grupo que ostenta más de tres lustros y que apuesta a ofrecer, en diciembre, el show más convocante de su carrera.