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A Grito herido: Hablando de mujeres, amores y canciones

Estuvimos hablando con las cinco actrices acerca de la nostalgia por los ochenta, la caída que muchas mujeres experimentan a lo largo de su vida y sobre cómo los musicales idealizan la realidad

marzo 28, 2023

Cortesía de Prime Video

A grito herido es una simpática miniserie musical de diez episodios emitida por Prime Video y protagonizada por cinco mujeres: Paloma (Jeimy Osorio), Daniela (María Elisa Camargo), Rocío (Yolanda Rayo), Ana (Diana Ángel) y Karla (Verónica Orozco). Ellas constituyen un grupo de amigas de antaño que se reencuentran en una boda, y después de una serie de eventos, terminan cantando en el escenario, retomando sus sueños perdidos de juventud.

Estuvimos hablando con las cinco acerca de la nostalgia por los ochenta, la caída que muchas mujeres experimentan a lo largo de su vida y sobre cómo los musicales idealizan la realidad.

ROLLING STONE: La primera pregunta que quería hacerles a cada una de ustedes tiene que ver con lo siguiente: Estamos viviendo una época donde la nostalgia por el pasado, por los 80, por los 90, es muy fuerte. ¿A qué creen que se debe esa onda de nostalgia que estamos viviendo en la cultura popular del mundo?

YOLANDA RAYO: Yo no creo que sea algo relacionado con la nostalgia, porque yo he vivido en los 80 toda la vida (risas). Yo me quedé ahí con el colorido de los 80, con la pinta a los 80, con la música de los 80. Tal vez un poco de los sesenta, setenta y ¿por qué no? Hasta los noventa.

Entonces yo no sé. Yo creo que más bien para los ochenteros es algo así como “es que yo vengo de esa época, quiero que tú la conozcas, quiero que tú la disfrutes”. Eso me pasa a mí. Con respecto a intentar responder esa pregunta. Te diría que yo no vivo en la nostalgia de los 80, porque yo vivo en los 80 todo el tiempo. Lo disfruto como venga, con despecho, sin despecho, con algarabía, sin algarabía, con la frescura, con el colorido, con la música. No vivo en una nostalgia. Vivo a mil. A mil por hora.

MARÍA ELISA CAMARGO: Yo siento que… ¡Ay! Como que se nos ha ido un poquito esta responsabilidad. Yo siento que como artistas somos responsables de reflejar la realidad del entorno en el que estamos de alguna forma. Así sea más o menos glorificada o maquillada, de tragedia o de comedia o de lo que sea. Hemos perdido en la música esa responsabilidad. Yo no tengo nada en contra del reguetón. ¡Yo sandungueo hasta el piso! Pero siento que, si los alienígenas hubieran llegado en la época de los ochenta y se hubieran encontrado con todos estos grupos fantásticos, tanto latinos como… ¡Qué sé yo! Te encuentras a U2, Pink Floyd, a los Rolling Stones…se encontrarían con gente que está protestando, que está hablando por el pueblo, que está contando una realidad política, socioeconómica, y que también le canta al sentimiento, que siento que esa es nuestra parte.

La parte latina en esa época se dedicaba los sentimientos de una manera muy profunda, y casi que espiritualmente, a describir los sentimientos más íntimos del ser. Entonces, ¿Cómo no te llega a la médula eso? Ahorita, la cosa se vuelve un poco más como chicle, como “Mwah, Mwah, Mwah”. Entonces, si los alienígenas vinieran hoy dirían: “¡No! ¡A esta gente le gusta hasta el suelo, como rata en pavimento y agárrate contra la pared!” Y thats it. Pues, qué pena, porque a mí me gusta.

Insisto, no es una crítica, simplemente es algo en lo que nos hemos quedado hasta un punto en que es muy fuerte y no hay más. A eso van los premios, las honras y todo. A eso se están acostumbrando únicamente los jóvenes. Entonces quienes conocimos lo que es bueno, yo también en los ochenta, sabemos que la música más allá de ponerte “¡Sí, Yeah!”, también te puede hacer llorar, te puede remover por dentro, te puede generar cosas, te puede transformar, te puede curar. Siento que esa música de los ochenta tenía mucho más esa cualidad de terapia, de curación. Y en ese sentido siento nostalgia.

