Las 300 canciones del rock argentino del siglo XXI: 41-60

Para celebrar nada menos que su edición número 300, Rolling Stone argentina presenta esta lista con lo mejor de la producción local en los últimos años. Un viaje a través del tiempo, los géneros, los artistas populares y las joyas del under

febrero 28, 2023

41. Oficio del cantor – Palo Pandolfo (2008)

Palo escribió grandes canciones a lo largo de su vida, pero aquí no solo escribió un par de versos emocionantes, sino que definió como nadie lo había hecho antes en el rock el oficio (y propósito) de cantar, “pues cantar es un gesto de valor, para comunicar, locura y esplendor, siempre la pasión, y el amor, que viene y va”.

42. I Do – Boom Boom Kid (2001)

¿Qué tan a menudo podés recibir un llamado que te inspire a ser algo mejor? En este hit under de su disco Okey Dokey, el exlíder del grupo Fun People usa el crossover idiomático para dar un “sí, quiero” a viva voz. Una fábula a lo Morrissey que estalla en un estribillo a pura catarsis y emoción.

43. Una nueva noche fría – Callejeros (2003)

En el video, filmado a comienzos de 2004, en Cromañón, la banda toca para el Árabe (cantante de Los Naranjos), que actúa encerrado en una cárcel de tiza. Una escala de ocho acordes y un bombo seco dan pie a la esencia de la poética barrial de Pato Fontanet (“vacío como el sueño de una gorra”), que describe una ciudad endurecida. La noche del 30 de diciembre resignificaría para siempre su oscuridad.

44. Pequeños sueños – Árbol (2004)

Esta canción de la dupla Romero/Schmidt podría haber sido el jingle de la Semana de la Dulzura. Una balada romántica, adherente y fantasiosa (“quise tener una bici que me lleve a todos lados”) que le abrió al entonces quinteto las puertas del mainstream.

45. Solo un momento – Vicentico (2010)

El frontman de Los Fabulosos Cadillacs se despoja de los ritmos latinos y ofrece, en el hit de su cuarto disco solista, tensión dramática en una balada country producida por Cachorro López.

46. Si el amor se cae – Los Cafres (2004)

Guillermo Bonetto condensa en una oración de dos líneas todo lo que sentís por dentro cuando se te cae la estantería. Este track de autoayuda en clave reggae-lover fue best seller instantáneo para Los Cafres y abrió el género al público femenino masivo. Ahhh…

47. Mambeado – Onda Vaga (2008)

Palmas, cuerdas y lenguas vivas. En plan Gipsy Kings del Cabo Polonio, los Onda Vaga citan a Manu Chao en esta canción coral sobre el corazón; y acercan la ideología indie-rock a los fogones de esta parte del mundo, sin bajar un pie de la cama. Años después, Moreno Veloso la sumó a su repertorio.

48. La excepción – Gustavo Cerati (2006)

Las descargas eléctricas aportan la señal de ajuste para viajar a un lugar con parlantes, guitarras que suenan como motosierras y la virilidad rockera para afirmar: “Todo el mundo, nena, es impostor”.

49. La melodía de Dios – Tan Biónica (2013)

El tiempo y Twitter reivindicaron a Tan Biónica en los últimos años e hicieron que Chano se transformara en una estrella que genera empatía. Sus letras muestran a alguien intentando sobrellevar la vida (“vivo como siempre, desarmado sobre mí”), igual que la generación que creció escuchándolas. “La melodía de Dios” es una canción sobre la soledad, pero ahora cada 4 de noviembre la gente en redes se dedica a celebrar su persona.

50. A 1.200 km – Las Ligas Menores (2014) 

Una de esas canciones que se construyen por capas. Empieza con un bajo y batería rápidos, después se suman guitarras espaciadas, un sintetizador que la acerca al indie-pop y la voz calma de Anabella Cartolano. En un momento, la tensión se quiebra y los sonidos se liberan. “No voy a aprender más, no es ser necia, es necesitar recapacitar”, canta frustrada, como si finalmente dijera en voz alta eso que rumiaba en su cabeza.

