Roberto Pettinato: “Hoy la autocensura es el cáncer de los pueblos”

El músico vuelve con su espectáculo en el que recrea el repertorio de Sumo, en plan experimental, y asegura que tiene listo un programa de streaming: El noticiero del gato de Verdaguer

Por  SEBASTIÁN RAMOS

agosto 12, 2024

Roberto Pettinato continúa presentando su proyecto Sumo X Pettinato, en el que desde hace unos ocho años repasa la obra de su ex banda en clave dub experimental, con espíritu jazzero y alma lúdica. Este sábado actuará en La Trastienda, Balcarce 460, y Rolling Stone habló con él sobre su ex banda, de por qué decidió volver a tocar esos temas, de Charly García, de la TV y del fenómeno del streaming [Nota: esta entrevista con Rolling Stone se realizó dos días antes de que aparecieran públicamente las imágenes de Tamara Pettinato con el expresidente Alberto Fernández en la Casa Rosada y, por ello, en la charla no se tocó ese tema].

 “Hace ocho años aproximadamente que decidí armar este proyecto y lo hice pensando en por qué había tantas bandas tributos y homenajes y yo, que había estado ahí, no lo había hecho. ¡Si hasta Ringo Starr no tuvo prurito alguno en seguir con ‘Submarino amarillo’ hasta antes de ayer!”, dice Pettinato y ríe. “Con Luca decíamos: ‘Mirá los Who., que siguen haciendo la misma lista de temas… ¿Por qué nosotros no?”. Hasta Paul empezó con su lista de 22 temas propios y 4 de los Beatles, hasta que se dio cuenta de que era mejor invertir los números y hacer 22 de los Beatles y 4 de Wings. ‘Soy un Sumo y esto es lo que debo hacer’, pensé. y comencé con la búsqueda de los músicos ideales. Algo difícil porque los temas son muy simples, pero cuando los temas son simples requieren de lo más complejo: energía, onda, arte y lograr un distintivo complejo y diferente a los demás. Bueno, ya éramos distintos a los demás desde aquel comienzo así que tampoco podíamos convertirnos en Soda o Virus, como ellos tampoco en nosotros. Por eso siempre digo que Sumo era una banda, una familia, una comunión en donde todos éramos uno. El tema es que para muchos Sumo solo era Luca y para mí todos éramos Sumo y lo sigue siendo. Es un paquete entero y macizo. Entonces en un momento escuchaba a las demás bandas tocar nuestras canciones y decía: ‘Pero nosotros no sonábamos así, no éramos así’. En lugar de criticar y quedarme mirando Netflix o haciendo TV, me decidí a hacer este proyecto”. 

¿Qué sentís al volver a tocar estas canciones?

Una vez le pregunté a Luca qué éramos nosotros. Y sé que que ahora todo suena absurdo, porque hoy por hoy se convirtió en la inimitable y creativa banda de nuestro rock. pero en su momento, ya que éramos Luca y yo los que en general hablábamos en las entrevistas, yo me encontraba con el dilema de (¡insólito!) pensar que no teníamos un estilo definido. Y Luca me dijo: “Nosotros somos un grupo de rock. No somos new wave. Todo eso va a pasar”. Tal vez fue en uno de los interminables debates sobre Cream, Duran Duran y A-Ha y él tenía razón cuando me dijo: “Nosotros vamos a durar para toda la vida”. Hoy puedo decir que no ganamos dinero, pero nos ganamos la eternidad. En aquellos años, al tocar demasiadas veces para poder subsistir, lógicamente había temas como “Peace and Love” que ya no soportaba. Hoy lo amo. Volví a escuchar a Sumo después de muchísimos años, a poner los discos en la bandeja, y me di cuenta de lo que éramos y de la cantidad de discos que tenía para vender de otras bandas que no podía creer que habían dejado de importarme. Muchas veces la música es la app de tu era y pasás a otra sin darte cuenta y el rock en tu mente cambia desde el sonido hasta los pantalones y las actitudes. Hoy siento un orgullo enorme al tocar esos temas y darme cuenta por otro lado de que son los únicos que sé tocar, ja, ja, ja.

Este año se estrenó Fuck You, un documental sobre el último show de Sumo en el estadio de Obras, en 1987, tres meses antes de la muerte de Luca. ¿Cómo recordás aquel concierto?

Soy amigo del director, José Luis García, que vive a veinte metros de mi casa y cuando me lo mostró era tan, tan crudo todo que me pareció genial mostrar todo tal cual era. A veces Luca se la agarraba contra todos y le gustaba dar la opinión drástica. Después aparecía yo y trataba de alivianar sus dichos. Los backstages eran como si estuvieras en una fiesta de Prince pero sin las plumas ni tanto baile. En otros momentos te preguntabas si ibas a ser capaz de salir a escena o si realmente nos habíamos juntado ahora porque del otro lado había un Obras lleno esperándote, aunque solo hicimos no más de tres ahí.

Me acuerdo de que ese día a Luca se le ocurrió que Calamaro tocase el acordeón y yo le dije: “Si él sube la gente lo va a querer matar”. Y así fue. Tal vez éramos medio cerrados o nuestro público quería sentirse parte de algo diferente al resto del rock. Era como los que se vestían de negro full y no hablaban con otros que no fueran así. 

Para ese show, Sumo había llegado a su nivel más alto de popularidad y viendo el documental, viendo a Luca, no parece un hombre que vaya a morirse en tres meses como sucedió… En ese momento ¿cuáles eran las expectativas de la banda? ¿Qué pensaban acerca del supuesto siguiente paso de Sumo?

