Hace un año, el jueves 22 de julio de 2021, Palo Pandolfo sufrió un paro cardíaco en la Avenida Díaz Velez, en el barrio porteño de Caballito, a pocas cuadras del Parque Centenario. Cayó fulminado. Murió en ese instante. Tenía 56 años. En los 80, había fundado y liderado Don Cornelio y La Zona, una de las bandas más emblemáticas de la escena under de aquella década. En los 90, al frente de Los Visitantes, incursionó en la música criolla, sin olvidar sus raíces rockeras. Y en el nuevo milenio se lanzó como solista. En cada etapa de su carrera escribió himnos generacionales, canciones que resuenan en nuestra memoria emotiva, de “Tazas de té chino” y “Ella vendrá”, ambas de Don Cornelio, a ”Estaré” y ”Playas oscuras”, de Los Visitantes, además de “Canción cántaro” o “Soy el sol”, de su cosecha en solitario.
En su último disco, Siervo, había colaborado con Santiago Barrionuevo (El Mató a un Policía Motorizado) en “Tu amor”. El álbum, póstumo, incluye la participación de Fito Páez, Sofía Viola, Lito Vitale e Hilda Lizarazu. Y, también, de Mora Navarro. La canción en la que la cantante aporta su voz se llama “La idea” y había sido compuesta hace tres lustros. Probablemente fuera la más vieja de las canciones que integran Siervo. En esa canción, Palo tocó y grabó las baterías, percusiones, el bajo, la guitarra y las voces. A un año de su partida , hoy se lanza un clip que funciona como un homenaje.
La dirección estuvo a cargo del fotógrafo Leo Vaca, autor de los últimos retratos de Palo (que integraron la edición 282 de Rolling Stone). El artista visual ya venía colaborando con Pandolfo en los videos para los shows en vivo, y cuando recibió la invitación para filmar este clip, decidió convocar a la familia. El resultado es de una gran belleza visual, con notable carga emotiva. “Desde el primer minuto, se sumó Verónica Palmieri [la madre de los dos hijos más chicos de Palo]. Ella es una tremenda artista plástica, talentosísima. Y me propuso hacer un teatro de sombras, alucinante, con papel y bisturí. Fue un lujo trabajar codo a codo con ella. No hubiera sido lo mismo. Y también se sumaron sus hijos: Francesca, Vito y Anahí [del matrimonio de Palo con Karina Cohen]”, dice Vaca. “Armamos un estudio en su casa. Y laburamos ahí, todos los sábados, durante dos meses. Sentimos que nos guiaba la luz de Palo en todo momento. Fue muy hermoso poder hacerlo de esa manera, con mucho amor”.
