La música siempre ha sido un elemento primordial en la vida de Tuli. El artista, originario de Guadalajara, México, creció en una familia melómana, desarrollando un gran interés por la música gracias a la inspiración que le otorgó su padre, quien es considerado un referente para el rock psicodélico de los años 70.
“Me tocó estar rodeado de músicos y de música. Mi papá tenía el estudio en la casa, entonces llegaba a preguntar todo lo relacionado con la música. A los cuatro años me compró mi primera batería, de ahí me comenzaron a enseñar a tocar la guitarra”, narra Tuli a ROLLING STONE en Español sobre sus inicios.
A la corta edad de 10 años, Tuli ya contaba con experiencia en composición, grabación y producción, vivencias que le dieron la oportunidad de crecer e invertir más tiempo en la música. “También tuve mi primera banda con mis vecinos. Mi papá nos grabó unas canciones. Después de eso, ya no paré de estar en bandas. Ya era muy natural estar tocando y haciendo música con más gente”, recuerda.
Los años posteriores estuvieron marcados por la constante creación y experimentación de música, así como la persistente ruptura de sus barreras musicales, a la vez que trabajaba con diversos artistas. Al estar influenciado por el rock desde su infancia, Tuli se adentró en la búsqueda de su sonido, mismo que lo llevó a la creación de su proyecto como solista. “Siempre estuve produciéndole a más gente, pero en la pandemia me llegó el flashazo de hacer mi proyecto como solista. Me encerré en el estudio los dos años de la pandemia para experimentar sonidos. Fue un proceso largo, no fue fácil encontrar mi sonido”, comparte.
Para dar comienzo a su proyecto como solista, Tuli tenía en mente algunos referentes para fusionar y que diera como resultado el sonido que él buscaba, entre ellos destacaban Gorillaz, Café Tacvba y Tame Impala. “Esa era mi combinación. Fue buscar y experimentar. Grabé cinco veces y cambiaba la batería doscientas veces más”, revela.
Y recuerda: “Hice varias canciones hasta que una logró cerrar ese estilo que buscaba. Fue la de ‘CVGVRLV’, hice tres canciones antes de esa, pero ninguna lograba convencerme. De repente salió esa rola y sabía que era por ahí. Esa rola marcó la pauta del estilo que quería, de ahí, comencé a hacer cosas más apegadas a eso”.
Ahora, Tuli ha lanzado Dejando Flores, su álbum debut. Este material plasma los momentos más catárticos que el tapatío ha experimentado, reflejando una forma de liberación en este álbum. “En la pandemia pudimos replantearnos muchas cosas. Nos dimos cuenta de que el mundo era mucho más frágil de lo que creíamos. Este punto, y otras cosas fuertes que pasé en la vida, me dieron la oportunidad de reflexionar y de encontrar en la música una catarsis para sacar lo que tenía”, asegura.
Dejando Flores plasma en su nombre el deseo que Tuli tiene de dejar un mensaje bueno para el mundo, a la vez que marca parte de su vulnerabilidad y claridad. “Fue un proceso de escarbar. Nunca me había expresado desde ese lado para hacer música. Al final, yo sólo hacía música para otras personas y no me había tocado expresar lo que yo tenía adentro”, comparte.
“Fue un proceso de explorar y buscar dentro de mí”
A través de 11 canciones, Tuli narra un relato diferente, mismos que al final se unen para crear una sola historia. “Creo que las rolas son medio subjetivas, entonces hay que ponerles más atención para entender el mensaje oculto que tiene cada una”, comparte.
‘El Tiempo No Se Equivoca’, además de ser una canción que conforma Dejando Flores, ha fungido como un mantra de vida para Tuli. El tapatío reflexiona sobre la importancia que significa estar presentes para vivir y disfrutar cada momento que se atraviesa en nuestras vidas, a la vez que coexistimos con la nostalgia. “Creo que esa rola tiene un mensaje muy poderoso. El presente es lo único que tenemos. Cuando estamos pensando en el pasado o en el futuro no estamos viviendo el presente, entonces siento que es como un gran recordatorio de que estamos viviendo el momento correcto con las personas correctas”, reflexiona. “Si ves la vida desde ahí, te cambia la perspectiva y te hace funcionar de diferente manera”.
Dejando Flores no sólo representa la liberación personal de Tuli, sino que también ha fungido como un medio de dejar atrás el pasado, mismo que está plasmado en cada canción del álbum. Ahora, el tapatío se encuentra concentrado en su presente y lo que está por venir. “Siento que ya estoy en otro punto de ese disco porque fue algo que pasó hace bastante. Justo estoy empezando a hacer lo que sigue. Tengo mucha hambre y mucha sed de explorar otras cosas. Siento que esto fue para encontrar mi sonido, pero quiero explorar lo que sigue”, comparte.
Y reafirma: “Siento que ya no soy la persona que hizo ese álbum. Conecto con cada una de las canciones, pero lo veo como algo que ya es parte del pasado. Estoy con ganas de hacer lo que sigue. Ya tengo varias canciones que van a quedar en el siguiente álbum. Tengo varios planes para seguir componiendo”.
“Como artista te ataca la creatividad, siempre me están rondando las ideas. Es como estar en una sintonía constante para seguir haciendo cosas”
Si bien Dejando Flores fue la puerta que se abrió para que Tuli pudiera esparcir un mensaje liberador, su próximo álbum explorará una parte más directa del tapatío. “Voy a explorar con mi otro lado. Siento que Dejando Flores es mi lado bonito, pero este siguiente será un poco más profundo y con un estilo más agresivo”, revela. “Tengo curiosidad”.
Libre, creativo, artístico y tapatío, son algunas de las palabras que forman parte del universo musical de Tuli. “Quiero seguir manejando el mensaje de dejar algo lindo al mundo. Quiero sumar algo lindo a este caos”, concluye.
