Andrea Echeverri y el regreso a Buenos Aires de Aterciopelados: “Estamos en un momento muy chévere”

Este domingo el grupo más emblemático del rock colombiano toca en Groove. Su cantante repasa el presente del grupo, explica su vínculo con la cerámica y confiesa que todavía no escuchó la colaboración de Shakira con Bizarrap

Por  HUMPHREY INZILLO

enero 31, 2023

En llamas, Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, leyendas vivientes del rock latino.

Ruven Afanador (gentileza Aterciopelados)

Este domingo, 5 de febrero, Aterciopelados se reencuentra con el público porteño. Aunque, en verdad, “público porteño” es una definición demasiado reduccionista, porque en Groove (av. Santa Fe 4389) se dará cita buena parte de la comunidad colombiana y latinoamericana que integra la población, cada vez más cosmopolita, de la capital del país de los campeones del mundo. Desde Bogotá, Andrea Echeverri celebra el regreso a la ciudad de la furia, pero dice que el campeonato mundial no representa nada para ella. “No me gusta el fútbol. De hecho, le tengo un poco de fastidio, aunque mi país es muy futbolero”, cofiesa. El origen de ese rechazo se remite a su infancia: “De niña, mi papá me llevaba al estadio un poco a la fuerza. Recuerdo muchas horas de aburrimiento profundo viendo ese deporte que yo no entendía bien. También recuerdo muchos viajes en auto. Nosotros viajábamos mucho a los Llanos Orientales, y los domingos, cuando regresábamos de los paseos, en el auto se escuchaba el partido, y después se escuchaba un programa que se llamaba Tercer tiempo. Uf… No, El fútbol no me no me va”, dice fastidiada.

Sin embargo, Andrea está feliz por el regreso, y la sensación es compartida con Héctor Buitrago, su compañero de banda.Vamos a presentar Tropipop, el disco que hicimos en pandemia.  Nos encanta volver a cantar en la ciudad de la furia terciopelada y a reencontrarnos con un público chévere que tenemos por allá”, celebra. Y dice que siente como un regalo la versión de “Bolero falaz” que Eruca Sativa grabó en Dopleganga (2022): “Es muy linda, y es muy lindo que versionen nuestras canciones”.

Suele decirse que Aterciopelados es la banda más emblemática del rock colombiano. Aunque su importancia no es sólo fronteras adentro de Colombia, sino también en la proyección regional. ¿De qué manera sienten ese reconocimiento en su vida cotidiana?

Creo que estamos en un momento muy chévere, como de vivir un presente creativo, lleno de proyectos y de cosas bonitas. Pero con un pasado importante.Hicimos un libro de Aterciopelados, hicimos un DVD que se llamó Reluciente rechinante y aterciopelado, también como de clásicos. Y este año vamos a hacer El Dorado (1995), que es nuestro disco más famoso, en vivo. Lo vamos a hacer en el Palacio de los Deportes, aquí en Bogotá, el 22 de abril. Así que está bueno porque estamos en un presente activo y creativo, pero con el peso del pasado forjando de alguna manera un lugar importante. También, musical y conceptualmente, creo que también es importante destacar que hemos estado detrás de luchas que en este momento están muy en boca de todos, como el ambientalismo, como el feminismo, como la defensa de lo ancestral, lo antibélico… Son cosas que yo creo que con el tiempo nos han ido forjando un espacio de credibilidad y de respeto.

“Bolero falaz”, el gran hit de Aterciopelados, un clásico de El Dorado y de el rock latino

El año pasado se estrenó un episodio de Bios, el programa documental conducido en esa ocasión por Li Saumet, vocalista de Bomba Estéreo. ¿Fue especial para ustedes esa mirada revisionista sobre su obra y sobre su vida? ¿Se encontraron con cosas que no recordaban? ¿Quedaron conformes con la edición final de ese material? 