DIANA ÁNGEL: Yo creo que es puro “¡Ay! Es la edad”. No sé si esto genere algo de controversia, pero, mira, yo creo que la música ha evolucionado lo que tiene que evolucionar. Claro, uno tiene nostalgia del Rock, de los Guns N’ Roses. Yo los vi cuando vinieron la primera vez a Colombia, cuando estaban flaquitos y eran hermosos. Yo viví el concierto de los Guns N’ Roses cuando estaban en auge. Ver a Axl Rose ahora me llena de nostalgia, pero claro, ya lo veo diferente.

En fin, yo pienso que tenemos esa cosa de la edad que también que nos genera ese “¡Quiero volver allá!”, porque la música definitivamente ha ido en una evolución. Yo oigo a C Tangana y digo “¡Wow! O sea, ¿quién es ese man tan impresionante?”, haciendo ese reggaetón evolucionado, o qué se yo. Rosalía. Somos súper rumberas de ese reggaetón bravo, y es como una cosa que va de unos lados a otros y ya todos somos tan diversos en la música que es impresionante. Mi papá siempre decía algo muy bonito y es que la moda siempre da la vuelta. Siempre vamos hacia atrás buscando respuestas. Y de repente hemos llegado a un punto en el que los ochentas se han vuelto a poner en la palestra y se ha vuelto a mostrar…

MARÍA ELISA CAMARGO: Hasta con el fashion, la moda.

DIANA ÁNGEL: El fashion, la moda, lo que nos ponemos. La moda da la vuelta. Entonces hemos ido a muchos lugares. No sé si es el momento exacto, pero creo que siempre pasa y hoy ya estamos pues… Yo ya tengo 47 años y claro que me dan nostalgia los 80, por supuesto.

ROLLING STONE: Pero fíjate, Diana, que hoy en día están sonando canciones de rap que samplean a Never Gonna Give You Up de Rick Astley y Super Freak de Rick James. Y he acudido a reuniones con chicos cantando a grito herido Maldita Primavera de Yuri, que se ha vuelto como una especie de himno transgeneracional.

VERÓNICA OROZCO: Yo creo que es un sentimiento. Es el sentimiento que lleva la música. Al final lo que lo conecta a uno con esa nostalgia, es querer conectar con algo que te mueva el alma y el corazón. Y eso es lo bello de la música y también lo fascinante. Creo que de ahí viene ese querer rescatar esos momentos.

DIANA ÁNGEL: Dua Lipa con Elton John. ¡Divinos! Sting con Lady Gaga, ¿Quién más?

MARIA ELISA CAMARGO: Britney con Elton y Shaggy con Sting.

DIANA ÁNGEL: Es decir. ¡Se están integrando las eras! ¡Divino!

JEIMY OSORIO: Sí, pero yo pienso también que eso tiene que ver mucho con la pureza de los sentimientos del intérprete, como lo mencionaba María E. Yo siento que había menos computador, menos efectos y lo que sobresalía era el talento, sobre todo de estas mujeres que son iconos de la música y que nos abrieron el camino a todas y que nos inspiran, pues ellas trazaron su camino desde su talento, su voz y su interpretación, su ser y su personalidad. Entonces yo creo que cuando uno se encuentra con seres que son así de únicos, que trabajan abrir su propio camino y que les abren la puerta a otros, pues yo creo que uno quiere, de alguna forma, volver a llenarse de eso para poder crear algo diferente, pero con alguna raíz.

YOLANDA RAYO: Completamente. Yo por eso es que no vivo en nostalgia, porque yo no me doy esa oportunidad, porque yo solamente escucho eso. O sea, yo me voy para allá para no tener esa nostalgia, porque vivo en los 80. Entonces sí, en eso soy muy egoísta con el resto de todo lo que nos presentan y creo que en eso estoy quedada. O sea, completamente quedada. Por eso no entro en esa onda de nostalgia. Y por eso existe A Grito Herido y la amamos porque trae toda esa música.