A la compañía le gustaba el reggae y querían a la Hurlingham Reggae Band. No querían a Sumo. Entonces yo les dije: “Hagamos mitad y mitad” y gracias a eso salimos con Divididos por la felicidad. Después del tercer disco firmamos contrato por cuatro más. Yo sabía que jamás llegaríamos a hacerlos. Me acuerdo que íbamos caminando hacia la salida de la reunión y le pasé el brazo por sobre el hombro de Luca y le dije contento: “Qué tal , ¡cuatro discos mas!”. Y él me dijo: “Yo escucho el sonido de cadenas”. Y fue bastante creepy todo porque me contó la historia de la casa donde vivía, que después se enteró que debajo de ella se guardaban esclavos encadenados. Ahí me di cuenta de que todo había comenzado a desmoronarse. Jimi Hendrix solía decir: “Esta es mi vida y dejenmé en paz” y a veces debemos entender que si una persona no quiere otra cosa más allá de la que decidió, pues no habrá forma de cambiarla. Fueron siete años en los que su vida cambió en relación a la que tenía en Europa, y fue para bien, aunque tuviera un final más que anunciado. Creo que debemos ayudar, pero no presionar ni torturar al otro. Y vaya que sí intentamos ayudarlo…. “This is the end, my only friend”, seguro conocés la frase.

En 2020 editaste Pettinato plays García. ¿Cómo fue esa experiencia de llevar los temas de Charly hacia tu sonido?

Con Charly siempre nos dedicamos a tener el mismo sentido del humor cretino e irónico. y siempre hemos hablado mucho de música. Era como cuando Luca era el músico y yo el periodista, digamos. Él había vivido y yo lo había leído, ja, ja. Un día me dije: “Por qué casi todos los temas parecen ser lentos, como si fueran baladas de jazz. Se lo llevé a mis músicos de jazz y empezamos a tocarlos. Charly estuvo todo el tiempo presente, escuchando los ensayos por Iphone y eligiendo los temas. Recuerdo que insistía: “No hagamos ‘No voy en tren, que nunca me gustó’. Encima a mí me hubiera quedado horrible para el saxo. Buscamos temas que no fueran tan comerciales, digamos y pensé que podría llamarse El viaje de García a través del tiempo, imitando a los Ekseption. Terminó convirtiéndose en una obra de 50 minutos ininterrumpida, increíble y muy alabada por músicos como Fito Páez y demás. Una suerte de García y un Coltrane/Barbieri mezclados, ja, ja. A él le gustó mucho y por eso figura como “supervisor”. Lo más loco es que yo había terminado el disco sin él porque la idea no era un disco de Aznar/García, sino una versión de sus temas hecha por un cuarteto. Pero a último momento decidió venir a cantar uno y terminó tocando en siete de los once temas. Casi que se convirtió en un proyecto de ambos. Alguien me dijo una vez: “Es el disco más melancólico de Charly que haya escuchado”. Y de alguna forma lo es, aunque hoy me parezca más un disco profundo y rarísimo para el tipo de música que él hace. Charly lo disfrutó mucho y pudo unirse con muchos planos de su historia que tienen que ver con el jazz-rock, la psicodelia y, como decía en la grabación, “con ese músico que apoya el codo en el piano y canta super relajado”. Este tipo de experimentos que siempre se han intentado con tantos artistas pueden ser un espanto, pero este no fue el caso y amamos ese disco. 

Dos de tus hijos, Tamara y Homero, están trabajando mucho en el mundo streaming. ¿Qué opinás del formato? ¿Qué diferencias tiene para vos con la TV? ¿Te gustaría tener tu propio programa de streaming¿

Mis hijos nacieron con un talento realmente sin igual. Esto es algo que no digo yo como padre, sino como observador. Y cada uno tiene su estilo y su forma de ver las cosas. Gracias a Dios no son víctimas de la autocensura, que hoy es el cáncer de los pueblos. El mundo se convirtió en un lugar en el que los que hablan forman ejércitos de sectas que apuntan al silencio del resto. Mis hijos han sido educados para enfrentarse a todo eso y de ahí surge el humor.

El streaming pasará como todo pasó. No le veo nada especial. Lo podés ver como una remake de Imagen de radio, de Juan Alberto Badía. Aunque con la facilidad que trae la independencia y de poder hacerlo desde tu casa. Yo ya tengo listo uno, pero aún no sé si largarlo ahora o no: El noticiero del Gato de Verdaguer, que obviamente tal vez sea el mayor éxito de mi carrera… O no, pero sí estoy convencido de que la gente lo espera y lo necesita. No serán chistes de los de antes, sino el desarrollo de la mentalidad crítica al máximo, pero sobre las noticias. Tal cual un Telenoche. Hay posibilidades de hacerlo en varios sitios que me han convocado, pero la mitad de la gente me dice: “Hacelo desde tu casa”, ja, ja.

No sé, todo sucede muy rápido y hay muchos que piensan que el streaming ya está muriendo. Los artistas no buscan plataformas, buscan que ellas les den dinero por lo que harán. No hay más secretos que ese. Te dicen ahora TIK TOK monetiza y ya estás llamando, ja, ja, ja. Lo que sí diría como crítica es que me parece medio patético los que dicen “esto no es de tu rango etario” o los que dicen que eso no les importa y se quieren meter y quedan ahí sentados como tías y abuelos, rodeados de jóvenes que hablan de coger y penes y pseudozarpes como una extensión del sistema central de Jorge Corona, ja, ja.

Después de Sumo X Pettinato y de Pettinato plays García… ¿podría en el futuro venirse un Pettinato plays Duki?

No, eso es imposible, porque no se puede replicar lo que canta una persona a esa velocidad en notas de saxofón. Se podría, pero sería demasiado trabajo y cuando lo terminás ya estaría todo el mundo haciendo otra cosa.

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