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25 canciones esenciales de Prince

Lo mejor de los éxitos de un artista que desafió géneros y cambió el mundo

Por  ROLLING STONE

abril 21, 2021

Gonzales Photo/Christian Hjorth/Corbis

“Lo que le falta a la música pop es peligro”, Prince fue citado en una entrevista de 2006 de The Guardian. “No hay emoción ni misterio”. Peligro, emoción y misterio eran las tarjetas de presentación de Prince Rogers Nelson desde el día uno. A la temprana edad de 19, lanzó su álbum debut, For You de 1978. Desde ahí, utilizó su plataforma como un sexy intérprete sin arrepentimiento, vestido de manera extravagante (quién también era un virtuoso músico y un genio innovador del estudio) para crear algunos de los éxitos rompe-tabús más musicalmente progresistas en saltar a lo popular.

Desde su cúspide crítica y comercial de 1984, Purple Rain, hasta su reciente gira Piano and a Microphone, Prince nunca se quedó quieto. Su mezquindad era legendaria, pero su obra habla totalmente de la profundidad, sinceridad y sensibilidad de uno de los maestros más enigmáticos del pop. Claro, él no tenía problema en causar revuelo con titulares de vez en cuando, con alguna maniobra críptica o escandalosa, la cual solamente agregaba otra capa a su mística volátil. Pero lo que verdaderamente tocó al mundo fue su música —canciones que nos movían emocional, sensual e intelectualmente, o simplemente de manera locomotora. Aquí, solo una prueba de algunos de sus mejores.

“I Wanna Be Your Lover” (1979)

Un “refrenado, cuidadosamente creado, ejercicio de funk”, así es como Los Angeles Times describió el primer éxito de Prince en una reseña de su presentación en el Roxy de L.A. en noviembre de 1979. En retrospectiva, es una evaluación precavida, pero es comprensible: Prince tenía 21 años en esa época, y su estilo atrevido y extravagante aún no se había distinguido completamente del panorama disco. Pero las semillas estaban ahí. Después de la débil posición de su primer álbum de 1978 For You, Prince escribió “I Wanna Be Your Lover” con venganza, dirigida a la cantante de R&B Patrice Rushen. Donde uno podría escuchar “cuidadosamente creado”, la canción contiene un ritmo audazmente esculpido, el escalofriante falsetto del cantante y una elegante renovación del formato disco. Con “I Wanna Be Your Lover”, Prince tiró su brilloso guante al suelo —de ahí en adelante, el mundo tenía que encontrarse con su desafío.

“When You Were Mine” (1980)

Según la leyenda, la canción New Wave más grandiosa alguna vez escrita acerca de un triangulo amoroso bisexual, llegó a Prince en una habitación de un hotel de Florida después de que rechazó una excursión a Disney World. O, según otra historia, llegó a él en una habitación de hotel en Birmingham, Alabama mientras escuchaba a John Lennon. De cualquier manera, el segundo track de Dirty Mind, de 1980, es una obra de arte New-Wave-funk tensa y apretada que es tan Blondie como James Brown. Cyndi Lauper la versioná tres años después en su primer álbum exitoso She’s So Unusual, y diría que ella “amaba la manera en que la historia se leía en la canción, y el sonido del sintetizador con la batería en uno tres —era un sonido entrecortado diferente”. Mitch Ryder y Crooked Fingers entregaron versiones austeras de rock y folk, pero nadie capturó el espíritu del original de Prince, el cual tiene el sentimiento de una Bacanal Romana tomando lugar en CBGB’s.

“Controversy” (1981)

La Moral Majority se encontraba en ascenso en 1981, incentivada por la inauguración en enero de Ronald Reagan. Hacia noviembre, una reacción funk apareció en la forma de “Controversy”. Con un ritmo impenetrable y sintético, ondas al estilo de P. Funk, el decimotercero sencillo de Prince hizo un contrapeso a la respuesta negativa de los conservadores hacia cualquier cosa —música, películas, televisión, libros, sexo —, que amenazaba liberar a Amárica del abatimiento pos años setenta. Dirigiendo los ojos en blanco hacia la desenfrenada especulación pública acerca de sus preferencias y su política, Prince ofrece más preguntas que respuestas — “¿Soy negro o blanco?, ¿soy heterosexual o gay?”; “¿Creo en Dios?, ¿creo en mí?”— mientras potencialmente provocaba a los Jerry Falwells del mundo, recitando el Padre Nuestro. Es el sonido de Prince apropiándose de la moral americana y convirtiéndola en su juguete.

