Se fue el último de los Skatalites. El saxofonista jamaiquino Lester Sterling murió el martes 16 de mayo pasado, a los 87 años, y con él se terminó de despedir toda una generación de músicos fundacionales para el reggae y el ska.
Sterling había nacido en 1936, en Jamaica, y había pasado por Alpha Boys School, la legendaria escuela de la congregación de las Hermanas de la Piedad, en Kingston, donde aprendieron música varios integrantes originales de los Skatalites y otros enormes artistas de la isla, como el trombonista Rico Rodriguez y la estrella del dancehall Yellowman. Provenía de una familia de músicos, que incluía al tecladista Keith Sterling y el trompetista Roy Sterling.
Lester, cuyo apodo era nada menos que “Ska”, se inició en realidad como trompetista, antes de tocar el saxo alto, instrumento por el que sería reconocido y con el que lideraría a los Skatalites en sus últimos años, después de que fallecieran sus colegas de instrumento y hermanos de armas Tommy McCook y Roland Alphonso. Sterling fue también el autor de “Bangarang”, al que, cantado por Stranger Cole, algunos señalan como “el primer tema reggae de la historia”.
Con su explosiva combinación de rythm and blues, jazz y ritmos jamaiquinos, los Skatalites fueron los iniciadores del ska a principios de los años 60, cuando Jamaica declaraba su independencia del Reino Unido y experimentaba al mismo tiempo un big bang social y cultural.
En distintas versiones, la banda se reunió periódicamente y siguió girando por el mundo hasta escasos meses atrás, con Lester Sterling ya como único músico fundador (junto con la cantante Doreen “Queen of Ska” Shaffer). Desde 2005, el seleccionado jamaiquino adquirió el saludable hábito de visitar Argentina (y Sudamérica, en general) con bastante regularidad, forjando un vínculo particular con la escena local.
Sterling, en especial –a pesar de su edad, su trayectoria y no pocos problemas de salud–, disfrutaba de relacionarse y socializar con músicos y fans jóvenes durante sus giras, para el asombro de muchos.
“Sterling era el más versátil de los saxos de Skatalites, comparado con McCook y Alphonso. Dicen que al principio no quería tocar ska sino jazz, en el estilo de Charlie Parker. Sus comienzos fueron en la década del cincuenta, cuando con Rico Rodriguez tocaban sobre los sound systems y hacían música para los pescadores de Kingston a cambio de pescado fresco. Los dos formaban parte de la orquesta junior en Alpha”, cuenta Martín Cueto, responsable de un puñado de shows históricos con artistas jamaiquinos en Buenos Aires. “Acá solíamos agasajarlo con asados, por ejemplo en casa de Hugo Lobo (de Dancing Mood), y lo disfrutaba mucho”.
Bruno Lancellotti, productor de los conciertos de Skatalites en Brasil durante los últimos años, recuerda a Sterling como, además de un talento inusual, un personaje imprevisible, entrañable y muy divertido. “Era difícil de entender porque hablaba en su patois jamaiquino. Una vez me llamó a su habitación porque quería pedir una sopa y no le entendían. La verdad era que no había sopa en el menú, así que le pedí pollo. Mientras esperábamos, me contó de sus tiempos en la banda militar del ejército jamaiquino, una experiencia que le habría dado ‘mucha disciplina’, en su formación, según decía. Al fin, después de como media hora, llegó la comida así que se interrumpió la conversación. Una vez que le dejaron el pollo, Sterling me miró serio y me preguntó quién era. Y empezó a contarme de nuevo lo del ejército, tal cual la primera vez. Y no tocó la comida”.
Atsushi Ukito es un músico de ska japonés al que Lester Sterling hospedó en su casa por un tiempo, años atrás. “Fue mi inspiración y mi mentor musical. Me habló mucho de sus teorías musicales y grabamos un par de temas juntos. Lo conocían como saxofonista, pero la verdad es que era multiinstrumentista: trompeta, piano, flauta… De hecho, le costaba dormir y se pasaba la noche tocando el órgano en su casa”.
El saxofonista falleció en Estados Unidos, donde residía, pero poco antes había expresado su deseo de ser sepultado en Jamaica. Según el diario de Kingston Jamaica Gleaner, la ministra de Cultura, Deportes, Género y Entretenimiento, Olivia Grange, anunció oficialmente que iniciaría las gestiones para repatriar los restos del gran músico.
“Una vez, viajábamos en la van de gira por algún lugar del interior de Brasil. casi todos íban durmiendo –relata Lancellotti, como ejemplo de la personalidad de Sterling–. De repente, Lester empieza a gritar: ‘Stop the van! Stop the van!’. Yo me asusté muchísimo y le pedí al chofer que parara inmediatamente. Todos se despertaron, preguntando qué había pasado. Lester ya estaba en la puerta del vehículo y, sin decir nada, saltó y empezó a caminar hacia atrás por la ruta. Como a unos cien metros había un árbol de mangos y se puso a recolectarlos, e incluso quería treparse. No podía parar de reirme. Agarramos algunos frutos y, no sé cómo, lo convencí de seguir viaje”.