51. Era un día perfecto – Loquero (2001)

El costado power-pop de la gran banda punk marplatense. El lado B del monstruo balneario, depresivo y desocupado, echa un poco de cinismo sobre el camino de la desolación rutinario que incluye comprar papas en la feria, leer poemas y escuchar “Luzbelito de sol a sol”. “Nada parece estar roto hoy/ solo la voz del que llega tarde…”, grita Chary y se perfila como la mueca del que prefiere reír a llorar.

52. Los calientes – Babasónicos (2001)

Diego Tuñón lo definió como un “para-swing”. Como sea, lo que encontraron los Babasónicos en este hit que abre Jessico es lo más parecido al Viagra que tuvo el rock nacional en 2001: un bolero para clubbers que derrama su orgasmo en ese imperativo del placer: “Cómanse a besos esta noche”.

53. Máquina del tiempo – Mi Amigo Invencible (2015)

¿Qué hubiese pasado si Marty McFly y el doctor Emmett Brown erraban el cálculo y terminaban aterrizando con el DeLorean en Mendoza? Es imposible saberlo, pero Mi Amigo Invencible imaginó su propia máquina del tiempo y transformó la experiencia en una de las mejores canciones de su repertorio.

54. Tu vida mi vida – Fito Páez (2017)

“Tiene algo que no pertenece al género de la canción de amor, no es la clásica canción que le cantás a una novia. Habla de la fragilidad de las mujeres y los hombres”, dijo Páez sobre este tema garciesco (uno más del rosarino) que interpreta junto a su novia de aquellos días, Eugenia Kolodziej, y a una de sus tantas ex, Fabiana Cantilo, en coros. Temazo del disco La ciudad liberada.

55.  Águila amarilla – IKV (2012)

Una travesía emocional comandada por Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur que le rinde tributo a Luis Alberto. El águila de Castaneda, las guitarras de Pescado Rabioso y la aventura se mezclan en el rapeo casi religioso de los Kuryaki. Un viaje lleno de cambios de ritmo, dulzura melódica y apariciones en la niebla. Oda al padre nuestro del rock argentino.

56. Antes y después – Ciro y Los Persas (2010)

Dos largas estrofas como si cocinaran con paciencia un estribillo destinado a cantarse en estadios. “Qué placer verte otra vez/ Nos decimos sin hablar” da inicio al momento del vivo en el que miles de gargantas se unen en un solo grito redentor. “Antes y después” es de esos temas con los que Ciro demostró que podía estar a la altura hitera de Los Piojos sin problemas. 

57. La mitad – Acorazado Potemkin (2011)

En correlato con su estructura armónica, el dueto entre Acorazado Potemkin y Flopa Lestani se reparte entre estrofas que presagian un naufragio sentimental inminente. “Entonces quiero que te lleves mi hombro izquierdo, que sin tu pelo no lo voy a usar jamás”, canta ella con dramatismo rioplatense y a dúo con Juan Pablo Fernández.

58. Lo quiero mucho a ese muchacho – Bestia Bebé (2013)

En medio de un disco plagado de canciones con destinatarios con nombre y apellido, “Lo quiero mucho a ese muchacho” es una voz de aliento para todo héroe anónimo que necesite un empujón emocional. “No importa, todo va a estar bien, no me expliques”, canta Tom Quintans con la certeza de quien no necesita un resumen de los hechos para defender una lealtad tallada en piedra.

59. Iris – Spinetta (2015)

Uno de los grandes descubrimientos (o reencuentros) del Spinetta póstumo fue Los amigo. “Iris” es la canción que lo abre y lo cierra con versión acústica. El arpegio descendente parece llevar de la mano la voz de Spinetta para que viaje al centro de su pena. Y ahí todo parece resquebrajarse. Fue magia.

60. Yo no lloro más – Mimi Maura (2001)

En su segundo disco, la cantante boricua se apropia de una canción de La Lupe Yoli (1936-1992) en clave de ska. Una explosión de sabor caribeño, con un estribillo pegadizo, un papel protagónico de la sección de vientos y un discurso que adelantaba varios lustros a la era del empoderamiento fememino. 

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