“1999” (1982)

Cuando Prince grabó 1999 —el álbum homónimo de este sencillo— él pasaba todo el día y toda la noche sin descansar, rechazando comida porque comer le provocaba sueño. El himno apocalíptico de Prince fue lanzado en 1982, justo cuando las tensiones de la Guerra Fría alcanzaban el cero absoluto. La guerra nuclear, parecía ser, un asunto de cuándo, no de si [sucedería]. Dentro de esa atmósfera, Prince detonó una canción tan descarada, que mira fijo hacia el abismo y le guiña el ojo: “Pero la vida es solo una fiesta, y las fiestas no están hechas para durar”. El fin del mundo nunca había sonado tan sexy.

“Little Red Corvette” (1982)

El coro del primer éxito Top Ten de Prince sugiere que es una directa canción de un coche. Pero mira debajo del capo y es sexo supercargado (el juego de palabras volteado en “Trojan horse” está especialmente inspirado). A pesar de las alusiones de habitación y aquellos más directos (“Chica, tienes un culo como nunca he visto”), la canción resonó en la radio popular, en mayor parte gracias a su irresistible coro. La historia dice que a Prince se le ocurrió la letra mientras paseaba en el Edsel rosa de la miembro de Revolution, Lisa Coleman, pero en la primavera y el verano de 1983, no había nada más llamativo que el ‘Vette de Prince.

“Delirious” (1983)

“Delirious”, el segundo sencillo Top 10 de Prince es un jugueteo funky suelto, actualizado con sonidos nuevos. La caja de ritmos de Linn (popularizada por Devo, Gary Numan y Michael Jackson) y un sintetizador para el alucinante y adictivo hook. Todo caminaba en una delgada línea entre lo comercial y lo experimental; entre el pop, R&B y New Wave. “Hasta cierto punto, el intentaba que la música sonara bien, algo que podría ser placentero para el oído de una persona promedio que escucha la radio, y aún así enviar un mensaje”, dijo Matt Fink, tecladista de la banda de Prince, the Revolution.

“When Doves Cry” (1984)

El corazón de la banda sonora de Purple Rain y el más grande éxito de 1984, “When Doves Cry”, mostró qué tan experimental podría ser la música pop, haciendo que el momento más convencional se adecuara al avant-garde. Sin bajo y con Prince lamentándose sobre la guitarra, el sintetizador y la caja de ritmos, “When Doves Cry” suena tan frió y tan tenso como una relación puede sentirse. Su ingeniero recuerda que el artista, quién tocó todos los instrumentos en el track, instantáneamente supo el impacto que el sencillo tendría en la música. “Nadie tiene las bolas para hacer esto”, el Purple One le dijo al ingeniero, según consta. “Tú espera, se volverán locos”.

“Let’s Go Crazy” (1984)

Después de que “When Doves Cry” dominó la radio pop durante el final del verano y el principio del otoño de 1984, el éxito Número Uno “Let’s Go Crazy” fue tanto una vuelta olímpica como publicidad para el filme Purple Rain. El corpulento funk rock florece y hace alusión a Jimi Hendrix, hecho con la ayuda de the Revolution, quien brevemente se convirtió en la unidad de apoyo más famosa en America. “Algunos de los miembros de la banda elaboraron sus propias partes”, la ingeniera Susan Rogers le dijo a Billboard, mencionando el solo de teclado jazz de Matt Fink en la mitad de la canción. “Matt, conociendo a Prince tan bien y conociendo lo que a él le gustaba, hizo ese solo en la tercera toma y seguimos tocándolo una y otra vez, solamente porque era tan genial escucharlo”.

Cuando el enorme éxito de Purple Rain generó murmullos de que Prince se estaba vendiendo al público AOR, él le dijo a MTV en 1985, “Fui criado en un mundo blanco y negro. Sí, blanco y negro, día y noche, rico y pobre, blanco y negro. Escuchaba todo tipo de música cuando era joven… siempre dije que un día tocaría todo tipo de música, y no sería juzgado por el color de mi piel, sino por la calidad de mi trabajo, y espero que eso continúe”.

“Erotic City” (1984)

El lado B de “Let’s Go Crazy”, no sólo fue una de las canciones más funky de Prince, sino también la introducción de Sheila E al mundo. Conducido por un resbaloso bajo y un riff de teclado dulcemente simple, Prince fluctúa su voz en una de sus canciones más sucias, a pesar de que el uso de “fuck” o “funk” ha sido disputado. A finales de los años noventa, cuando indujo a Parliament-Funkadelic en el Salón de la Fama del Rock & Roll, Prince reveló que había grabado la canción inmediatamente después de ver al grupo en vivo en el Beverley Theatre en California. “Fue escalofriante”, dijo Prince. “14 personas cantando ‘Knee Deep’ al unísono”.

