Cómo es Tesoro, el animé orquestal de Alejandro Terán, con Lara91K, Nina Suárez y más artistas

El director explica la génesis de su nuevo espectáculo, una fantasía orquestal urbana con dirección de arte de Johanna Wilhelm que se estrena en el teatro Coliseo

Por  HUMPHREY INZILLO

septiembre 5, 2023

Alejandro Terán se pone al frente de una orquesta de 24 músicos.

Diego Homez (gentileza)

Una fantasía orquestal urbana. Esa es la definición de Tesoro, el espectáculo craneado por el compositor y arreglador Alejandro Terán, que se presentará el jueves 28 de septiembre en el teatro Coliseo de Buenos Aires. Se trata de un  concierto que fusiona disciplinas, estilos y géneros en un recorrido musical hacia el “tesoro”: la fuerza renovadora con la que surgen, en el mapa cultural argentino contemporáneo, una selección de artistas jóvenes que incluye a Lara91K, Neo Pistea, ODD MAMI, BB ASUL, Alejo y Valentin, Juana Aguirre, Nina Suárez, Marki y Blair, que interactúan con la Orquesta Hypnofón

La experiencia remite en parte a La Trampa, un show de trap orquestal que Terán realizó junto al Cuarteto Divergente en el CCK en 2020. “La Trampa se trataba de un plató de televisión retro y abandonado en pandemia y visitado por presencias un poco fantasmales: nadie era del todo quién era…”, explica el director. “En este nuevo experimento -al que llamamos Tesoro– los resortes son otros, aunque cierta idea de ´rotura de la Matrix´ o de espacio-tiempo no lineal se repite en todos los espectáculos de la orquesta. Aquí en Tesoro los disparadores son las fuerzas de la Naturaleza, la sensibilidad, la emoción sutil y el cruce con el mood ´oriental´ de ver las cosas, tan en sincronía con la actual generación sub 30. Tesoro es un animé orquestal”.

¿Un animé orquestal?

En cuanto a lo musical en sí es la primera vez que la orquesta intentará una estética minimal Ghibli o incluso hauntológica. Después de meses de trabajo tengo ante mí 18 scores orquestales que diseñé casi en trance y que ahora tengo que “entender” para poder dirigirlos.

El show está planteado como un cruce estilístico y generacional, que de algún modo podría ser un hilo conductor de tu larga trayectoria. ¿Qué es lo que más te atrae de ese tipo de cruces?

Soy admirador de esta generación: me conmueve la libertad creativa de los jóvenes artistas. Creo que nunca antes había sido testigo de un fenómeno parecido, tan “evolutivo”. Los mundos fantásticos de cada uno de ellos nos deja asombrados y siento que la “puesta en orquesta” de esos Universos intensifica sus relieves. Escuchar los 18 bocetos en orden me hace tripear, invariablemente.

¿Cómo hiciste la selección de artistas invitados?

Mis curadoras personales son BBAsul y LadyMaría: me presentan artistas nuevos constantemente, y las dos tienen el “ojo cosmológico” afilado y sensible. Ellas son las verdaderas brujas selectoras y sus métodos no tienen nada que ver con ránkings o cantidades de seguidores (muy malas estrategias si la búsqueda es artística). BBAsul, mi hija, tiene el superpoder de vislumbrar la evolución futura de los artistas: ¡traía a casa a Ca7riel y a Paco Amoroso cuando eran casi niños aún! Y LadyMaría, mi esposa, tiene el don de percibir la autenticidad, la savia artística verdadera, la poesía verdadera.

La generación del trap en la Argentina ya tiene un recorrido. Muchos de sus exponentes principales ya llegaron a la dimensión de estadios y giran por Europa. ¿Cómo vislumbras su evolución de aquí a unos años? ¿Qué es lo que te llevó originalmente a prestarle atención a esos artistas?