Yo creo que una de las cosas bonitas es que te escojan para hacer un programa que han hecho episodios de Charly García, de Gustavo Cerati, de Café Tacvba, de Andrés Calamaro, del Tri… ¡De Spineta! Creo que no son tantos los Bios que han hecho, y son todos nombres muy destacados. Así que nomás estar ahí en esa lista, ya es importante y halagador. No te puedo decir si quedé  conforme con la edición, porque no lo he visto. No suelo leer o ver las entrevistas y otras cosas mías. No soy muy afecta a verme o a escucharme. De todos modos, esa grabación fue especial, porque con un chico que es súper fan nuestro, que se llama Ricardo Andrés, tuvimos acceso a una maleta que tiene él llena de recuerdos, ¡Una cosa increíble! Estuvimos una tarde viendo fotos, y recortes, y cosas que habíamos olvidado totalmente. Y, luego, los de Bios tuvieron una gran idea. Nos hicieron pasar todo un día en el lugar donde vivimos Héctor y yo cuando fuimos novios. Fue allí donde empezamos a tocar como Delia y los Aminoácidos, un bar en La Candelaria que se llamaba Barbarie. Ahí empezó todo. Ese día fue de flashback tras flashback, y Héctor me dijo cosas bonitas. Nosotros somos de tierra fría y la gente de montaña, como nosotros, no somos los más extrovertidos. Uno no es de decir o de expresar los sentimientos todo el tiempo. Pero ese día, Héctor dijo unas cosas súper bonitas, como que cuando me había conocido se le habían abierto las puertas del arte, de la feminidad. Ya no recuerdo qué me dijo, pero sí recuerdo que me conmovió mucho. Me pareció súper bonito estar ahí después de tantos años y recordar momentos tan especiales.

Mirá el trailer del episodio de Bios dedicado a Aterciopelados.

En 2022 grabaste con La Vela Puerca, ¿Qué podrías contarme de esa colaboración?

¡Eso estuvo chévere! Fue todo a la distancia: me mandaron el material, y yo hice lo que yo sentía. ¡Y les gustó! Yo hablé sobre todo con el productor, Ale Vazquez, que  es argentino. Y estuvo muy bien. Y luego el video también lo hicimos a la distancia, pero me parece que la canción quedó bonita y que yo le puse como como un vuelito.

“Tormenta“, de La Vela Puerca feat. Andrea Echeverri.

En tu vínculo más reciente con la Argentina, debemos destacar tu colaboración con Manuel Onís, “Pangolín”. Fue una colaboración a la distancia, pero luego se conocieron en Buenos Aires, ¿Qué me cuentas de Manuel?

Eso de Manu también estuvo súper chévere. Habíamos entrado en contacto con él cuando en 2010 participamos del Tributo a Os Mutantes, El Justiciero Cha Cha Cha y nosotros hicimos “Vida de cachorro”. Creo que ese fue el primer contacto. En pandemia, me llegó la invitación a participar en “Pangolín”,  y fue lindo porque esa pandemia estuvo llena de momentos muy deprimentes, entonces a veces llegaban este tipo de invitaciones a grabar una canción linda. Y yo pasé como dos días escuchándola, grabando mis voces y fueron dos días de felicidad en medio de tanto encierro y de cosas tan terribles. Cuando viajé a Buenos Aires para los conciertos de Soda, Manu me puso en contacto con periodistas y salieron muchas entrevistas importantes e interesantes. Pero lo más importante es que nos volvimos súper amigos. De hecho, él tuvo la idea de hacer ese concierto con una banda de chicas argentinas en el Centro Cultural Recoleta. Y él armó la banda, con María Pien, Inés Copertino y Rocky, de Amor Elefante, y con Lu Martínez. 

“Pangolín”, de Manuel Onís feat. Andrea Echeverri

Hablando de colaboraciones, el último single de Aterciopelados es una colaboración con Rubén Albarrán, que incluye la participación de otros artistas como Lengualerta, Paloma del Cerro, Tatiana Samper y Múcura. Más allá de la cuestión artística, es una canción con un mensaje muy claro sobre la cuestión ambientalista. ¿Qué representa para vos esa colaboración con Rubén?

