Lismar, la joven MC dominicana elegida por Bizarrap

La cantante subió varios escalones con la session junto a Biza y ahora va por todo: “¿Por qué no puede haber una mujer que le cante a la calle o que tire barra dura?”

Por  YUMBER VERA ROJAS

octubre 4, 2024

En mayo pasado, Lismar junto a Bizarrap, en Nueva York. FOTO: Taylor Hill/Getty Images

En la antesala de la BZRP Music Session #60, se especuló en redes sociales con que el productor musical consumaría la segunda parte de su sociedad con Duki. Sin embargo, el de Ramos Mejía acabó con los rumores cuando subió a su canal de YouTube, a fines de mayo, su colaboración con la MC dominicana Lismar. El video no solo significó el regresó de “Biza” a sus orígenes en el rap, sino que también causó furor por la fibra, soltura y desfachatez del flow de la caribeña. “Me veo tranquila, pero me crie en la esquina. La calle me enseñó a ser tiguere, pero fina”, versa uno de los pasajes de la letra. En tanto que en otro espeta: “Vivo como si mañana me muriera, tengo respeto. Talento tiene cualquiera”.

La repercusión que tuvo el cruce fue de tal magnitud que hasta el momento el video alcanzó 9,7 millones de reproducciones. Mientras que a la quisqueyana le sirvió para allanar el camino para lo que pronto será su debut en los escenarios porteños (iba a presentarse esta noche, en C Complejo Art Media, pero debió posponer su gira). “Esa BZRP Music Session me ayudó bastante, tanto para darme a conocer entre el público como interiormente. Desde ese momento, pude encontrarme y definir mejor lo que quiero”, reconoce la artista de 19 años, Zoom mediante, en su primera entrevista para la Argentina. “El reto ahora es superarme a mí misma. No invierto en cadenas ni en nada superficial, sino en conocimiento. Estoy haciendo cosas que le aporten a mi proyecto”.

¿Cómo era tu carrera antes de que te llegara la invitación? 

Sacaba mi música normal, de forma independiente. Luego se acercó una disquera, y empezaron a ayudarme. Ser famoso en tu lugar es muy cool, pero cuando sales te das cuenta de que el mundo es más grande que mi pedacito de isla. Ese despertar artístico supongo que les pasa a todos los cantantes. Ya no hago música para que me escuchen mis compatriotas, yo hago música para que el mundo la entienda. Ahí cambia todo, incluso tu palabreo. Biza me escribió, luego de una sesión que hice con DJ Scuff (el productor musical dominicano ameniza periódicamente en su canal de YouTube sesiones de freestyle con diferentes artistas, al igual que batallas). Me dijo que le gustó mucho.

¿Y qué pasó luego?

Grabamos una primera canción en Miami, en octubre del año pasado. Y la segunda sí la hicimos en Argentina. Eso fue entre enero y febrero de este año. Yo fui como cuatro veces para allá. Me sentía argentina ya. Después de grabar la canción, hicimos el anuncio del video y más tarde la sesión propiamente. Fui a hacer cosas diferentes, pero del mismo proyecto. Fue un proceso bien bonito para mí, y eso es lo que vale. No sentí presión, lo que me ayudó mucho. Siempre se trata de ser fiel a uno mismo. Mientras uno no se deje en segundo plano, todo va a salir bien.

Al momento de grabar la sesión, ¿ya sabías sobre lo que querías cantar? 

Todo surgió en el estudio, incluso la letra. Me importa mucho la opinión del productor, porque también es su obra. Así como ellos muestran respeto al hacer la pista delante de mí, yo escribo delante de ellos. Si no gusta algo de lo que estoy diciendo, tengo la posibilidad de que me hagan sugerencias. 

La BZRP Music Session #60 apareció el 22 de mayo, precedida cuatro días antes por el anuncio. Se trató de un cortometraje temático dirigido por el argentino Armando Bo (ganador del Óscar en 2015 por el guion del film Birdman y nieto del también cineasta que hizo historia gracias a las películas que convirtieron a la Coca Sarli en un símbolo del cine nacional). La trama, que tiene como protagonistas a Bizarrap y al actor Gastón Cocchiarale, y que se desarrolla en las oficinas que el productor musical exhibió en otra realización audiovisual, narra el impacto de la inteligencia artificial en el arte. Previo al final, Lismar, segunda rapera dominicana en ser convocada por Biza (el primero fue Chucky 73, en la Session #43), aparece cantando parte de la letra.

¿Cuáles artistas argentinos son los que más se escuchan en tu país?

Aparte de Bizarrap, Duki, Cazzu y algunos freestylers. Se admira mucho la pasión de los argentinos. No solo con el deporte, sino también con sus artistas. Como dominicana, eso es lo que más me gusta de allá.