ROLLING STONE: ¿Los 2020 son los nuevos 80?

TODAS: ¡Exactamente!

Jeimy Osorio, María Elisa Camargo, Yolanda Rayo, Diana Ángel y Verónica Orozco.
Cortesía de Prime Video

ROLLING STONE: Viendo A Grito Herido, estaba pensando en un director francés, Jacques Demy, que dirigió un musical maravilloso que se llama Los paraguas de Cherburgo. Es un musical muy triste, pero, al mismo tiempo, muy bello, porque habla del desamor. Y la música hace que ese desamor se sienta hermoso.

TODAS: ¡Qué belleza!

ROLLING STONE: Demy decía que su género preferido era el musical, porque es el único que idealiza la realidad. “En la realidad cotidiana, la gente no nos canta”. En el musical, ante alguna situación de conflicto, empieza a sonar una melodía que invita a los personajes a cantar. Es una idealización de la vida cotidiana ¿Creen ustedes que el musical nos ayuda a poder soportar esa cotidianidad, ese desamor, esos engaños y decepciones que hacen parte del día a día?

TODAS: ¡Absolutamente!

MARÍA ELISA CAMARGO: ¿Qué sería de la vida sin una banda sonora?

VERÓNICA OROZCO: ¿Qué sería la vida sin la música?

YOLANDA RAYO: ¿Cómo exorcizaríamos nuestros demonios?

VERÓNICA OROZCO: Esos momentos acompañados de una buena canción que uno necesita para abrir más el corazón y llorar y entregarse en llanto. ¿Qué puede conmover más que eso?

JEIMY OSORIO: Además de que también la música es sanadora. Ya una vez te entra por el corazón, no hay nada que puedas hacer. No solamente te abre el corazón, sino que te levanta el espíritu, te transforma. Y lo bonito del musical, o por lo menos de lo que se van a encontrar con nosotras, es que somos personas reales y pues, dentro de lo que vive cada uno, las mujeres se van a a sentir identificadas con diferentes aspectos. Eso es lo bonito: que de todas las mujeres, somos una. Es muy lindo poder integrarnos por medio de la música y hacer lo que hace la música: Unificar.

YOLANDA RAYO: Mira, mi género preferido es el teatro musical y todo lo que tiene música. Pero esa película que tú acabas de mencionar yo no la he visto.

ROLLING STONE: Tienes que verla.

YOLANDA RAYO: Voy a buscarla y me la voy a ver. Pero creo que no existe una manera más… Yo vengo haciendo teatro musical hace bastante tiempo y no existe una manera más linda de terminar de contar tu historia, o de un personaje en este caso que, trayéndolo, terminándolo y cerrándolo con una canción.

Y ahora en lo audiovisual, en este sentido, creo que es la primera vez en Latinoamérica que vamos a ver algo como esto y con esta música que todo el mundo se sabe. O sea, que casi toda Latinoamérica conoce la Música de plancha. Entonces creo que la magia está ahí, ¿No? O sea, tú a veces no necesitas… En una relación a veces no necesitas decir nada en un chat sino simplemente enviar una canción. Y con eso lo estás diciendo todo. Con eso te conmueves, con eso te mueves y con eso vibras. Y si a uno le mandan una canción y no le dicen absolutamente nada, así se tenga toda la piedra del mundo, seguro que a uno se le transforma la emoción. Entonces creo que esa es la magia de la música pegada en esas historias.

ROLLING STONE: Y del arte de la música en sí. Estoy comunicando algo, pero con la música, con la parte musical, estoy transmitiendo una emoción.

MARÍA ELISA CAMARGO: ¿Sabes qué creo? Que también es como un adhesivo muy fuerte de las memorias. Siento que es como un conductor muy rápido a un recuerdo. Yo siento que la música es similar a los olores. Cuando uno escucha una canción, así uno no la identifique, se escucha un acorde y ¡Boom! Te transporta inmediatamente, y una memoria se vuelve mucho más vívida. Entonces también, en ese sentido, adquiere mucho valor la música, las melodías.