Fue algo cheverísimo. Con Rubén hemos tenido muchos momentos de cercanía. Su música, sobre todo el disco Re, para nosotros fue súper clave. Lo escuchábamos mientras grabábamos El dorado y creo que tanto Cafeta como Aterciopelados tenemos muchas cosas en común, como esta cosa de tener muy presente la raíz, pero a la vez con ella elaborar algo más contemporáneo, y más personal. Siempre Cafeta ha sido un referente para nosotros. De hecho, en el DVD Reluciente, rechinante y aterciopelado, hay una canción en homenaje a ese disco, que se llama “Re”. Y, bueno, con Rubén hemos colaborado varias veces: en Rock al Parque él alguna vez cantó “Luz azul” con nosotros. Creo que yo canté “Chica banda” con ellos en otro Rock al parque. Y luego, cuando ellos 30 años yo canté la versión de “Ingrato”. Y ahora coincidimos en el Gracias totales, y nos hemos visto bastante con Rubén. Entonces, pues por fín hacer una canción en el estudio, es chéverísimo. Rubén siempre le aporta una energía increíble a las cosas, como que uno oye su voz y le provoca sonreír. Eso que me pasa con él es lindísimo. Y también tiene toda la pertinencia porque la canción es sobre el agua y Rubén con otros artistas mexicanos, han estado trabajando en temas del agua con el pueblo indígena Comca’ac, de México. Un rapero de esa comunidad tira una líneas que son muy optimistas: no es una queja, sino algo como “dancemos con el sol, la luna, los pájaros”. Una cosa muy linda muy mágica.

“Ingrato”, Andrea Echeverri revisita el clásico de Café Tacvba desde una perspectiva feminista

Hace unos días, la sesión que hizo Shakira con Bizarrap batió récords de audiencia y generó mucha controversia. ¿Escuchaste la canción? ¿Te interesa la obra de Bizarrap? ¿Cómo te llevás con la nueva generación de productores?

Pues sí, me enteré de lo de Shakira pero no no la he escuchado. Y a Bizarrap tampoco lo he escuchado. ¡Qué cagá…! Estoy totalmente atrasada y desactualizada. Héctor debería contestarte esta pregunta, porque él sí está más actualizado. Hay bastantes productores y artistas jóvenes que  le gustan a su hija y por lo tanto él también los ha escuchado de cerca. Pero yo no. Creo que tiene que ver también con que últimamente he estado muy ocupada, muy involucrada en proyectos múltiples. Por eso, no estoy muy al día.

En esta gira van a sortear una de tos piezas de cerámica. ¿Qué encontrás en la cerámica como modo de expresión artística? ¿Sentís que se complementa con la música? 

Yo estudié arte y me especialicé en cerámica. Después de eso conocí a Héctor y ahí llegó la música a mi vida. De todos modos, nunca estudié música, aunque en mi casa todos cantan y tomé algunas clases de guitarra cuando niña. Y creo que eso, más 30 años de hacer música un poco de caracol, como le dicen en mi país: de pura oreja y de pura sensibilidad. Entonces, la cerámica siempre ha sido para mí un refugio, como una manera diferente de expresar las mismas cosas. Pero en 2021 logré lo que yo pienso que por primera vez es algo grande, contundente e importante para unir la música con la cerámica.  Fue el proyecto Ovarios calvarios, que incluye tres canciones antiviolación y una exposición de cerámica. Fue la primera vez que logré algo realmente contundente, pero ya había hecho otros intentos. Por ejemplo, para el arte del disco Claroscura (2018) hice todos los títulos de las canciones y el título del álbum en cerámica. Pero en el arte del disco no se nota mucho que son de cerámica. Tambié había hecho collares, tazas y cosas que tenían que ver con los discos, pero recién ahora logré algo más potente. Y para el toque de El dorado estamos preparando también una exposición, así que, pues ahí vamos con la música y con la cerámica que son mis amores.