“Gracias, Buenos Aires”, dice en castellano, con tono afrancesado, Jean-Benoît Dunckel al terminar de tocar con su compañero de ruta, Nicolas Godin, y el baterista Louis Delorme, el ahora clásico Moon Safari (1998) en el Movistar Arena de Buenos Aires. Veinticinco años pasaron desde el lanzamiento de su álbum debut y el disco todavía suena fresco e innovador.
La banda tocó diez canciones en el orden original del álbum y algunos clásicos como bonus. El show arrancó puntualmente con los rasgueos y el wah-wah de “La Femme D’argent”. El lánguido y atmosférico sonido ya era un avance de lo que vendría. Moon Safari es un viaje y ver a Air como plato principal era lo que Buenos Aires estaba esperando. La banda había actuado dos veces antes, pero en un contexto de festival. Primero en 2010 para el Festival Ecológico: Air bajo la sombra del árbol. Y después, en 2016 en el festival Music Wins. El show en el Movistar Arena fue ver y escuchar al dúo en el escenario perfecto, un concierto en el cual la música y lo visual tuvieron la combinación ideal.
La segunda canción fue “Sexy Boy”, uno de los hits del disco, que levantó el ambiente y armó un pequeño momento de discoteca para volver a la tranquilidad con “All I Need”, una de las baladas más hermosas del álbum (la canción contó con sampleos del track original con la voz de la cantante Beth Hirsh) “Kelly Watch The Stars” fue otro punto alto con las visuales y la combinación de los teclados de Dunckel y el bajo de Godin. La banda tiene un buen feedback entre sí, pero la suma de la batería les da un pulso extra. Louis Delorme, que estaba ubicado entre los dos músicos en el escenario, fue el pegamento que unió ambas partes, les dio tracción a sangre y groove a las canciones.
“Talisman”, “Remember” y “You Make It Easy” mostraron al dúo como compositor de canciones y no como creador de paisajes sonoros. En el caso de “You Make It Easy”, que en el álbum está cantada por Beth Hirsh, Dunckel y Godin compartieron el micrófono para recrear la balada de manera orgánica.
“Ce Matin Là” fue un homenaje a la música lounge, relajante y nostálgica, y una buena forma de ir despidiendo el álbum que, con “New Star In The Sky” y “Le Voyage De Pénélope”, despega hacia el infinito, las últimas dos canciones son luminosas y espaciales. Si alguien quiere ir de viaje a la luna, Moon Safari es el soundtrack perfecto.
La coda del show fueron canciones de los tres álbumes posteriores al homenajeado. Abrieron con “Radian”, del inventivo y sinfónico 10 000 Hz Legend (2001) y continuaron con dos temas del hermoso Talkie Walkie (2004): “Cherry Blossom Girl” y “Run”. El cierre fue con “Highschool Lover”, de la banda de sonido de la película Las Vírgenes Suicidas (2000), de Sofia Coppola, y “Don’t Be Light”.
Los bises llegaron con la balada instrumental “Alone In Kyoto” y el manifiesto sonoro “Electronic Performers”, que dice: “Los sintetizadores me dieron alas/Me pasaron por samplers de 12 bits/ Somos intérpretes electrónicos/ Somos electrónicos”.
El paso de Air por Buenos Aires demostró que la banda, un cuarto de siglo después, está en un gran momento. Y el show no solo sirvió para rememorar Moon Safari, por lo contrario, empujó al grupo hacia el futuro. Lo revitalizó. Air convirtió al Movistar Arena en un transbordador, en una nave que nos llevó a la luna por un par de horas y nos dejó sanos y salvos. Satisfechos con el viaje.