Si bien podemos afirmar que existe una “escena” del trap nunca me parece justo poner a los artistas en una categoría: hay sensibilidades, hay creatividades. Soy de una generación, la de los 80, que ha hecho del “culto a la personalidad” una bandera y la mantengo en alto aún… Ya sabemos que la única diferencia entre un bar y un estadio es la fortuna que se llevan los organizadores (¡y que en el estadio se ve peor!). Los artistas auténticos de esta generación atravesarán de alguna manera los enormes obstáculos que les imponen los tiempos y recorrerán sus iniciaciones como Tamino en La Flauta Mágica, o Hércules en los Trabajos, o como Peter Schlemihl. Este presente “líquido” puede parecernos deprimente o idiota, pero las cosas cambian, nada es permanente.

Terán en acción, al frente de la Orquesta Hypnofón.

¿Podrías definir el diseño sonoro del espectáculo?

El ensamble de Tesoro consta de 24 instrumentistas. Mi intención es mantener una sonoridad camarística sin ningún tipo de sostén de secuencias electrónicas ni pistas (aunque sí diseñé instrumentos electrónicos retro como el theremin o el Farfisa). Encuentro mucho placer en esa textura orquestal bien acústica, e intuyo que muchos jóvenes sub-30 que vendrán al Coliseo nunca han sido público de un ensamble cien por ciento analógico. Mis esfuerzos van en el sentido de generar un diseño sonoro original y un tejido contrapuntístico que pueda proponer un verdadero corpus de obra, en el sentido estético.

La Orquesta Hypnofón surgió como un desprendimiento de la orquesta que habías armado para los 11 Episodios Sinfónicos de Cerati. ¿Qué recuerdos tenés de aquella génesis?

Suelo comentar que una orquesta es como un Tyrannosaurus Rex: no hay plata que alcance para mantenerla, los ensayos nunca son suficientes, las agendas jamás combinan… Cuando surge alguna oportunidad de hacer algo con orquesta hay que tomar aire y arrojarse al vacío, porque vale la pena. Con Gustavo habíamos quedado ultra-manijas luego de la sesión con la Filarmónica de Londres en Abbey Road (para el “Verbo Carne” de Bocanada) y cuando se presentó la posibilidad de hacer los Episodios no lo dudamos (aunque no sabíamos muy bien de qué se trataba el proyecto). Finalmente los Episodios quedaron tan bien que intenté sostener la orquesta (bastante reducida) hasta que en 2007 grabamos El Futuro, primer y único disco de Hypnofón. A partir de allí hasta hoy la orquesta ha mutado en innumerables ocasiones pero hay algo del espíritu que se mantiene.

Una de las patas del espectáculo es la parte visual, y allí colabora Johanna Wilhelm. ¿Se conocieron haciendo El hombre que perdió su sombra en el Teatro Nacional Cervantes? ¿Qué es lo que más te atrae de su trabajo?

Soy tan fan de Johanna que si en un proyecto mío ella no participa, ya no me divierte tanto. Cuando le propongo una estética equis me devuelve unas investigaciones que son obras de arte per se. Tengo que tener cuidado con lo que le digo porque Johanna es un tren de alta velocidad, un reactor creativo. Toda la belleza de La Trampa es gracias a ella, y los shows del Divergente están siempre sumergidos en su mirada. Cuando ensayábamos con Axel Krygier para El hombre que perdió su sombra quedé fascinado con su trabajo y hasta hoy me niego a soltarla.

Entre los artistas que van a participar del espectáculo está BB Asul. ¿Cómo es compartir este tipo de proyectos con ella? ¿Cuál es tu mirada de su carrera como solista?Hace pocos días fui al estudio de Manu Schaller para diseñar unos coros de BBAsul para su nuevo disco y observé asombrado cómo ella lideraba la sesión como productora y artista a la vez con una serenidad, una madurez y un filo estético ya muy desarrollados. Cuando hacemos experimentos como Tesoro o La Trampa disfrutamos mucho de los momentos de camarines, el humor negrísimo, nos morimos de risa. Su sentido del humor siempre me sorprende. En cuanto a su carrera solista encontré una forma perfecta de participación: no abro la boca e intento evitar cualquier atisbo de mansplaining.