“Purple Rain” (1984)

En una entrevista con Mojo en 2013, Steve Nicks reveló que originalmente, Prince le había enviado un demo de “Purple Rain”, y le pidió que contribuyera. Lo rechazó, diciendo, “Prince, he escuchado esto cien veces, pero no sabría dónde empezar. Es una película, es épico”. Todo el género de power ballad encontró su pareja con “Purple Rain”. El track del título del álbum distintivo de Prince, es interpretado en un punto climático de la película, lo cual le presta más seriedad. Como si lo necesitara. Envuelto entre cuerdas, ecos, y un coro góspel, y luego coronado con un solo de guitarra que divide el cielo, es una culminación de todas las influencias que Prince había estado absorbiendo durante su ascenso a la fama a principios de los años ochenta, desde rock hasta pop y soul.

“I Would Die 4 U” (1984)

En “I Would Die 4 U”, Prince echó a un lado los roles de género, los estándares sociales y a la humanidad en general .“No soy humano, soy una paloma”, proclamó en el nombre del amor. Le ayudó que envolvió su manifiesto en seda, cortesía de su banda de apoyo Revolution, porque la manera más rápida hacia el corazón es, a menudo, a través de las caderas. Ni el tecladista de Revolution, Dr. Fink, ni Prince podían tocar el bajo manualmente, así que armaron una conexión para asegurar un secuenciador a una caja de ritmos. “Hicimos cosas revolucionarias en tecnología ese día”, Fink recordó.

“Darling Nikki” (1984)

Uno de los “Filthy 15” del Centro de Recursos Musicales para Padres, “Darling Nikki” es, supuestamente, la canción que inspiró a Tipper Gore a formar el PMRC (por sus siglas en inglés) en primer lugar. A pesar de que nunca se lanzó como un sencillo, el trackde Purple Rainse encontró estallando de los estéreos de los admiradores (incluyendo el de la hija de 11 años de Gore) cuando el álbum se convirtió en un éxito masivo en 1984. “Conocía a una chica llamada Nikki/Supongo que se podría decir que era un demonio sexual/La conocí en el lobby de un hotel masturbándose con una revista”, cantó Prince en el primer verso, dejando nada a la imaginación. Después, Foo Fighters grabó su propia versión y Prince no estaba muy feliz. “No me gusta que nadie versione mi trabajo”, le dijo a Entertainment Weekly en 2004. “¡Escriban sus propias canciones!”.

“Take Me With U” (1985)

A pesar de solo ser el quinto sencillo más grande de Purple Rain, el elegante, cristalino dueto con Apollonia Kotero –originalmente intencionado para el sexto álbum homónimo de Apollonia— trasciende en el álbum y en la década que lo dieron a luz. Desde la llamativa introducción de solo de batería (el cual también hace de un igualmente despampanante puente) hasta los intercambios entre los dos cantantes que dejan sin aliento (“Eres pura perfección”; “Gracias”.), la canción instantáneamente ganó un lugar en el panteón de canciones de amor clásicas. “No tengo una fecha de expiración”, dijo Prince en una entrevista con The Word en 2004. “Take Me With U” es la prueba.

“Raspberry Beret” (1985)

Cuando debutó por primera vez en la primavera de 1985, con el épico éxito de guitarra electro-funk que sacudió al mundo de Purple Rain, apenas unos meses antes, “Raspberry Beret” sonaba demasiado… simple. Prince como un chico de mostrador de medio tiempo seduciendo a un cliente con un gran coro, a uno podría gustarle; pero después de que la loca batería electrónica de Bobby Z abrió la cuenta, ¿por qué refugiarse en una lisa guitarra acústica y simples cuerdas de teclado? Comparado con su ahora casi tan legendario lado B, “She’s Always in My Hair”, “Rasperry Beret” se sintió como un paso de caída.

Ahora, parece obvio que era una oportunidad de explorar más composiciones de pop psicodélico. Eso también se volvió parte del arsenal de Prince — el mismo que se manifestaría en el éxito de Bangles, “Manic Monday” — no pensamientos personales profundos, pero el diario de un día con música. Después de las aparentemente ilimitadas aspiraciones de Purple Rain, fue esta poesía más simple que realmente provó que, tal vez, la creatividad de Prince no tenía límites.