ROLLING STONE: Además de ser periodista, soy psicólogo y algo que me pareció maravilloso de A Grito Herido es que se condensan todos los problemas que las mujeres tienen con los hombres en sus vidas. Quisiera que cada una de ustedes hablara de ese conflicto específico que tiene cada una con los hombres en A Grito Herido.

MARÍA ELISA CAMARGO: ¿Cómo hago para no spoilear? Pues sí, realmente yo creo que el problema básico de mi personaje Daniela… Puede sonar muy básico, pero muchas mujeres seguimos cayendo en un mismo patrón y es idealizar a la persona con la que uno está.

Siento que es algo así. Entender a un potencial compañero como una ser humano. Tenemos que aprender a humanizar mucho más y no creer y tener tantas expectativas. Siento que Daniela se expone, siempre espera al Príncipe azul. Nuestra cultura con las caricaturas y las telenovelas, nos siguen contando historias que no son reales, historias totalmente tergiversadas del final feliz. El final feliz… eso no es así.

ROLLING STONE: Daniela se enamoró del amor y no de la persona.

MARÍA ELISA CAMARGO: Exacto, sí, sí, sí. Y ese es el problema, que cuando te enamoras del amor, pues entonces esperas que todo esté colorido y brillante. Y cuando te das cuenta de que existen dudas, inseguridades, infidelidades y otras agendas ocultas, ahí es cuando ella se le desmorona el mundo. Para ella es enamorarse del amor. Esa ilusión. Realmente es la cosa más sagrada y si no aprende a modificar su perspectiva, va a seguir dándose contra la pared.

DIANA ÁNGEL: Bueno, yo siento que Ana, mi personaje, es una mujer que ha vivido un matrimonio, una mujer que tiene a su esposo desde muy chiquitines. Voy a tratar de no decir mucho sobre lo que le ocurre, pero digamos, esto lo vemos en la vida real. Son matrimonios que duran muchos años y de repente uno dice “¡Caramba! ¿Será que si hice lo que quise de verdad? ¿Será que sí logré mis ideales por estar aquí con un hijo, con un esposo?” Las mujeres de repente estamos empezando a romper esos patrones, toda esa programación con la que veníamos, porque nos han dado unos patrones a seguir. Y de repente uno dice “Bueno, ¿Por qué? Yo también quiero seguir, hacer mis sueños, estar sola, no necesito a nadie, quiero seguir haciéndolo”. Entonces creo que este personaje tiene un momento de decisión y muchas mujeres se van a sentir identificadas con esas decisiones.

ROLLING STONE: ¿Crees que una relación de pareja tiene que ver con más cosas que el amor? Es que creo que el problema de la relación de tu personaje está en eso, en que hay amor, pero también hay otras cosas, ¿No?

DIANA ÁNGEL: Hay amor, pero sí, evidentemente tiene que haber un equipo, un cómplice, una persona que te genere admiración, que no dejes de admirar, que no dejes de sentir deseo por ella. Es muy difícil y muy frágil, yo creo, porque además también la sexualidad es importante. Creo que todo lo que abarca una pareja es importante por igual. Cuando se tienen hijos se abandonan muchas cosas. Uno empieza a pensar en otras prioridades. Es muy difícil mantener ese equilibrio, pero creo que si uno lo hace consciente podría tener una pareja para siempre. Se puede tener un buen parche, un buen compañero, un buen cómplice, un buen amigo, un novio eterno. Hace poco nosotras estábamos hablando y decíamos: “Ojalá que uno tuviera un novio eterno que viviera en su casa y una en la suya y así”.

ROLLING STONE: Esa puede ser la clave para una relación ideal.

TODAS: ¡Absolutamente!

VERÓNICA OROZCO: La convivencia mata todo. Bueno, ahora voy a hablar de mi personaje. Carla es una mujer con una incapacidad absoluta de entrega real. Yo siento que su contacto con el otro es muy artificial, por eso está metida en la relación en la que está. No puedo spoilear, ¿o sí?

TODAS: ¡Pero eso se sabe desde el primer capítulo!