Patricia Lismar Fernández Soto, el nombre detrás del alter ego, se dio a conocer en la pandemia como freestyler. Más tarde participó en batallas virtuales, al mismo tiempo que empezó a pulir su impronta rapera, en la que mecha el drill y otros estilos afines. De esto puede dar fe “Subió la temperatura”, canción firmada junto a Bizarrap (es un apéndice de la BZRP Music Session #60, y está acompañada por un video que tributa a los videojuegos Grand Theft Auto y Dead Rising). O “Baddie”, tema que lanzó en agosto y que cuenta con el featuring del argentino Ecko. Aunque su posicionamiento se produjo antes gracias al single “Delincuente con traje”, con una estética minimalista más próxima al hip-hop de vieja escuela.

¿El rap te encontró a vos o saliste a buscarlo?

Yo no siento que elegí al rap: el rap me eligió a mí. Al principio, lo usé para desahogarme. A mí me gustaba un muchachito, y me daba vergüenza decirlo porque era la primera vez que sentía eso por alguien. Yo no sabía cómo hablarle, y se me ocurrió seguirlo en Instagram. Me pregunté cómo podía captar su atención. Hice un freestyle romántico, y lo subí. En ese momento, yo estaba en clases de composición. Así que la tenía clara. El video le llegó al muchachito, pero también a más gente. A partir de ahí, decidí subir un freestyle todas las semanas. Tenía 14 años.

Tus canciones tienen un carácter fuerte. ¿Cómo fuiste esbozando tu identidad?

Mi niña interior tiene que estar super orgullosa de mí en este momento. De pequeña, era bien débil e insegura. Tal vez por cosas que me hicieron falta. Llegué a llorar mucho en la escuela. Me puse en clases de pintura, trabajé en fotografía. Estaba buscando la forma de destacar, de aprender y de desahogarme con algo. Como no me gusta contar mis cosas, decidí hacerlo de otra forma. Así fluyó todo. A nivel de personalidad y de carácter, eso me hizo más fuerte. Yo voy a seguir cantando hasta que me canse.

Conseguiste intimidar a los hombres en un género históricamente misógino. Te empoderaste con el rap.

Crecí viendo ese rechazo hacia las mujeres. La mujer puede ser artista, sí. Pero tiene que sexualizarse, vestirse vulgar y hablar de lo mismo en cada canción de amor o de desamor. ¿Por qué no puede haber una mujer que le cante a la calle o que tire barra dura?, como lo hace Eladio en sus canciones. ¿Por qué solo los hombres pueden hablar de eso? Escucho los temas duros de Bad Bunny, y él sólo habla de dinero y de sus prendas. Yo canto sobre la forma en que veo la vida.

No es fortuito que Lismar se transformara en uno de los íconos del hip-hop manufacturado en el lado hispanohablante de La Española. Y es que proviene de Los Minas: uno de los barrios marginales más picantes de la capital dominicana. De hecho, en la BZRP Music Session #60 (canción también conocida como “Yo soy la moda”) hace alusión a la zona de la que proviene: “Se mean en los pantalone’, todita’ le temen a la lominera”. “Es el barrio de los raperos”, afirma orgullosa la artista, cuyo lugar de origen fue fundado en el siglo XVII por esclavos rebeldes abducidos de Elmina (Ghana). “Aunque era una niña de mi casa, normal y estudiosa, siempre estuve conectada con Los Minas gracias a mi papá y sus amigos. Ahí nació todo para mí”.

Si bien República Dominicana es sinónimo de merengue, bachata e incluso dembow (híbrido de reggaetón y dancehall), la revolución cultural que experimenta en los últimos tiempos el imaginario de la nación caribeña, al menos puertas afuera, la lideran tres cantantes y compositoras: Rita Indiana (es dueña asimismo de una deslumbrante obra como novelista), Tokischa (la rompió en la edición 2023 de Lollapalooza Argentina) y La Perversa. Y ahora la rapera tiene la oportunidad de sumarse a ese punto de inflexión. “A esas mujeres solo tengo amor para darles porque son unas reinas”, dice. “Me siento muy orgullosa de que cada mujer en mi país esté haciendo su parte, sin pisotear a la otra”.

¿Qué precio tiene hacer lo que más te gusta?

Una tiene que aguantar que otras personas opinen sobre tus ideas. Que tú saques algo, por ejemplo, y que alguien que no conoces te ofenda porque no le gusta. En ese tipo de casos, lo mejor que puedes hacer es no desconectarte de ti mismo. Por eso, de vez en cuando, voy al río o a la playa. Y apago el teléfono. Es mi forma de poner los pies sobre la tierra. Lo más importante es cuidar mi salud mental. Lo demás viene por añadidura.