“Kiss” (1986)

Era el año 1986, post-Purple Rain, cuando el ingeniero de Paisley Park, David Z, obtuvo una llamada de Prince para acompañarlo en Los Angeles. Cuando llegó al estudio Sunset Sound de Hollywood, a Z le dieron un demo grabado en cassette — un verso, un coro y una pequeña guitarra acústica— intencionada para la banda Mazarati. Z después le diría a Mix Magazine que sonaba como una canción de Stephen Stills. Él y la banda jugaron con ella por unas horas, grabaron una versión y dieron el día por terminado. Cuando Z regresó al estudio la mañana siguiente, Prince había quitado el bajo y el hi-hat, agregó el icónico riff y grabó su propia voz. “Esto es demasiado bueno para usted. Lo tomaré de regreso”, Z recordó a Prince diciendo. Warner Brothers difiere; dijeron que la canción sonaba sin terminar, pero Prince ganó la pelea resultante, y el sencillo se catapultó al Número Uno.

“Sign O’ the Times” (1986)

“Sign O’ The Times” puede ser el más extraño de los sencillos de Prince. El hombre estaba en el máximo de su éxito crítico y comercial, y su álbum previo Parade —una delirante gira en el jazz-pop francés que produjo el clásico de funk de todos los tiempos “Kiss” y el fiasco cinematográfico de Under the Cherry Moon —le había enseñado a su audencia que Prince podía ser maravillosamente impredecible. Aún así “Sound O’ the Times” no sonaba para nada como lo que él había hecho antes. El trackrigurosamente minimalista lo encontró tocando guitarra blues sobre un sintetizador Fairlight, y lamentándose sobre los problemas del mundo. “El hombre no es verdaderamente feliz hasta que el hombre verdaderamente muere”, canta. La ingeniera Susan Rogers, quien trabajo en la canción acompañada del programador de teclado Todd Harriman, le dijo a Billboard, “estaba bajando de los titulares de su gran éxito y estaba consciente de que su audiencia estaba cambiando y las cosas estaban cambiando para él. Así que pudo haber sido un poco más obscuro con respecto a eso”. Llegando al máximo del Billboard Hot 100 en el Número Tres y coronando la encuesta Pazz & Jop de Village Voice como sencillo del año, “Sign O’ the Times” era una afirmación de que la audiencia de Prince lo seguiría a cualquier parte, sin importar a donde los llevara.

“U Got the Look” (1987)

En su andrógina, acelerada voz de “Camille”, Prince introduce este duro número funk como la máxima batalla de los sexos: “Chico contra chiva en la Serie Mundial del amor”. La chica era Sheena Easton, quien recuerda que él ya había terminado la canción antes de contactarla. “Me dijo, ‘¿quieres venir y cantar algunas voces de apoyo en los coros?”, de acuerdo con Easton. “Así que fui al estudio, y porque no sabía que estaba cantando contra él… estaba muy dispersa — y él dijo que de alguna manera le gustaba eso, así que lo convirtió en un dueto”. El chico, por supuesto, era Prince, susurrando con una compostura coqueta y segura de sí misma.

“I Could Never Take the Place of Your Man” (1987)

En cierto punto, los talentos de Prince como un erudito comenzaron a ser dados por sentado. En adición a sus habilidades como cantante, compositor, intérprete, magnate y multinstrumentalista, hay un papel por el cual nunca ha recibido crédito suficiente: storyteller. “I Could Never Take the Place of Your Man” fue lanzado en 1987, cuando Prince había cimentado su lugar como un ícono del funk. Pero convirtió su noveno álbum Sign O’ the Times en una variedad de sonidos y enfoques — incluyendo su historia corta en forma de power pop, en la cual la narrativa es un conmovedor retrato de borde afilado de un supuesto amante que no quiere ser un rebote. “Todos tienen su propia experiencia”, le dijo a NME en 1996. “Es por lo que estamos aquí, para pasar por nuestra propia experiencia, para aprender, para seguir esos caminos, y eventualmente habrás ido por tantos caminos y habrás aprendido tanto que no tienes que regresar de nuevo”.

“Alphabet Street” (1988)

El sencillo de Lovesexy de 1988 enseña cómo Prince podía crear funk desde elementos en los puros huesos. Ásperas guitarras funk y el rebotante bajo de Levi Seacer Jr. combinado con lo coolde Prince para una canción que sonaba absolutamente vigorizante en el contexto cada vez más cacofónico de la radio pop de finales de los años ochenta. Un desglose extendido con cuernos y un rap estimulante por el coreógrafo protegido de Prince, Cat Glover suben el calor y extienden la fiesta. El legado de “Alphabet Street” continuó a través de sampleos —el muy elogiado sencillo del colectivo de hip-hop Arrested Development, “Tennessee” causó que le pagaran $100 mil dólares a Prince por su uso no autorizado, mientras que los adorados bichos raros Ween, utilizaron el principio de la canción de Prince “¡No!” para enmascarar las malas palabras en su primer éxito “Push th’ Little Daisies”.