VERÓNICA OROZCO: Carla está con un hombre casado y yo creo que definitivamente es porque no tiene esa capacidad de entregarse del todo y seguramente por eso busca ese tipo de parejas para no…

ROLLING STONE: Ella tiene expectativas en su relación, pero al mismo tiempo se da cuenta de que la relación no va a avanzar. No va a pasar de encuentros.

VERÓNICA OROZCO: Sí, puede ser, sí.

YOLANDA RAYO: Puede ser.

VERÓNICA OROZCO: Pero ella es muy reticente al tema del compromiso. Ella es muy primero ella, ella, ella, ella. Su mundo gira alrededor de ella.

ROLLING STONE: ¿Sientes que ella envidia a sus compañeras y lo que tienen?

VERÓNICA OROZCO: Pues es una gran mirada. No lo había visto así, pero yo creo que sí. En el fondo puede ser que las envidia mucho. Parecería que lo tiene todo, pero realmente le falta todo.

JEIMY OSORIO: Pues yo diría que el problema con Paloma es la desilusión, el desengaño, donde las cosas no son lo que parecen. Paloma pensaba que tenía ya la vida hecha, que ya todo estaba resuelto en su vida, que había por lo menos pasado la página en cuanto a la música, sus amistades, la vida que ella tenía en el pasado. Pero a la hora de la verdad, en su relación ella no tuvo participación, ella se quitó la luz por dársela a otro. Ella se puso en un segundo o quizás tercer lugar y asumió roles que a lo mejor no le tocaban. Cuando ocurre el desengaño ella se pregunta: “¿Cómo yo vuelvo a creer en mí? ¿Cómo yo vuelvo a creer en el amor? ¿Cómo yo me abro a posibilidades?”.

Eso es algo muy bonito, porque todas, de alguna forma, en cada uno de nuestros personajes tenemos una caída y luego un encuentro en donde el hombre, de alguna forma, nos refleja lo que tenemos que aprender sobre nosotras. En el caso de Paloma, definitivamente, es tomar el control de su vida, determinar qué se quiere, ser congruente y encontrar en el camino alguien que pueda caminar junto a ella, que en ese caso viene siendo su amiga.

ROLLING STONE: ¿Es decir que la caída de Paloma tiene que ver con que ella giraba en torno a su pareja como un satélite y se dio cuenta de que estaba diluida?

JEIMY OSORIO: Se dio cuenta que estaba diluida y no solamente ella, sino los que estaban a su alrededor. Ok, ok. Y me parece muy interesante eso de que cada una de nosotras sufre una caída.

YOLANDA RAYO: Rocío, mi personaje, es una mujer casada con el trabajo. A ella le vamos a conocer su parte de pareja y su parte sentimental, porque la va a mostrar. La va a mostrar en lo que significa. Pero esa es la diferencia que existe entre esa profe Rocío con Yolanda. Porque en la vida real yo soy igualitica a Daniela. Yo sí idealizo el amor. Yo tengo una alta dosis de moralidad y eso me lleva a idealizar el amor y solamente lo veo de un solo color en la vida real.

Con este personaje tengo que verlo en mil colores, y tengo que saber que también tiene gris, pero que también está el arco iris. En las historias de ellas por supuesto que lo veo y lo tengo que aceptar muchísimo más desde la profe. Pero lo que ven en este primer capítulo de ella desde el amor, es el amor que ha tenido por una zona de confort durante 20 años.

ROLLING STONE: Zona que se desestabiliza también.

YOLANDA RAYO: Exactamente.

ROLLING STONE: Me parece que esta es una serie muy femenina en el sentido de que nos permite a nosotros los hombres ver ese otro lado del espectro.

YOLANDA RAYO: Las mujeres también van a conocer el otro lado. Porque el lado masculino de la historia está maravilloso. Les va a encantar.

ROLLING STONE: Yo felicito eso, porque las mujeres se han tomado el control del cine, de la televisión y es algo muy refrescante.

TODAS: ¡Gracias!

MARÍA ELISA CAMARGO: Esto es un matriarcado. ¡Puras viejas Power!

DIANA ÁNGEL: ¡Pero qué linda mirada!

YOLANDA RAYO: Una mirada muy linda, preciosa.

ROLLING STONE: ¡Glup! Muchas gracias.

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