“Thieves in the Temple” (1990)

Graffiti Bridge, la secuela al icónico Purple Rain de 1984 fue el último papel de Prince en una película. Pero a diferencia de su heraldo antecesor, la banda sonora acompañante superaría con creces la película. “Thieves in the Temple”, una meditación espiritual y melancólica sobre el rechazo, las mentiras y la búsqueda del alma que alcanzó el Número Seis del Billboard Hot 100, fue una adición de último minuto. Con un sabor del Medio Oriente, voces casi operísticas y una sensación agitada, era, decididamente, una nueva vibra para Prince. Y una en la cual no se sentía cómodo residiendo por mucho tiempo. “Me siento bien la mayor parte del tiempo, y me gusta expresarlo escribiendo desde la alegría”, le dijo a Rolling Stone en 1990. “Aún escribo desde el enojo, a veces, como en ‘Thieves in the Temple’. Pero no me gusta hacerlo, no es un lugar para vivir”.

“Cream” (1991)

Cuenta la leyenda, Prince escribió “Cream” mientras estaba parado frente a un espejo, y, realmente, ¿hay alguna duda?, ¿por qué otra razón cantaría “Eres tan bueno/Bebe, no hay nadie mejor” en este imposiblemente seductor éxito de Diamonds and Pearls—su último Número Uno en el Hot 100.

“Diamonds and Pearls” (1992)

Una apasionada balada del título del álbum de Prince de 1991, “Diamonds and Pearls” fue un éxito Número Tres del Billboard Hot 100 y, más importante, una de las instancias más prominentes en las cuales la nueva banda de apoyo del Purple One, la New Power Generation, dio un paso al frente. Con la cantante de NPG, Rosie Gaines, proporcionando voces de apoyo encima de un seductor sintetizados, Prince canta: “Si te diera diamantes o perlas/¿serías un chico o chica feliz?”, resonando las casi idénticas letras que había cantado una década antes en “International Lover” de 1982. El álbum fue ampliamente criticado como la respuesta de Prince al hip-hop, pero el trackdel título de Diamonds and Pearls, intrincadamente unió el amor del cantante por el brillo y el glamour, con una distintiva sensibilidad en constante evolución por el pop R&B.

“7” (1992)

En medio de su renovación de imagen como un símbolo impronunciable, el Artista Antes  Conocido como Prince, amplió su paleta sonora en «7», tocando tablas y sitars, voces múltiples y un sampleo de «Tramp» de Lowell Fulson. Por supuesto, dado su estado allá afuera en ese momento, Prince también pudo haber incursionado en la numerología—el número siete representa al buscador y al buscador de la verdad, aunque también es completamente posible que los siete contra los que ataca sean algunas personas en Warner Bros. Records. ¿Estaba luchando por la libertad?, ¿buscando respeto?, ¿buscando un acceso fácil a tu habitación?

“The Most Beautiful Girl In the World” (1994)

En 1993, Prince había cambiado su nombre a un símbolo, estaba en una rutina creativa y estaba luchando con Warner Bros. por control creativo. Se dio cuenta de que no necesitaba la ayuda de una disquera importante cuando lanzó «The Most Beautiful Girl in the World», a travésdel sello independiente Bellmark. Según los informes, Prince gastó $2 millones de su propio bolsillo para promocionar el sencillo. Resultó ser su mayor éxito en años. La hermosa balada bañada en falsettotiene toques limpios de guitarra funk y teclados, pero Prince deja que su don para la melodía haga la mayor parte del trabajo. Originalmente fue escrito para su futura esposa, la coreógrafa, Mayte Jannell García. Más adelante, ella grabó su propia versión, «The Most Beautiful Boy in the World”.

“Black Sweat” (2006)

Lanzado como el primer sencillo de su álbum del 2006 3121, “Black Sweat” podría ser el mejor de los sencillos del periodo tardío de Prince. Con reminiscencias de “Kiss”, no es nada más que una melodía de caja de ritmos, falsettos gloriosos y sintetizador que escucha “Funky Worm” de los Ohio Players. “No quiero bailar muy duro, pero esto es un ritmo”, canta. “Estoy caliente y no me importa quién lo sepa… tengo un trabajo que hacer”. “Black Sweat” podría haber sido cocinada a fuego lento en las listas de popularidad, alcanzando su punto máximo en el Número 60 del Hot 100, pero ayudó a que 3121 debutara en la cima de las listas de popularidad de discos, y adquiriera un puñado de nominaciones al Grammy. Más importante, era un recordatorio de que Prince siempre tendrá el funk.